Sophie Winkleman y el rey Carlos III en Royal Ascot (REUTERS).
En una entrevista que ha causado un gran revuelo en el Reino Unido, Sophie Winkleman, más conocida como Lady Frederick Windsor, ha ofrecido una visión inusual y honesta sobre la vida dentro de la familia real británica. Casada desde 2009 con Lord Frederick Windsor, hijo del príncipe y la princesa Michael de Kent y primo segundo del rey Carlos III, la actriz británica ha reconocido que, lejos del glamour que se proyecta desde fuera, la vida en Palacio puede convertirse en una auténtica cárcel dorada.
“Ese nivel de fama no solicitada es una forma de tortura”, ha afirmado en declaraciones al diario The Times. Winkleman, que se unió a los Windsor hace dieciséis años, asegura que el escrutinio mediático y la falta de privacidad son insoportables: “Tener ese foco cegador apuntándote a la cara desde que naces, sin saber muy bien en quién puedes confiar… es simplemente brutal”.
Y es que, lejos de la imagen idealizada que suele acompañar a los miembros de la realeza, Winkleman confiesa que siente compasión por ellos. “Cuanto más conozco a la familia real, más me doy cuenta de que sus vidas son un infierno”, sostiene. En su opinión, vivir bajo una atención constante no solo desgasta emocionalmente, sino que además limita cualquier posibilidad de libertad real: “No creo que una vida con tanta atención y presión sea sana, pero no les queda otra opción”.
A pesar de esa dura reflexión, la intérprete aclara que admira profundamente a los Windsor. “La familia no siempre es maravillosa, pero esta es encantadora. Los quiero a todos”, afirma. Además, no duda en acompañar a la institución en eventos públicos, como el tradicional concierto navideño impulsado por Kate Middleton, donde se la ha visto en varias ocasiones. “Ninguno de ellos participó en Pop Idol (en referencia al talent musical británico) ni en ningún otro programa similar para hacerse famoso”, reflexiona.
Lord Frederick Windsor y Sophie Winkleman, Lady Frederick Windsor. (IMAGEN DE ARCHIVO).
La actriz, conocida por su papel de Big Suze en la serie británica Peep Show y por su participación en Dos hombres y medio, recuerda con humor cómo fue su boda con Lord Frederick Windsor, celebrada en la Capilla Real de Hampton Court. “No conocía a nadie en mi boda”, confiesa entre risas, y añade: “Estaban mis mejores amigos, pero básicamente había mucha gente que no conocía de nada”.
En retrospectiva, Winkleman asegura que cambiaría algunos detalles de aquel enlace que acaparó titulares en 2009. Recuerda que, debido al ajetreo de su trabajo, fue su suegra, la princesa Michael, quien eligió su vestido de boda: “Muy dulce y pomposo, pero me veía ridícula”. También admite que habría preferido un atuendo más sencillo y un peinado menos elaborado: “Debería haber ido a una peluquería con experiencia”.
El príncipe Miguel de Kent, Lord Frederick Windsor, Lady Gabriella Windsor, el rey Carlos III, Sophie Winkleman y el príncipe Guillermo salen tras la misa de réquiem por la duquesa de Kent, en la catedral de Westminster, en el centro de Londres, el 16 de septiembre de 2025. (Jordan Pettitt/Pool vía REUTERS)
Su boda coincidió con un momento complejo en lo personal: debía viajar a Los Ángeles al día siguiente para comenzar un nuevo proyecto profesional. “No tuve tiempo de pensar en la boda, estaba centrada en el trabajo”, explica. La pareja residió durante varios años en Estados Unidos antes de establecerse definitivamente en Londres, donde crían a sus hijas, Maud e Isabella, de 12 y 9 años respectivamente.
A diferencia de otros miembros de la realeza, Winkleman mantiene una carrera activa en el mundo del espectáculo y una posición crítica respecto al uso de la tecnología entre los jóvenes. Fiel defensora de limitar el acceso a los teléfonos móviles en las escuelas, ha llegado a organizar debates en el Parlamento británico para concienciar sobre los riesgos del abuso digital.
En su último trabajo, la serie Wild Cherry, interpreta a una madre que lidia con los problemas derivados de las redes sociales. “Me da mucha pena que haga falta una obra de ficción para que la gente empiece a escuchar. Es realmente deprimente que médicos y profesores les estén diciendo a los políticos lo que las redes sociales les están haciendo a los niños. Pero quizá un drama les haga reaccionar y tomar medidas”.
El rey Carlos de Gran Bretaña, la reina Camila y Sophie Winkleman aparecen en la fotografía llegando tras la procesión real previa a las carreras del día. (REUTERS/Toby Melville).