El Gobierno de Juan Manuel Moreno ha remitido un requerimiento formal a la asociación de mujeres Amama para que en el plazo de 10 días le remita “toda información, documentación o testimonios” de las mujeres afectadas por los fallos en el programa de cribados de cáncer de mama. El lunes, la presidenta de la asociación, Ángela Claverol, elevaba a casi 4.000 el número de mujeres que habían sufrido los retrasos en el diagnóstico, una cifra que excede las 2.317 ofrecida por la Junta de Andalucía. Esa discrepancia es la que alega la Consejería de Sanidad para pedir esa información a la entidad por “generar una discrepancia que, por su impacto sanitario y social, exige una aclaración inmediata”.
El abogado de Amama, Manuel Jiménez, ha asegurado a este diario que la entidad “no tiene obligación” de entregar a la Junta ningún tipo de información. “Ya está bien de falsedades”, se ha lamentado.
En el requerimiento, al que ha tenido acceso este diario, se cita la Ley de Salud Pública Andaluza como base legal para esa petición y se explica que se formula para “garantizar la revisión exhaustiva de cualquier posible caso no detectado por los circuitos oficiales, asegurar el cumplimiento de las obligaciones de la administración en materia de vigilancia y protección de la sanidad pública y evitar la generación de alarma social derivada de la difusión de cifras o afirmaciones no verificadas”, Desde que estalló el escándalo de los cribados, las mujeres de Amama han discrepado de las cifras ofrecidas por la Junta -primero se dijo que eran “tres o cuatro casos”, luego se aseguró que eran 2.000 y posteriormente se dio la cifra de 2.317- y del ámbito de afectación -el 90% en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. “Creo que actúan de forma torpe. Si las pruebas las tenemos nosotras, las mujeres están con nosotras, manejamos cifras reales porque tenemos las pruebas”, dijo Claverol el lunes, cuando cifró en “casi 4.000” las mujeres afectadas.
El Gobierno de Moreno maneja la cifra de 2.317 y con esos datos ha diseñado el llamado ‘plan de choque’ de cribados para que todas ellas se hayan sometido a una mamografía antes del 15 de noviembre y a una ecografía el 30 de ese mismo mes. Esas son las magnitudes que se han trasladado en las dos reuniones de la comisión de participación y seguimiento del programa de cribado de cáncer de mama, a cuyo último encuentro asistió Amama, aunque su presidenta se levantó de la mesa antes de la finalización, contrariada porque debía firmar una cláusula de confidencialidad. En la carta se asegura que la información que se aporte “será tratada con absoluta confidencialidad”.