Bloomberg — Blue Origin LLC lanzó el jueves su cohete insignia New Glenn desde Cabo Cañaveral, alcanzando con éxito el espacio y aterrizando su propulsor de primera etapa poco después del lanzamiento, una hazaña importante para la compañía respaldada por Jeff Bezos.
El cohete, de aproximadamente 97,5 metros de altura, despegó con estruendo de la plataforma de lanzamiento a las 15:55 hora de Nueva York. Envía dos naves espaciales fabricadas por Rocket Lab Corp. en una trayectoria hacia Marte para estudiar cómo interactúan los vientos solares con la atmósfera del planeta.
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Pocos minutos después del despegue, la parte inferior del cohete se separó con éxito de su etapa superior, que continuó su viaje al espacio. A continuación, el propulsor del cohete descendió de nuevo a la Tierra, donde encendió motores para frenarse y aterrizó en una barcaza en el océano Atlántico. En el centro de control de la misión estallaron vítores y aplausos al tocar tierra la nave.
El aterrizaje de los propulsores es clave para el objetivo de Blue Origin de hacer que New Glenn sea parcialmente reutilizable, con propulsores recuperados que se reciclarán para múltiples lanzamientos.
La misión, denominada Escapade, es el segundo vuelo del cohete y el primero para la NASA.
Fundamental para los ambiciosos planes de exploración espacial de Blue Origin, el New Glenn lleva años de retraso y ha afrontado un periodo de espera más largo de lo previsto, de unos nueve meses, desde su primer vuelo en enero.
Un lanzamiento exitoso ahora podría devolver a Blue Origin a la senda del triunfo sobre SpaceX en la industria de los lanzamientos. El cohete Falcon 9 de SpaceX es el vehículo de lanzamiento más prolífico del mundo.
El director ejecutivo Dave Limp dijo en enero que Blue Origin tenía previsto un segundo lanzamiento a finales de la primavera y un total de seis a ocho vuelos en 2025.
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El lanzamiento de la segunda misión del New Glenn estaba previsto inicialmente para el domingo, antes de que Blue Origin lo pospusiera debido a las condiciones meteorológicas. La compañía canceló otro intento el miércoles debido a la actividad solar que podría interferir con la nave espacial Escapade.
Durante el vuelo de debut del New Glenn, el cohete alcanzó la órbita pero falló en el aterrizaje previsto del propulsor.
Mientras Blue Origin envía turistas al borde del espacio y de vuelta en cohetes más pequeños, New Glenn daría a la empresa la capacidad de poner naves espaciales y satélites en órbita y más allá. Eso hace que New Glenn sea clave para liquidar los US$10.000 millones de contratos de clientes pendientes de Blue Origin.
La empresa también tiene un contrato con la NASA para lanzar astronautas a la Luna para la misión Artemis V de la agencia.
El New Glenn forma parte de una clase de cohetes de nueva generación, entre los que se incluyen el Vulcan de United Launch Alliance y el Ariane 6 de la Agencia Espacial Europea, que han surgido como actores potenciales en la industria de los lanzamientos pero que se han enfrentado a dificultades para aumentar su frecuencia de vuelos a órbita.
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