Estados Unidos y Suiza han alcanzado un acuerdo para bajar los aranceles estadounidenses a los productos procedentes del país helvético del 38% actual al 15%, una tasa igual a la aplicada a la Unión Europea (UE). Este pacto guarda otras similitudes con el de los Veintisiete porque se incluye también el compromiso de que las empresas suizas inviertan 200.000 millones de dólares en Estados Unidos para finales de 2028, según informa el Gobierno del país europeo.

El ministro de Economía suizo, Guy Parmelin, ha asegurado que la reducción arancelaria, que incluye a Liechtenstein, supondrá un alivio para alrededor del 40% del total de las exportaciones suizas.

Asimismo, Suiza reducirá los aranceles que impone a los productos industriales, el pescado y el marisco y los productos agrícolas estadounidenses, productos que considera «no sensibles». Respecto a la carne, se conceden bilateralmente 500 toneladas de vacuno, 1.000 toneladas de bisonte y 1.500 aves de corral libres de cargas.

El Gobierno suizo ha anunciado el acuerdo a través de la red social X después de una reunión «productiva» con el Representante Comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer. Asimismo, ha agradecido al presidente Donald Trump su «diálogo constructivo».

También Greer ha confirmado el acuerdo entre los dos países en declaraciones a la cadena CNBC y, aunque no ha ofrecido detalles del acuerdo, ha asegurado que Suiza va a «trasladar gran parte de su producción manufacturera a EE.UU.: productos farmacéuticos, fundición de oro, equipos ferroviarios».

«Estamos muy entusiasmados con este acuerdo y lo que significa para la industria manufacturera estadounidense», ha comentado.

Trump mira a los sectores con superávit

El ministro de Economía y vicepresidente de Suiza, Guy Parmelin, viajó a Washington en busca de este acuerdo, similar al de la UE, en un proceso de negociaciones en marcha «desde abril», según Greer, cuando Trump desató la guerra comercial con el resto del mundo.

«Suiza accedió a gestionar su superávit comercial con Estados Unidos asegurándose de que en rubros donde tienen un superávit con nosotros, como los sectores farmacéuticos, del oro, etc., sus empresas fabricarán aquí (en territorio estadounidense)», ha indicado el representante de Comercio estadounidense.

En agosto, Estados Unidos elevó los aranceles de Suiza del 31% inicial al 39%, una de las tasas más altas, bajo el argumento del amplio superávit comercial suizo en los intercambios bilaterales. La medida ha afectado a industrias importantes del país, como la relojera, la mecánica o la alimentaria, en particular a populares exportaciones como el chocolate y el queso.

En ese contexto, el Gobierno suizo revisó en octubre sus previsiones de crecimiento en 2026, con una rebaja de tres décimas hasta el 0,9%. Pero ahora, las patronales suizas miran al futuro con más optimismo, al situarse en igualdad de condiciones con sus competidores de la UE.

El directo Instituto Suizo de Economía KOF, Hans Gersbach, reconoce que es un «gran alivio», pero advierte en declaraciones a Reuters que «siguen existiendo cargas económicas y riesgos adicionales para Suiza». En su opinión, los sectores que exportan a Estados Unidos más beneficiados son los de maquinaria, instrumentos de precisión, relojería y alimentación y este impulso permitiría volver a situar las previsiones de crecimiento por encima del 1%.