La investidura de Juanfran Pérez Llorca como nuevo president de la Generalitat está cada vez más cerca. El candidato del PP ha mantenido este viernes una reunión con dirigentes de la dirección nacional de Vox en la que ambas partes han acercado posturas para sellar ese pacto, que parece casi a punto de caramelo. Abrir un diálogo directo con el elegido, y no con la dirección nacional popular, era una de las condiciones impuestas por los de Santiago Abascal.

El propio Pérez Llorca ha destacado en redes sociales la «buena sintonía» que ha habido en el encuentro, en el que según explica se ha constatado la «voluntad de alcanzar un acuerdo» entre las partes por «responsabilidad con la reconstrucción» de la dana, un ámbito de «máxima prioridad» para ambas formaciones, según ha añadido el dirigente popular, quien ha prometido ser «muy transparente cuando haya novedades relevantes».

Unas «novedades relevantes» que podrían materializarse en el corto plazo, ya sea en forma de anuncio de pacto entre PP y Vox para la investidura o con el registro de la candidatura de Pérez Llorca ante las Corts, el paso formal necesario para cambiar de pantalla. El límite legal para presentar un nombre vence el miércoles 19 de noviembre. Cuando esto suceda, la presidencia de la Cámara deberá fijar una fecha para el pleno de investidura entre tres y siete días hábiles después.

Ese calendario está condicionado por la declaración como testigo de Pérez Llorca ante la jueza de la dana, fijada para el viernes 21 de noviembre. Si se apuran plazos, lo que se antoja como el escenario más posible, el debate de investidura será la semana que se inicia el lunes 24, por lo que el PP no tendrá problemas para jugar con los tiempos y evitar que acuda al juzgado ya como president de la Generalitat.

Pacto encarrilado

La reunión de este viernes ha sido la primera que mantiene Pérez Llorca de forma presencial con los negociadores de Vox desde ser el designado por Alberto Núñez Feijóo para suceder a Mazón. Y a la vista de la valoración que ha hecho el popular del encuentro, las buenas relaciones se han consolidado también en el cara a cara, lo que lleva a pensar que su camino al Palau está cada vez más allanado. Fuentes conocedoras confirman que se ha consolidado el marco de negociación y se ha avanzado en algunos puntos concretos, aunque las conversaciones continúan.

Es la primera vez que el también número dos del PPCV y alcalde de Finestrat, que el lunes decía no saber nada de su candidatura, se refiere pública y abiertamente a las negociaciones con Vox desde que fuera señalado por Génova este martes, confirmando de paso que están pilotadas por él en primera persona.

Que Pérez Llorca sea el interlocutor con Vox no sorprende a estas alturas de mandato, pues ha sido el artífice de todos los pactos sellados por Mazón y los de Abascal en lo que va de legislatura: desde el acuerdo exprés de gobierno de 2023 hasta el rubricado para los presupuestos de 2025, aprobados hace pocos meses y que Vox ha situado como base de esta nueva negociación. Para ese acuerdo, cabe recordar, Mazón tuvo que asumir en una declaración televisada en directo algunos de los postulados más duros de Vox en inmigración y medio ambiente.

Vox y la batalla cultural

Este viernes, mientras en privado avanzaban las negociaciones, Vox seguía marcando sus líneas más duras al PP valenciano en público. Tras pedir no acoger más migrantes, construir presas y diques o reclamar que las mujeres con velo no tengan acceso a la Renta Valenciana de Inclusión, la última exigencia ha sido pedir prohibir el burka o el nicab en espacios públicos. Inciativas todas ellas no aplicables por un gobierno autonómico pero a las que se ha ido abriendo la dirección nacional del PP desde Madrid.

Génova ha mostrado estos días especial interés en remarcar que «supervisará» cualquier pacto que pueda alcanzarse entre el PP valenciano y Vox. Quiere trasladar una imagen de autoridad, de que controla todo el proceso, especialmente después de un inicio convulso donde la federación valenciana se movió entre bambalinas para tener voz en la sucesión de Mazón y evitar un ‘dedazo’ desde Madrid.

Al final de la partida, esa estrategia trazada por el propio Pérez Llorca, los barones provinciales y el propio Mazón antes incluso de anunciar su dimisión ha cristalizado. A cambio, el movimiento reabrió las desconfianzas entre Génova y el PPCV, unas cicatrices que se suturaron durante el fin de semana con una serie de contactos entre el candidato y Feijóo que, tal como informó este diario, que culminaron con una llamada el mismo martes entre ambos y que derivó en el anuncio de la designación de Pérez Llorca.

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