A Telefónica se le van esfumando las opciones de fusiones en España. Si bien hasta hace unos días los rumores de mercado apuntaban a una posible integración con Vodafone o Digi, ahora las quinielas se han reducido solo a la primera de esas compañías … ya que la segunda, la teleco rumana, descarta cualquier opción que implique perder el control de su filial española.
Digi, al tiempo que anunciaba ayer haber alcanzado ya los 10,2 millones de clientes en nuestro país, confirmaba que su intención es sacar a Bolsa su filial en España, pero siempre sin perder el control desde Rumanía. «En línea con su estrategia de seguir mejorando la estructura de capital y la posición de financiación a largo plazo de sus filiales», el grupo afirmó estar explorando el salto al parqué para «una participación minoritaria». Es decir, que en cualquier escenario, la matriz rumana seguiría controlando más del 50%. El objetivo es dar entrada a inversores institucionales para apoyar la estrategia de crecimiento en nuestro país: seguir con el despliegue de fibra y desarrollar su red móvil. Fuentes del sector confirman que la teleco rumana empezó a sopesar esta posibilidad antes del verano. Ahí empezó a sondear al mercado, lo que da cuenta de que no quieren una colocación de acciones acelerada sino que se lo toman con calma, de cara a 2026.
Al mismo tiempo, Digi dio portazo a cualquier rumor de operación con Telefónica ya que no contempla «ninguna operación» que suponga perder el control de la compañía. La posibilidad de que la teleco dirigida por Marc Murtra hiciera un acercamiento sobre la rumana era algo que se comentaba en los corrillos del mercado, entre bancos de inversión e internamente en el grupo, aunque lo que llevaba sonando con más fuerza era una operación con Vodafone.
Y precisamente, tras el pronunciamiento de Digi, Vodafone es la única alternativa. Telefónica presentó hace días su plan estratégico y destacó que promoverá operaciones en los mercados en los que está presente, ya que está «preparada para las posibles oportunidades que se presenten».
«Estamos manteniendo conversaciones continuas en cada uno de nuestros mercados principales», desveló su presidente Marc Murtra, que añadió que cualquier operación pasará por tres condiciones: «sinergias de costes y redes, precio apropiado y ‘remedies’ apropiados con los reguladores».
Estas condiciones que se autoimpone Telefónica le dificultan de por sí las operaciones corporativas de cierto tamaño, en especial en lo que tiene que ver con los ‘remedies’, que son las condiciones que fijan las autoridades para dar el visto bueno a una integración. Por ejemplo, si la compañía acordara una fusión con Vodafone pero las autoridades de competencia le obligaran a desgajar parte de los negocios para crear otro operador independiente, eso truncaría la consolidación. Esto es algo que el propio Murtra ha señalado recientemente ya que no tendría sentido integrar otra gran compañía y que al mismo tiempo te obliguen a vender parte de sus activos.
En ese problema podría entrar la operación con Vodafone, que tendría que ser revisada por las autoridades de competencia. Fuentes del sector de las telecomunicaciones se muestran convencidas de que la consolidación en España pasa por realizar operaciones sobre el operador rojo, que este desaparezca y pueda engordar a alguno de los otros tres jugadores del mercado… o a los tres a la vez.
La teleco de bandera española indicó en su plan estratégico que promoverá la consolidación del sector en sus mercados
En el mercado empieza a surgir la posibilidad de que se realice una operación a cuatro: que Vodafone España desaparezca y sus activos/negocios se los repartan entre los otros tres, que son Telefónica, Masorange y Digi. Sin embargo, en el sector de momento todo son incógnitas y hay quienes no tienen realmente claro que el grupo dirigido por Marc Murtra vaya a poder impulsar la consolidación real en España.
Esas dudas sobre las fusiones surgen también de los propios pronunciamientos de Telefónica, que en el plan estratégico vino a decir que hay diferentes maneras de llevar a cabo la consolidación del sector. Por una parte están las fusiones y adquisiciones tradicionales y, por otra, la «compartición de infraestructuras». Ejemplo claro de esta última pata es la sociedad conjunta de fibra que han creado con Vodafone, o los rumores que existen de otra sociedad conjunta de fibra con Masorange.
Aparte, además, estaría el cómo se financiaría una fusión teniendo en cuenta la deuda de la operadora azul; ahí surge una posible ampliación de capital, que la considerarían en Telefónica, pero habría que ver cómo se lo tomarían sus accionistas.