Hace más de un siglo y medio que se celebró la primera corrida de toros en Mallorca y nunca antes una mujer había presidido festejo alguno. Nunca hasta ayer en Inca cuando Carmina Albaladejo, directora de retail de la marca de calzado Carmina Shoemaker y una de las 50 mujeres más influyentes de Balears en 2025, según Forbes, rompió este techo de cristal marcando un hito en la tauromaquia isleña. Fue en un festejo prácticamente sin turistas, con un gran porcentaje de mallorquines de todas las edades (niños incluidos) y una etiqueta mucho más informal que en la gran mayoría de ruedos de España como el de Palma.
El coso de la capital de es Raiguer contó con un gran dispositivo de seguridad formado por efectivos de la Policía Local, de la Guardia Civil y de una empresa de seguridad privada. Además, en la entrada de la plaza un equipo de sanitarios con ambulancias medicalizadas y un perro de los TEDAX, la unidad de desactivación de explosivos de la Benemérita, contribuyeron también a mantener el orden mientras el público hacía cola en el exterior de la plaza.
Un centenar de personas se manifestó para recriminar la entrada de menores en el coso. Foto: José Ramos.
A pesar del gran dispositivo, allí mismo en medio de la muchedumbre, vehículos y profesionales una mujer de unos 60 años trataba de llegar con dificultad a la puerta de la plaza. Tenía una pierna escayolada que compensaba a paso lento e inseguro con la ayuda de dos muletas. Iba acompañada de sus sobrinos, un niño y una niña de unos seis y ocho años aproximadamente. En los 30 metros que separan la esquina de la plaza donde la vimos y la puerta, ninguna de las personas con las que se cruzó la ayudaron hasta que encontró a la madre de los pequeños, quien desplegó un taburete para que la mujer pudiera descansar.
Eso sí, durante el recorrido, el medio centenar de activistas situados sobre un muro de varios metros gritaba eslóganes como «Los niños al parque, no a ver matar».