Perseguía el histórico CBZ el sueño de volver a que se escuchara su nombre en el baloncesto español y va camino de ello. El equipo aragonés sacó ya la cabeza con su merecido ascenso a Segunda FEB y ahora el nuevo proyecto que ha preparado para la nueva categoría promete dar muchas alegrías y dar mucho de que hablar. Aunque cautos, nadie en el club puede ocultar su alegría con la plantilla que han conseguido formar, un grupo de jugadores que son todos «nuestras primeras opciones».

Así lo asegura Víctor Rubio, el nuevo técnico de los zaragozanos. «Ha sido muy bonito comprobar cómo hemos ido pudiendo cerrar todo lo que tenías planificado en nuestros listados, todo opciones prioritarias. Hemos conseguido todos los ingredientes y todas las cualidades que queríamos que estuvieran presentes en la plantilla», relata el técnico.

Rubio casi se emociona al hablar del talento aragonés que va a tener a su disposición con jugadores como Dani Arjol o Pablo Aso, la veteranía de Guille Colom o la calidad y el poderío físico de Okeke o de Knowles. La guinda y la magia al proyecto la pone Óscar Alvarado, el líder histórico de asistencias en LEB Oro. «Tiene un recorrido increíble y es un orgullo que nos haya elegido para seguir con su carrera», reflexiona el entrenador del CBZ. «Eso ha pasado con Alvarado y con el resto. Cada uno tiene sus metas y objetivos, pero todos han creído en nosotros y en el proyecto que estamos montando. Les ha gustado mucho lo que les hemos explicado», añade.

Conexión mutua

En esa tarea, Víctor Rubio apunta tanto hacia José Luis Rubio, el presidente, como a Toño Martín, el director deportivo, como artífices al igual que él de lo conseguido en el mercado. «El trabajo del club ha sido fabuloso. Han sido semanas muy intensas, pero es un lujo poder trabajar con ellos y haber podido formado una plantilla tan interesante e ilusionante. Desde el primer día he sentido una conexión mutua», resalta el técnico, que destaca otro de los aspectos del CBZ que ha sido clave tanto para su aterrizaje en Zaragoza como para el de muchos de los jugadores. «Este club tiene una historia detrás muy grande. Tiene una identidad y unos colores que todos queremos defender. La ambición de todos es máxima».

No obstante, y aunque no elimina la tremenda ilusión del técnico, de momento la precaución puede con la euforia. «Creo que tenemos una muy buena plantilla. Pero ahora nos tenemos que convertir en un equipo, que son cosas muy distintas», advierte. Sobre cómo va a jugar el nuevo CBZ. Rubio espera que «todos pongan su talento al servicio del bien común, crecer desde la solidez defensiva y el rebote y a partir de ahí sentirnos cómodos y libres para atacar». Aunque el objetivo de un recién ascendido debe ser consolidarse en la nueva categoría, el técnico asegura que «no voy a cortar» ningún tipo de sueño. «Soy ambicioso por naturaleza. Yo siempre entreno con el objetivo de que mi equipo sea campeón de Liga. Luego la competición te pone en tu sitio. Pero no hay tanta diferencia luego entre los equipos que acaban en el playoff que los que pelean por el descenso», analiza.

Esa misma línea de ambición sigue Toño Martín, el director deportivo. «Como dice el presidente, hay que poner los objetivos altos porque si no la gente se relaja. Queremos estar entre los ocho primeros. Esta Liga es complicadísima, una montaña rusa, pero por qué no vamos a pensar en grande. Igual luego nos damos en susto, pero hay que mirar hacia arriba», asegura con convicción.

Martín pone también el valor el esfuerzo que ha hecho el club aragonés para reunir a este grupo: «Estamos muy satisfechos porque tenemos un equipo de garantías. Hemos solventado nuestras limitaciones, económicas y de otro tipos, y no podemos negar que la plantilla tiene muy buena pinta».