En el Camp Nou no hay una estatua de Joan Gamper, aunque sí hubo un busto suyo en la entrada a la tribuna, como una escultura de Koeman que seguramente se guardaron. Como deben estar a buen recaudo las de Kubala y Cruyff para reponerlas con el Nou Camp Nou. A ellas se unirá la de Messi, si Leo da el OK en un proceso que no da la sensación de que será corto ya que la elección consensuada del diseño de la figura tampoco debe ser fácil. El tema de las estatuas y los nombres es complejo porque las que están seguro que se lo merecen pero en el aire siempre quedan las ausentes también con merecimientos claros.
La trilogía de estatuas sería Kubala, Cruyff y Messi. Indiscutibles. Ninguno catalán de nacimiento, aunque sí de adopción. Es que lo de las estatuas y los nombres no tiene stop. No habrá nadie de La Masia, aunque Leo sí que puede representar la cantera, pero no a los muchísimos futbolistas nativos. Samitier, Rexach y Guardiola son seguramente los tres símbolos más potentes en ese sentido. Los tres han sido algo más que futbolistas. Charly fue jugador, entrenador, director técnico y asesor, dedicando toda una vida al FC Barcelona. El único ‘one club man’ de los tres. Pep ha sido el más laureado como entrenador y representativo como capitán y ‘l’home llagosta’ fue el primero que elevó la gloria barcelonista siendo de alguna forma el artífice del magnífico equipo de les Cinc Copes, el primer gran Barça de la historia. Seguramente es necesario el reconocimiento a un jugador autóctono, como símbolo, junto a la trilogía incuestionable.
Otro tema delicado y complicado son los nombres. El Barça ya tiene la Ciutat Esportiva Joan Gamper, el campo de entrenamiento Tito Vilanova, el Museu Josep LLuís Núñez, el palco Josep Sunyol, La Masia Oriol Tort, la sala de prensa Ricard Maxenchs o el estadio Johan Cruyff. Y es que en estatuas y nombres es difícil detenerse. Pero al final la gente llama a los sitios por lo que son más que por el apellido. El estadio será siempre el Camp Nou. Y está bien. La historia de 125 años da para mucho y seguro que siempre se deja fuera una estatua o un nombre que merecía estar.