El tenis le tenía guardado una sorpresa a Felix Auger-Aliassime, quien a pesar de tener 25 años, lleva mucho tiempo con el estatus de ‘eterna promesa‘, pues desde que despuntó siendo muy joven, ha sido muy irregular, encadenando grandes momentos con muchas dudas. Por ejemplo este año, cuando llegó a pasar por un tramo de la temporada donde nada le salía, bordeando salir del top 30 y sufriendo de lo lindo. Sin embargo, como ya había hecho más veces en su carrera, ha aprovechado el final de campaña y la pista dura, de la que es gran especialista, pero dar un paso adelante volver a estar entre los mejores.
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Ya con la final del Másters 1000 de París, el mejor resultado de su vida junto a la del Mutua Madrid Open en 2024, demostró estar de dulce, pero las ATP Finals han sido su llave de acceso a la más absoluta élite. Tras colarse de rebote tenía un grupo durísimo junto a Jannik Sinner, Alexander Zverev y Ben Shelton, pero lejos de acusar la dificultad y pasarlo mal, ha ido un paso más allá, demostrando que es uno más de este selecto grupo y está en semifinales, donde se medirá a Carlos Alcaraz, en busca de ampliar su gran momento.
Un palo al tenis mundial
Tras alcanzar semejante hito, uno de los más grandes de su carrera, al canadiense se le vio exultante, algo que suele también mostrar en los momentos no tan buenos, pues no deja de ser una de las personalidades más genuinas del circuito. Por eso mismo le han preguntado en Turín, ya que en estos tiempos donde cada vez hay profesionales que sufren más, ya sea por el calendario, ya sea por el estrés de estar semana a semana al máximo, él usualmente mantiene un perfil diferente, y tiene una explicación: no entiendo cómo hay gente que no lo disfruta. Creo que pierden la perspectiva por completo. Entiendo que uno se canse. Yo también me canso. Viajo mucho y conozco diferentes situaciones por todo el mundo. La verdad es que somos afortunados”.
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Por eso mismo, tiene claro que, al menos en su opinión su vida de deportista del máximo nivel es para disfrutarla, algo que él hace cada día al levantarse, y quienes no sean capaces de hacerlo, son libres de dar un paso al lado: “Cada día que me levanto lo disfruto. Disfruto de estar aquí. Incluso si pierdo partidos, no pasa nada, solo me enfado un día. No lo sé. Si quieres jugar menos torneos, quédate en casa. Nadie te obliga a estar aquí”.