No se apreció durante el partido, pero sí en los resúmenes posteriores que emitieron las televisiones. Unai Simón salió del estadio de Tiflis con una … ostensible cojera. Al parecer se lastimó el tobillo derecho en los últimos minutos del partido que le hace ser duda para el compromiso de la Roja el martes ante Turquía en el estadio de La Cartuja. A falta de que la selección emita un parte de las molestias que padece el guardameta del Athletic, todo apunta a que el de Murgia descansará y que su puesto lo ocupará David Raya a la espera de que se recupere para el choque del próximo fin de semana ante el Barcelona.

Fue la única nota que genera cierta preocupación entre los aficionados rojiblancos, porque hasta el pitido final los tres seleccionados del equipo de Ernesto Valverde habían vivido un duelo plácido contra Georgia en Tiflis. Unai Simón y Aymeric Laporte lo hicieron en el campo, mientras que a Dani Vivián le tocó hacerlo desde el banquillo.

El portero mantuvo su imbatibilidad y ya son 509 los minutos que lleva sin recibir un tanto. Tuvo cierta fortuna porque en los últimos quince minutos del encuentro, cuando más se estiraron los georgianos en busca del tanto del honor, un centro desde la banda derecha lo trató de despejar Marcos Llorente, pero rebotó en los pies de Cubarsí y se fue al palo. El rechace finalmente lo sacó el lateral del Atlético.

Laporte, resolutivo

Esta ocasión y un disparo que atajó bien el guardameta alavés fueron las dos únicas aproximaciones con cierto peligro en las que tuvo que intervenir en la segunda mitad. En la primera, tocó tres balones, todos con los pies para despejarlos, porque el repliegue de la defensa de España resultó muy efectivo.

La lesión de Le Normand ante el Union St. Galloise, en Champions, y los problemas musculares que sufrió el central de Real Madrid Huijsen en el último entrenamiento antes del choque facilitaron que Laporte fuera titular y cumplió con creces. Tuvo de compañero a Cubarsí y fue el encargado de sacar el balón desde atrás, sobre todo durante la primera mitad. El de Agen mostró una buena conexión con Baena en la banda izquierda, y una de ellas fue el origen del penalti con el que Oyarzabal abrió el marcador.

Bien posicionado, se encargó de cortar un balón profundo que los georgianos metieron en el último minuto antes del descanso. Tras la reanudación mostró su autoridad para evitar que sus rivales se crecieran. Vivián, por su parte vio el choque desde el banquillo. Puede que tenga su oportunidad el martes.