No estaba Carvajal. No estaba Le Normand. No estaba Huijsen. Tampoco estaba Rodri, Balón de Oro, casi nada. Ya ni les cuento, no pudo jugar Pedri, otro mago. Ni siquiera asomó la cabeza Nico Williams, la otra pubalgia famosa. Y, para colmo de males, de ausencias, de carencias, Lamine Yamal se tuvo que volver a casa porque el Barça, dicen, se enteró tarde de que el tratamiento que le han aplicado para curar su pubis, precisaba de diez días de descanso.

Total, que la selección española de fútbol, que dirige Luis de la Fuente, que parece más un profesor de instituto que un seleccionador, jugó anoche sin (casi) siete de sus habituales titulares y arrolló a Georgia, metiéndose ya, virtualmente, en el Mundial de Estados Unidos del próximo año.

Y lo hizo provocando, generando, llevando a las tertulias el más bobo de los debates: ¿Es esta selección mejor que la del 8-10-12? ¿Es esta novedosa y, ya ven, portentosa selección con cualquier futbolista, con todos, mejor que aquella que nos deleitó con la Eurocopa de 2008, el Mundial de 2010 y la segunda Copa de Europa del 2012?

Mikel Oyarzabal, tras su gol de penalti contra Georgia.

Mikel Oyarzabal, tras su gol de penalti contra Georgia. / Tamuna Kulumbegashvili / AP

Pues no, lo siento, pero no lo es. Ésta siendo muy, muy, buena, bueno, extraordinaria, tanto que ya la han colocado como la principal candidata al título mundial del próximo año, es, simplemente (o no tan simplemente) aspirante a todo, sí, a todo lo que se le ponga por delante.

Pero es que aquella, ya lo ha conseguido y lo logró, también o muy especialmente, con un fútbol celestial. Para ganar lo que ganó aquella selección, ¡ojito!, se debe ganar a los mejores muchas veces, en muchas fases clasificatorias, en muchos cruces, en muchas semifinales y en bastantes finales. Aquellos lo hicieron: 8-10-12, casi nada. Éstos tienen pinta de que pueden repetirlo. Pinta.

El seleccionador Luis de la Fuente, con más cara de profesor de instituto que de entrenador, no tuvo a siete de sus habituales titulares (Carvajal, Le Normand, Huijsen, Rodri, Pedri, Nico y Lamine Yamal) y sus sustitutos hicieron un prodigioso partido, que acabó en goleada ante Georgia.

Una cosa tengo clara. Meterse en esta selección va a costar sangre, sudor y lágrimas. Va a ser muy caro estar entre los elegidos. Todos estamos convencidos de que De la Fuente sabe que sus dos ‘chicos de oro’, Lamine Yamal y Nico Williams, amigos de todo, repito, de todo y ustedes ya me entienden, héroes de la Eurocopa, ausentes últimamente en la selección, van a ser vitales en EEUU para intentar ganar la segunda estrella para el pecho de ‘la roja’.

Pero ¡ojo! porque si algo demostró la goleada de ayer, vale, era Georgia, pero había que meterlos, es que, hoy por hoy, para ganar, para lucir palmito, para jugar bien al fútbol, para mantenerse en la cresta de la ola, Hansi Flick necesita mucho más a Lamine Yamal, que Luis de la Fuente.

Es más, De la Fuente incluso se puede permitir el lujo de acariciar la cara del ‘mister’ alemán y ser tan atrevido como para devolverle a Lamine Yamal y colocar en la selección a su suplente, Ferran Torres, y, repito, ganar por goleada; eso, con gol de Ferran.

Clasificación para el Mundial 2026: Georgia - España.

España golegó a Georgia, anoche, camino del Mundial de EEUU. / Agencias

Ya he leído algún texto en Madrid e, incluso, algún cántico de esos futboleros que dicen “no pasa nada, tenemos a Oyarzabal”. Todos se juegan mucho. Los primeros, los futbolistas, que les va en ello desde el prestigio, premios gordos, balones de oro, imagen y millones de euros, hasta sus clubs de origen y la selección.

Pero, insisto, cuando aquí nos rasgamos las vestiduras porque Lamine Yamal no acaba de curarse, ‘la roja’ alinea a su suplente y golea; coloca a Baena, Barrios y Llorente, que, en el Atlético del Cholo Simeone, ya, vale, sí, pero no son lo que son, ni hacen lo que hacen vestidos de rojo e, incluso, De la Fuente se permite el lujo de jugar sin siete ¡siete! de sus titulares y regresar de Georgia con un contundente 0-4.

Eso de “no pasa nada, tenemos a Oyarzabal” suena a broma, pero es hasta peligrosamente cierto. Hasta hubo quien bromeó con un “reservemos a Lamine Yamal para el próximo Mundial, el de 2030, que jugamos en casa y así no se enfada el Barça, y ganemos el de Estados Unidos con Ferran”.

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