Domingo, 3 de agosto 2025, 23:27
Cuando el primer fin de semana de octubre arranque la Liga Femenina Endesa, se pondrá en marcha la temporada más especial de dicha competición desde el punto de vista granadino. Se dará un hecho nunca antes visto, y es que tres paisanas disputarán la misma, lo inimaginable hace unos años. A la veterana Belén Arrojo, que formará parte de la misma por decimosegunda campaña, se unirán dos debutantes que han seguido caminos distintos para alcanzar el primerísimo nivel del baloncesto femenino español: Marina Gea y Marta Morales.
«No me había parado a pensar que íbamos a estar tres granadinas en la LF, pero es muy chulo», subraya Gea, pieza fundamental en el reciente ascenso del Estepona –12’1 puntos, 5’4 rebotes, 4’2 asistencias y 2’6 robos media el último curso–, con el que seguirá una temporada a las órdenes de Francis Tomé. «Es una gran oportunidad para que sepan de dónde venimos y que el baloncesto granadino importa», reivindica Morales, una habitual en las categorías inferiores de la selección española que volverá al país en las filas del Cadí La Seu en la que será su primera experiencia como profesional tras cuatro temporadas en la NCAA estadounidense, dos en la universidad de Wake Forest y otras tantas en Providence.
Ambas se verán las caras en el primer escalón nacional con Arrojo, flamante fichaje del Perfumerías Avenida de Salamanca, y pieza importante, como referente local, en la carrera de ambas. «Yo le debo mucho. Fue quien me hizo dar el paso de al Siglo XXI. Tenía muchas dudas, y fue literalmente tras una conversación con ella cuando decidí irme. Partiendo de eso, que no tenía por qué haberme ayudado, le tengo un gran cariño», desvela Morales sobre la influencia de Arrojo, quien «siempre ha sido un espejo en el que mirarse». De ahí su sonrisa nerviosa cuando recuerda aquella cita crucial, de la que ya han pasado ocho años: «Me dijeron que iba a hablar con ella y yo solo pensaba: ‘madre mía, si es una superestrella’. Poder jugar ahora contra ella va a ser muy bonito», prosigue la alero de veintidós años, que no ha tenido excesivo contacto con la internacional española desde aquella reunión.
Más cerca la ha tenido Marina Gea, excompañera durante varias temporadas de Laura, la hermana de Belén. «Siempre fue una referente y el reto que querer alcanzar. Algunos veranos iba a tirar con ella e iba muy nerviosa por su presencia. Si es verdad que yo la humanicé un poco más por ser la hermana de Laura y hemos coincidido en cumpleaños y cosas así. Pero es alguien que siempre ha estado ahí, como consejera cuando he estado agobiada a la hora de no saber dónde fichar algún año o para tomar alguna decisión. Va a ser muy ilusionante poder coincidir en una cancha», valora Gea, canterana de Agustinos que debutará en la LF con 24 años.
Debutantes
Las dos granadinas se han ganado por derecho propio derribar el muro de la máxima categoría nacional. Una competición, por cierto, en auge y mucho más incierta que en temporadas previas, cuando Perfumerías Avenida, Valencia Basket y Spar Girona se repartían los títulos. En los últimos cursos, proyectos como el Casademont Zaragoza o el Hozono Global Jairis –equipo de Belén Arrojo los dos últimos ejercicios– han alterado el ‘statu quo’, haciéndolo mucho más incierto. «Es una Liga muy competitiva y llego con mucha ilusión, también por hacerlo en el equipo con el que he conseguido ascender», arranca Gea. «Para mí es un reto. Cada temporada lo es, desde luego, pero ahora vengo desde Estados Unidos y me toca demostrar hasta dónde soy capaz de llegar», continúa Morales.
Interés de varios equipos
El nivel de Marina Gea y Marta Morales despertó este verano el interés de varios equipos de la LF Endesa, pero ambas argumentan así su decisión. «Estepona era la mejor opción, ya que además tenía el sentimiento de no querer dejar el club con el que he subido», subraya la primera. «Por Cadí han pasado históricamente muchas jugadoras jóvenes que han mejorado allí. Además, conozco a Isaac Fernández –su nuevo entrenador– de las selecciones y sé que es un buen sitio para empezar porque en ese equipo las nacionales han tenido mucho peso siempre», defiende Morales.
Ambas han seguido rutas dispares hasta este punto en común. Morales es considerada desde hace años uno de los grandes proyectos de la cantera española, pero ahora, tras casi un lustro al otro lado del Atlántico, tendrá que volver a enseñar de qué es capaz tras salir un tanto del radar. «No es igual que estar aquí, claro. Por eso, quiero demostrar que este periplo me ha servido y que puedo llegar a tener nivel para esta Liga. Me gusta este reto porque hay muchos hándicaps y quiero que se vea lo que puedo hacer», sostiene la jugadora formada en el GmasB, que guarda «solo cosas positivas» de su etapa americana. «Me ha cambiado como jugadora y como persona», agradece, sin ocultar que el baloncesto allí, a veces, es otra película. «Al principio el inglés era una barrera y en el juego, los conocimientos que hay aquí son diferentes. Son dos estilos distintos y echo de menos jugar por conceptos e inteligencia más que tanto uno contra uno, como pasa allí», explica. Sobre ese retorno a un juego más táctico, asume que «va a precisar una adaptación, pero no me voy a poner presión, porque por el estilo de jugadora que soy puedo jugar por conceptos perfectamente», dice.
Por su parte, Gea lleva bastantes temporadas llamando a la puerta de una elite a la que ya ascendió en 2023 con el Celta, pero entonces no se quedó en la plantilla. Su intensidad, adictiva, siempre fue un valor enorme para sus equipos, especialmente en tareas defensivas, pero en Estepona se ha destapado en versión más anotadora, tirando la puerta de la LF Endesa abajo. «Ha sido mi segundo año allí, con el mismo entrenador, y eso me ha ayudado a seguir el camino. Simplemente juego y me divierto», replica, desde su habitual humildad. Cuestionada sobre cómo trasladará esa evolución ofensiva a la máxima categoría nacional, es cauta. «Será un Liga nueva, con un equipo casi nuevo y eso requerirá un tiempo. No tengo grandes expectativas, pero quiero disfrutar del baloncesto y la competición y ver cómo se da todo», añade. De momento, ambas trabajan en Granada de forma individual. Será entre la segunda y la tercera semana de agosto comenzará la preparación de los diferentes equipos de la LF Endesa.
Difícil regreso
Es inevitable pensar en lo que podría ser un futuro con las tres granadinas jugando para el equipo de su ciudad, pero es un escenario que se ve realmente lejano ahora mismo, con el GmasB en la Liga Femenina 2 –tercera categoría nacional–.
«Me tuve que ir forzada por lo que pasó con el Raca, pero quería sentir el no ser siempre la de casa», analiza Marina Gea, a la que sin duda salir del nido la ha hecho mejor jugadora. «¡A mí me encantaría, yo creo que podría incluso decir que es mi sueño!», sonríe nerviosa Morales, quien también jugó algunos meses en aquel Raca tan puntero como poco real a largo plazo en la Liga Femenina Challenge. «Cuando regresé en verano, pensé: ‘¿pero qué ha pasado aquí?’», recuerda. Quizá algún día los cimientos sean más firmes y puedan volver a casa… a jugar.
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