Albacete tiene nuevo motivo de orgullo. La prestigiosa revista National Geographic ha incluido el Pasaje de Lodares entre los edificios más emblemáticos de España, destacándolo como el símbolo arquitectónico por excelencia de la provincia. Ubicado en pleno corazón de la capital, este icónico pasaje comercial y residencial es, según la publicación, una muestra única del modernismo albaceteño y una de las joyas arquitectónicas más singulares del país.
«Mientras que otras urbes españolas necesitaron de un puerto, de una catedral o de un mercado para demostrar su estatus capitalino, Albacete marcó territorio hace casi 100 años con una construcción casi inédita en España», señala la revista. «Y es que el Pasaje de Lodares es lo que pasa cuando se mezclan las galerías comerciales de estilo italiano con el modernismo suavizado que se exportó desde Cataluña y que llegó a la mayoría de las urbes industriales en los años 20», añade National Geographic.
Pasaje Lodares de Albacete / Foto: EFE – Manu
Construido en 1925
La obra fue promovida por Gabriel Lodares, político y empresario visionario que también fue alcalde de Albacete, y diseñada por el arquitecto valenciano Buenaventura Ferrando Castells. Construido en 1925, el edificio se inspiró en las grandes galerías italianas de principios del siglo XX y pronto se convirtió en un referente de modernidad. Su estructura -cubierta por una elegante bóveda de hierro y cristal- permite que la luz natural se filtre y transforme la atmósfera del pasaje a lo largo del día.
La revista subraya que Ferrando Castells logró un equilibrio excepcional entre la innovación y la elegancia: «El arquitecto levantó un edificio con filosofía art nouveau (luz natural, formas sinuosas, materiales modernos) pero sin caer en el manierismo de otros coetáneos, logrando crear un conjunto elegante, sofisticado y regio que ha envejecido muy bien», cuenta.

Está lleno de detalles y anécdotas
Más allá de su valor estético, el Pasaje de Lodares está lleno de detalles y anécdotas que lo hacen aún más especial. Declarado Bien de Interés Cultural, su ornamentación incluye balcones de forja retorcida, esculturas mitológicas y columnas de aire renacentista que separan los locales interiores. Entre sus figuras decorativas, destacan dos esculturas inspiradas en personajes reales, una prostituta que trabajaba en la zona y un albañil de la obra, pequeños homenajes que humanizan el conjunto y lo conectan con la historia cotidiana de la ciudad.
El pasaje también ha sido testigo de momentos clave de la historia reciente. Durante la Guerra Civil Española, el edificio albergó la sede de Radio Albacete, que fue tomada por el bando nacional en los primeros días del conflicto. En un intento por silenciar sus emisiones, un avión republicano despegó desde San Javier (Murcia) con el objetivo de bombardear el edificio. El ataque no tuvo éxito, pero la locutora que transmitía el parte de guerra terminó casándose con uno de los aviadores.
Pasaje de Lodares en Albacete / Foto de archivo
Hoy, casi un siglo después de su construcción, el Pasaje de Lodares sigue siendo un espacio vivo, lleno de historia, elegancia y vida local, y un punto de visita imprescindible para quienes quieren descubrir el auténtico espíritu de Albacete.