El palazzo Borghese de Florencia se ha vestido de gala para acoger este sábado la tradicional cena de gala de la Consulta dei Sentori del Regno una asociación fundada a mediados del siglo pasado por ex senadores italianos y respaldada por el rey Humberto II que busca preservar los valores del Risorgimiento y la unificación de Italia —desde 2001 existen dos asociaciones con el mismo objetivo, una que apoya a los Saboya-Aosta y otra (esta) a favor de los herederos directos del último rey de Italia—.

Una cita con un cierto aire nostálgico celebrada en este espectacular palazzo renacentista situado en el centro de Florencia cuyo origen hay que buscarlo en varias casas modernizadas y unificadas hacia 1635 por el célebre arquitecto Gherardo Silvani como palacio propiedad de la familia Salviati. En la actualidad, acoge eventos y distintas celebraciones que requieren de un toque elegante y a la vez histórico como es el caso de esta gala promovida por la Consulta y Manuel Filiberto de Saboya a la que han asistido 350 invitados. Han disfrutado de un concierto en memoria del difunto Víctor Manuel de Saboya, y una cena cuya recaudación se ha destinado al Instituto Sumo Sacerdote Cristo Rey, como explica la web de la Casa Real de Saboya.

Manuel Filiberto de Saboya, en el papel de Gran Mestre de esta asociación, ha recordad en su discurso el nacimiento de la Consulta, “deseado por su majestad Umberto II en 1955”, pensando en el futuro y la necesidad de que las actividades de esta institución se integren en el “presenta para no contemplar un pasado glorioso sino construir un futuro mejor”.

A su lado ha estado su pareja, la empresaria mexicana Adriana Abascal que ha llamado la atención con un vestido de tul con escote asimétrico que deja al descubierto uno de sus hombros, formado por capas superpuestas, en colores rosa empolvado y azul muy oscuro en el centro del diseño firmado por Marchesa. Compensa el diseño con su melena en un recogido pulido y un maquillaje luminoso centrado en su mirada.