Bajo un sol amable y un ambiente festivo en el Casco Viejo de Pamplona, la séptima edición de la Carrera Popular Solidaria del Teléfono de la Esperanza reunió este domingo a más de un millar de personas. Por primera vez desde que nació este evento, la organización logró superar la barrera de los mil inscritos, una cifra que para la presidenta del Teléfono de la Esperanza de Navarra, Begoña Arbeloa, “es un logro enorme y muy emocionante”.
El Teléfono de la Esperanza cumple 47 años de actividad en Navarra. Su misión, recuerda Arbeloa, es clara: “Nuestro objetivo siempre es la promoción de la salud emocional de las personas”. Para cumplirlo, el equipo combina diversas vías de apoyo, como asistencia telefónica, atención por chat dirigida especialmente a jóvenes, acompañamiento presencial mediante cursos formativos y servicio de atención psicológica.
Según Arbeloa, la carrera es una de las actividades estrella fuera de la organización. “Queremos sacar a la calle lo que hacemos, que la gente sepa que estamos aquí para apoyar, acompañar y escuchar en momentos de soledad, angustia o dificultades”, añade.
El recorrido de 5 kilómetros por el Casco Viejo es un sello característico de la actividad, pero la carrera ofrece cuatro modalidades distintas: carreras sobre 5 y 10 kilómetros, 5 kilómetros caminando y marcha nórdica, también sobre 5 kilómetros. “Nos parece que el Casco Viejo es el entorno más bonito para hacerlo”, subraya Arbeloa. El diseño del itinerario se hace en colaboración con el Ayuntamiento de Pamplona, que todos los años valida su trazado. Por otro lado, cada edición incorpora un lema diferente. La de este año se celebra bajo la frase “Únete a la Esperanza”, una elección que, como explica Arbeloa, responde a la tradición de escoger un verbo que refleje la esencia de la organización.
La organización movilizó este año a un equipo de 150 voluntarios, entre miembros internos del Teléfono de la Esperanza y personas externas que se sumaron para ayudar en la logística. Además, la carrera contó con la colaboración del Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona y un significativo número de empresas que aportaron donaciones económicas o productos para sortear entre los inscritos. La edición de este año también contó con pintacaras, batucada y música a pie de calle.
La jornada estuvo marcada por un sentimiento especial: la carrera se dedicó a Yolanda Saiz, voluntaria de la entidad, figura clave en las ediciones anteriores de la carrera y vicepresidenta del Teléfono de la Esperanza. “Este año es muy especial por el fallecimiento de una persona fundamental para nosotros. Ayudaba con la organización de la carrera en todas las ediciones. Además de voluntaria aquí, cogía el teléfono, estaba en el chat, era nuestra vicepresidenta. Hoy todo esto es un homenaje a ella”, expresa Arbeloa.