Para algunas familias que esperan un bebé la vida a veces les cambia el guion y lo que esperaban que fuera un nacimiento tranquilo y común se convierte en un adelantado camino nuevo e inesperado. «Cuando una familia espera un hijo, nunca piensa que vaya a nacer antes de tiempo, uno se genera expectativas de que va a volver a casa a las 48 horas con un bebe de tres kilos», explica Elena Torrens, enfermera y supervisora de la Unidad de Neonatos del Hospital Son Llàtzer. «Las familias pasan por un duelo, se encuentran con un bebé que además pesa muy poco y tiene que estar en una incubadora, lleno de cables», agrega.
Por ello, con motivo del Dial Mundial del Prematuro, el Hospital Son Llàtzer celebra hoy una jornada dedicada a visibilizar los desafíos de las familias con bebés nacidos antes de la semana 37 de gestación y promueve prácticas que mejoren su supervivencia y desarrollo como el método canguro, «mucho más efectivo que la incubadora», señala Torrens.
Durante el año 2024, Son Llàtzer registró 1.921 nacimientos, de los cuales 114 fueron prematuros, esto representa una tasa del 6%, una tasa que según señalan es estable respecto a años anteriores, pues ronda entre el 7 y 10%.
Existen varios grados de prematuriedad, Torrens especifica que la semana normal de nacimiento está entre la 37 y la 42, antes es tardío prematuro. El extremo prematuro que es anterior a la semana 28 es desplazado al Hospital Son Espases, ya que allí, señala que «tiene el personal y la tecnología específica» para estos casos. En cuanto a los riesgo advierte que «cuanto más prematuro, mayores son los riesgos», especialmente a nivel cerebral.
Un encuentro con la lectura
Coincidiendo con la fecha, el centro inaugura una nueva Biblioteca pediátrica en la unidad, una iniciativa impulsada por las pediatras del equipo de Neonatología y Neurología Infantil. «La idea es que las familias tengan a su alcance libros, especialmente cuentos, aunque hay de todo tipo, para que los padres puedan leerles a sus bebés y así creen un hábito que luego pueden continuar en casa», informa la doctora Antonia Mª Serra.
Asimismo, agrega que la lectura junto al método canguro, es decir, la colocación del bebé sobre el tórax de la madre piel con piel, aporta estímulos «positivos muy variados». «El prematuro escucha la voz, recibe palabras ricas y variadas. En lugar de mirar el móvil, que no aporta nada, dedicar ese tiempo a leer un cuento ofrece un gran beneficio para el neurodesarrollo del bebé». También subraya que favoroce el vínculo maternofilial y de cara al futuro declara que «se asocia a mejores resultados académico». Esto favorece a su vez a las familias, pues «reduce el estrés asociado al ingreso hospitalario», informa Serra.
Este año el hospital también cuenta con la colaboración de la Asociación de Padres de Niños Prematuros de Balears (APREM Baleares), con una vigencia de solo un año, que ha aprovechado para decorar los pasillos envolvernos en calidez y ternura para el día de hoy. «Una prematuridad es dura, y acompañar a la familia hace todo más amable. Lo importante es confiar en los profesionales, comunicar dudas y miedos y celebrar la vida», confiesa la responsable de la asociación Pia Matus, quien también vivió la experiencia y asegura que fue difícil para ella.