
Pepe Herreros
Acaba de aterrizar de Canarias, donde ha finalizado el rodaje de El último barco, un thriller que llegará a Disney+ en junio de 2026 en el que interpreta a una chica desaparecida. “La ficción se basa en los libros del escritor vigués Domingo Villar, el creador del detective Leo Caldas a quien interpreta Javier Gutiérrez. Mi historia es triste, pero el rodaje ha sido muy bonito”, cuenta Alejandra Onieva (Madrid, 1992). Nada más arrancar la conversación telefónica la actriz, popular por éxitos televisivos como El secreto de Puente Viejo (2011-2014) o Las Pelotaris 1926 (2023), deja claro que lo suyo es el set, no el glamour de la alfombra roja, donde suele triunfar con su look clásico y elegante, su pelo recogido y sus vestidos de noche impecables. Lo hizo, por ejemplo, en la 73ª edición del Festival de San Sebastián, donde posó para Vanity Fair con joyas de la marca española Suarez. “En mi día a día siempre voy con vaqueros, deportivas y sudadera; pocas veces llevo pendientes; si acaso, muy pequeñitos. Pero cuando voy a una cena me encanta arreglarme, ponérmelo todo, el collar más llamativo. En una ocasión escogí un vestido muy transparente. Me daba vergüenza, pero me atreví y… no me he arrepentido”, cuenta.
En Donosti, la intérprete ha presentado Anatomía de un instante, la miniserie que adapta la novela de Javier Cercas sobre el golpe de Estado del 23-F dirigida por Alberto Rodríguez y protagonizada por Álvaro Morte —que hace del presidente del Gobierno Adolfo Suárez— y Eduard Fernández —como el secretario general del PCE Santiago Carrillo—; ella participa con un papel breve, pero clave: el de Carmen Díez de Rivera, la primera y única mujer que ha ocupado el puesto de jefe de Gabinete del presidente del Gobierno español. Una figura histórica fascinante que la ha seducido por completo. “Sabía que existía una serie sobre su madre —Lo que escondían sus ojos, basada en la novela de Nieves Herrero sobre el romance entre Sonsoles de Icaza, marquesa de Llanzol, y el cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer—, y conocía algunas pinceladas de su historia por conversaciones familiares, pero no al detalle”, cuenta.
Onieva se preparó de forma exhaustiva. “Busqué mucha información sobre ella, vi un par de documentales y recuerdo estar en mi casa con lágrimas en los ojos mientras profundizaba en su vida, tan dura. Conecté de inmediato con el personaje. Cuando me lo dieron, fue un auténtico regalo. Admiro su valentía”, desarrolla la actriz, que ha acabado sintiéndose identificada con la que fuera eurodiputada por el PSOE. “Carmen peleó por lo que quería. A pesar de su estatus, del qué dirán. Fue una mujer muy avanzada para su época”, apunta Onieva, quien, a su manera, también se rebeló a su destino. “Dejé la universidad por actuar, porque no podía compaginar las dos cosas. Tenía 17 años. En mi círculo fue insólito. Mi familia no me apoyó. Pero me salí con la mía, y me ha ido bien. Mis padres están muy orgullosos de mí. En especial, de este proyecto”.
—¿Cree que está en su mejor momento?
—Me va bien. He rodado en italiano y en inglés. Tener una carrera internacional era uno de mis sueños. Pero lo mejor está por llegar.

La actriz encarna a uno de los personajes más interesantes del último siglo.
Pepe Herreros