Este 11 de noviembre, la Fundación Ferrer-Dalmau hacía entrega de una obra del conocido pintor de batallas a Cáritas Castrense. Su Director General, Alejandro Ferrer-Dalmau Socías, realizaba la donación en la iglesia catedral castrense de las Fuerzas Armadas en la primera celebración del patronazgo de San Martín de Tours. Una ceremonia que fue presidida por el arzobispo castrense Excmo. Rvdo. Monseñor Juan Antonio Aznárez Cobo y en la que estuvo acompañado de sus vicarios episcopales. Al finalizar, el arzobispo tras la lectura de la oración de San Martín, procedió a la Bendición del lienzo.
Suele pensarse que los patronazgos tienen su origen en tiempos remotos. Pero no siempre es así. De hecho, San Martín de Tours, solo hace poco más de un año se convertía en Patrón de Cáritas Castrense. Se elevó la solicitud a la Sede Apostólica y fue aprobada la celebración de su festividad en la propia fiesta del 11 de noviembre. La donación del lienzo se hacía efectiva gracias a la mediación del General Díaz Cruz, Patrono de la Fundación Ferrer-Dalmau y miembro del Consejo Asesor de la institución humanitaria.
Excmo. y Rvdo. Monseñor D. Juan Antonio Aznárez bendice el lienzo
San Martín de Tours. Importantes novedades en la obra del artista
Ferrer-Dalmau suele denominar con humildad este tipo de obras «bocetos» Y tal vez la única razón es su pequeño tamaño y que los ejecute en gamas casi monocromas. Craso error. Boceto es una denominación injusta, ya que en absoluto es una representación abocetada. Es una obra perfectamente terminada y de excelente ejecución y composición. En ella, prescinde del color y juega con la estética de la técnica del carboncillo, lo que le permite mostrar su gran destreza en los matices y volúmenes centrándose exclusivamente en gamas blanquinegras y grises que confiere a las obras una elegancia y sello especial. Pero no es carboncillo, es óleo sobre lienzo lo que dota a la obra de solidez y durabilidad.
Lienzo de Ferrer-Dalmau, el pintor de batallas
Análisis del lienzo
«Dentro de su sencillez aporta interesantes novedades».
Ferrer-Dalmau elige el capítulo más identitario del santo y lo plasma justo el momento en que el santo, yendo a caballo, se detiene y entrega un trozo de su capa a un mendigo aterido de frío. Se ha narrado que entonces le dijo «No puedo darte la capa entera porque es del ejército».
Es una composición casi piramidal en la que, como sello del autor, puede comprobarse que la indumentaria del romano está perfectamente documentada.
El vértice superior es el vistoso casco romano, galea, que cubre la cabeza, de Martín, metálico, y con una prominente cresta de crines, símbolo de rango y distinción. Su capa paludamentum es larga, elegante y sujeta al hombro: la que usaban los oficiales. La coraza decorada es una armadura de torso, una lorica segmentata o musculata, adornada con relieves o medallones. Bajo ella, lleva una túnica de lana, ya que es invierno. Un faldellín de tiras pteruges o tiras de cuero colgantes protegen sus muslos, visibles bajo la coraza y cubren sus pies unas caligae) sandalias reforzadas con tachuelas. El mendigo, de espaldas, deja ver su desnudez apenas tapada por unos harapos que tapan sus partes pudendas.
Las figuras reflejan de la capacidad matérica del artista para pintar superficies aún sin la ayuda del color. En este caso, epidermis, telas, cuero, pelaje y metal. También su destreza para configurar volúmenes, casi haciendo un guiño a calidades escultóricas. El caballo, animal puntal del pintor, exhibe un naturalismo exacerbado, pero sin alardes.
No hay fondo, apenas una comitiva de figuras se rastrea difuminada al fondo. El primer término es un vacío con un ligero sombreado, aunque la pericia del autor hace que las figuras dominen perfectamente el espacio y no «floten en la nada».
Importantes novedades
El óleo, dentro de su aparente sencillez, introduce aportaciones en el conjunto de la trayectoria de Ferrer-Dalma. El artista suele concebir este formato y técnica para dos funciones: ensayar soluciones en el proceso de ejecución de composiciones mayores o aislar determinadas figuras con carácter autónomo. Sin embargo, es muy original, ya que hasta la fecha no ha ejecutado ningún lienzo dedicado al santo.
Por otra parte, en su producción es cierto que aparecen elementos religiosos, algo más que lógico ya que el catolicismo en España era inseparable de la identidad hispánica. No obstante, esta obra representa la primera ocasión en que se enfrenta directamente a la representación de un miembro del santoral con la única excepción de San Ignacio de Loyola. Excepción que confirma la regla y al que retrató en un contexto bélico: como soldado en las murallas de Pamplona, junto a un merlón y una pieza de artillería.
La verdadera novedad del acto de donación ha ido más allá de lo técnico o lo temático y ha residido en la dimensión emocional. La bendición del lienzo ha sido especialmente importante para un artista que siempre ha reconocido su condición de católico.
Miembros de Cáritas Castrense
¿Quién fue Martín de Tours?
Martín nació en Hungría comenzando el siglo IV, hijo de un tribuno del ejército romano. Creció en la actual Pavía, en el norte de Italia, y a los 10 años empezó a asistir a la iglesia cristiana y se hizo catecúmeno (formación cristiana, pero no bautizado). Aunque había llegado ya la libertad religiosa al Imperio, el cristianismo aún no era aceptado por las clases altas de la sociedad romana.
Martín se unió a la caballería y fue destinado a Amiens (Francia). Tras el episodio de la capa antes citado, Cristo se le apareció en sueños y dirigiéndose dos ángeles les decía: «Martín, aunque es un simple catecúmeno, me ha cubierto con sus vestiduras». Lo sintió como una señal, decidió bautizarse y se convirtió en un elemento clave del ejército que sería uno de los agentes en la difusión del cristianismo en Europa: «Hasta ahora he servido al emperador. De ahora en adelante serviré a Cristo», afirmó.
Ordenado sacerdote y luego elegido obispo de Tours, se entregó a la evangelización de la Galia. Fundó monasterios y formó discípulos. Su vida fue un equilibrio admirable entre la firmeza doctrinal y la dedicación pastoral. Con su muerte, su culto se extendió por toda la Cristiandad, y su tumba se convirtió en un gran centro de peregrinación, y escalón obligado del Camino de Santiago. Sería el primer santo no mártir canonizado oficialmente y un pilar de la civilización cristiana europea, tanto es así, que hoy más de cuatro mil parroquias en Europa llevan su nombre. Como curiosidad, como fueron muchas las iglesias que afirmaban tener un trozo de su capa se comenzó a utilizar el término «capilla» para denominar a los lugares de culto cristiano.
Excmo. y Rvdo. Monseñor D. Juan Antonio Aznárez y el Director General de la Fundación Ferrer-Dalmau
Recepción por la institución
El Arzobispo de Cáritas Castrense xcmo. y Rvdo. Monseñor Aznárez ha declarado que Ferrer-Dalmau «ha logrado representar magistralmente la condición de militar de Martín, a la vez que su humildad, aunando en su actitud los valores castrenses y los principios de la caridad». Por su parte, Alejandro Ferrer-Dalmau, Director General de la Fundación del artista, ha considerado que «para la Fundación, esta donación es un honor y muestra nuestro compromiso con los valores del humanismo cristiano».
Y es que nadie mejor que Ferrer-Dalmau hubiera pintado hoy a San Martín de Tours, como Patrón de Cáritas Castrense. Soldado romano convertido en obispo, su vida no solo encarna el tránsito del poder militar a la caridad cristiana, sino una de las grandes vertientes del ejército moderno: la ayuda humanitaria en todas las zonas del mundo.
¿Qué hace Cáritas Castrense?
Mapa de Cáritas Parroquiales Castrenses en España
Cáritas Castrense se crea en 2012, a iniciativa del Arzobispo Castrense Juan del Río, con la colaboración del Presidente de Cáritas Española. Tenía como objetivo dar visibilidad a las iniciativas caritativas personales de los Capellanes Castrenses en sus respectivos destinos, en todo el Arzobispado Castrense: las Fuerzas Armadas, y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía. Además, para desarrollar una acción más eficaz, el fomentar una estrecha colaboración con todas las entidades del ámbito castrense, Unidades Militares, Asociaciones de Damas, Hermandades de Veteranos, Asociaciones de Retirados de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Así como con las Cáritas Diocesanas, Conventos, Comunidades religiosas, y bancos de Alimentos, entre otros.