Algún día tenía que llegar la primera derrota para un UEMC Valladolid Baloncesto que ha dejado al Coto Córdoba como único conjunto invicto en la … categoría. Tras cinco victorias consecutivas, el equipo blanquivioleta sufrió su primer revés en un derbi autonómico en el que se vio superado por completo y agudizó los dientes de sierra que ya había mostrado en ocasiones anteriores. Una irregularidad que castigó a base de buena circulación de balón en ataque y dinamismo en defensa un Clínica Ponferrada SDP que ha decidido sentarse en la mesa de los mayores por méritos propios. De muy poco sirvió el extenso conocimiento que atesora David Barrio del Pabellón Municipal de Deportes Lydia Valentín después de cuatro temporadas como propietario de la pizarra ponferradina para salvarse de un naufragio en el que el 37% de acierto en tiros de campo frente al 50% firmado por sus oponentes habló con rotundidad sobre la tarde vivida por sus discípulos.

Clínica Ponferrada

Orrit (16), Romero (9), Treviño (6), Hayes (10), Salas (9) -quinteto inicial-, Efambe (8), Álex López, Bergens (11), Blak, Cera (10) y Sima (10)..

89

67

UEMC Valladolid

Marín (8), Haney (8), Martín (5), Ordóñez (11), Taiwo (2) -quinteto inicial-, Hanna (11), Isern (14), Edu Arqués (6) y García-Abril (2).

  • Árbitros:
    Gallego Saldaña y Pérez Hernández (Colegio castellano y leonés). Sin eliminados.

  • Parciales:
    21-21, 20-21 (41-42), 29-15 (70-57) y 19-10 (89-67).

  • Incidencias:
    Pabellón Municipal de Deportes Lydia Valentín. 800 espectadores.

No arrancó cómodo el UEMC Valladolid Baloncesto el encuentro tras un inicio muy convincente de un Clínica Ponferrada SDP liderado por Orrit en labores ofensivas. El talentoso base de Sampedor encontró todas las rendijas ofrecidas por la defensa pucelana para anotar o permitir tiros cómodos a sus compañeros en el parcial 10-4 de arranque. El quinteto elegido por David Barrio necesitó casi la totalidad del primer cuarto para ponerse por delante después de una canasta tras rebote ofensivo de Edu Arqués en una transición ofensiva de Haney. Para ello resultó decisiva, una jornada más, la irrupción desde el banquillo de Isern. Más allá de los dígitos individuales, su capacidad para aglutinar marcadores permitió vivir con más libertad a Hanna, Ordóñez y, sobre todo, Haney. Desde ahí se fraguó un parcial 2-10 que dio la sensación de desnivelar de forma clara el fiel la balanza en favor de los intereses de la escuadra vallisoletana (23-31, min. 13).

Pese a la dificultad, no renunció a la batalla el bando berciano. Oriol Pozo devolvió el timón a Orrit y situó a Salas en la pintura para frenar las escaramuzas de Ordóñez. Un juego de espejos con el joven y prometedor ala-pívot malagueño ofreciendo la réplica cerca de los dos aros a la vez que se alejó de ellos para lanzar desde el perímetro, como en el triple logrado para el 30-34 al paso por el ecuador del segundo período. Aún guardaba el preparador tarraconense dos ases bajo la manga. La entrada en pista de Hayes y Bergens, dos de los anotadores más prolíficos de la categoría, permitió a la formación blanquiazul recuperar la iniciativa sobre el parqué y recuperar parte del terreno perdido en el electrónico antes de enfilar los vestuarios.

Una aparición que se hizo más peligrosa a la vuelta del intermedio con dos triples anotados por Romero y Salas para colocar el 47-42 en el marcador. Los lanzamientos precipitados y algún desajuste en el balance defensivo hicieron mella en un UEMC Valladolid Baloncesto necesitado de bajar revoluciones y recuperar confianza en un contexto complicado. Con Taiwo fuera de combate por cometer tres personales antes de lo previsto, fue Edu Arqués quien asumió el protagonismo en la pintura ante un adversario que siempre encontró el pase extra en el perímetro como demostraron sus trece triples anotados, cinco de ellos en un tercer cuarto que se convirtió en una pesadilla con el paso de los minutos (70-55, min. 29).

Abocados a un milagro, Marín acaudilló con inteligencia un tímido intento de revuelta en el que Isern y Hanna quisieron recortar por la vía rápida con tanta voluntad como escaso acierto. Una falta de puntería que también lastró a Ordoñez y Haney en una jornada para olvidar en la que David Barrio fue incapaz de encontrar soluciones en un banquillo que sigue escaso de efectivos.