Sería absurdo pensar que una fotógrafa con la trayectoria y caché de Annie Leibovitz necesita recurrir a la polémica para llamar la atención. Hace ya muchos años que cualquiera de sus trabajos es noticia por sí solo, casi independientemente del resultado. Unas fotos de Leibovitz es algo al alcance de pocos medios y que incluso se rifan las casas reales.

No obstante, es verdad que desde hace un tiempo parece abonada a un estilo que, por ser políticamente correctos, no todo el mundo parece entender o compartir. Las fotos que hizo de los reyes de España ya generaron muchos comentarios pese a su enfoque relativamente clásico. Nada que ver con la colorida y un tanto surrealista propuesta para la portada del último número de la revista Vogue y que, por lo visto, tampoco parece gustar a muchos.

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Vogue_diciembre_2025

En ella el actor Timothée Chalamet posa sobre un fondo que algunos califican como una plantilla de Power Point y que bien podría pasar por una prueba que no ha salido del todo bien con algún generador de imágenes por IA.

No parece tener mucho sentido, pero si el objetivo era dar que hablar, esta claro que se ha conseguido con creces, con un encendido debate en el propio Instagram de la fotógrafa y el actor entre quienes se preguntan qué le pasa a Leibovitz y los que alaban su visión cinemática.

La sesión de fotos fue realizada en el desierto de Nevada en la gigantesca instalación artística City de Michael Heizer. Un guiño a las escenas de la película Dune protagonizada por Chalamet, dicen algunos.

Un auténtico despropósito, opinan otros que, de paso, recuerdan a Vogue que hay muchos fotógrafos y fotógrafas menos conocidos que Leibovitz que también merecen una oportunidad. El protagonista de las fotos, por cierto, asegura estar encantado con el resultado y con la experiencia «psicodélica» durante los tres días de sesión fotográfica.

No es, como decíamos, la primera vez que la conocida fotógrafa se ve envuelta en una polémica por el estilo de sus fotos. De hecho, basta con recordar las que hizo recientemente a la actriz Anne Hathaway también para Vogue para entender que últimamente ha apostado por un tratamiento del color que se aleja mucho de los cánones habituales en fotografía editorial y de retrato, apostando por dominantes muy marcadas o tonos planos que parecen fundirse con el fondo de la escena.

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