Cuando la pasada primavera Nielsen publicó su lista multiplataforma de la temporada 2024-2025, a nadie extrañó ver ‘El juego del calamar’ y ‘Adolescencia’ en el primer y segundo puestos: solo era una nueva muestra de la imbatibilidad de Netflix. Otra serie de plataforma, ‘Reacher’ (esta de Prime Video), ocupaba la tercera posición. Pero justo después aparecía, curiosamente, una serie de la generalista CBS con menos nombre que cualquiera de las anteriores: ‘Tracker’, cuyos capítulos habían sido consumidos en directo y ‘streaming’ (en Estados Unidos se caza en Paramount+) por una media de 17,5 millones de espectadores.
Los críticos que reseñaron su primera temporada celebraron de forma bastante generalizada, con sus pequeñas reservas, esta serie de misterio y acción desarrollada por el escritor Ben H. Winters, ganador de premios Edgar y Philip K. Dick, a partir de una novela de su colega Jeffery Deaver. Pero esos críticos fueron pocos, una cuarta parte de los que han reseñado en Estados Unidos la nueva serie de Vince Gilligan. Y muchos menos aún han sido los que han escrito sobre la tercera temporada, que se estrena en España mañana martes, día 18, en Star Channel, el canal antes conocido como Fox.
Tampoco es una serie que la gente saque a colación en sus reuniones de amigos. No sirve para que nadie se las dé de importante. Básicamente, porque tampoco la serie se da importancia a sí misma. Y sin embargo, o precisamente por eso, para muchos es importante no perderse un capítulo.
¿Quién sabe dónde?
En la serie, el aficionado a quitarse la camiseta Justin Hartley (Kevin en ‘This is us’) encarna a Colter Shaw, un rastreador y survivalista que se gana la vida buscando a gente desaparecida por cuya localización se ofrece una recompensa. No piensa solo en el dinero: para él, la recompensa también es hacer justicia, algo que lo hace simpático para el público. Un matrimonio de mediana edad, Teddi (Robin Weigert) y Velma Bruin (Abby McEnany), le busca posibles casos, además de ayudar con las investigaciones desde casa. Completan su especie de equipo, al menos el primero que conocemos, el ‘hacker’ Bobby Exley (Eric Graise) y la abogada Reenie Greene (Fiona Rene), con la que tuvo algo muy breve que no deja de traer cola.
Ya en el primer episodio sabíamos del oscuro pasado de Shaw, de cómo aprendió a rastrear, cazar o escalar, de qué lo convirtió en lo que es. O mejor dicho, quién: su padre Ashton (Lee Tergesen), antiguo profesor de Berkeley que, después de un incidente, acabó retirándose con su familia a una cabaña lejos de todo y todos. Colter tiene un hermano mayor, Russell (Jensen Ackles), y una hermana pequeña, Dory (Melissa Roxburgh), profesora de física en la Universidad de Ciencia de Wyoming, pero no queda con ellos cada domingo para comer. De Russell sospecha que mató a su padre. Shaw ha abandonado la idea de las relaciones estables para vivir en la carretera (imponente pickup negra, caravana) resolviendo problemas ajenos.
Lanzada con la Super Bowl
‘Tracker’ empezó con buen pie en CBS por una estupenda situación en parrilla. Fue lo que la cadena eligió emitir tras la 58ª Super Bowl, el 11 de febrero del año pasado. Más de 18 millones de personas se quedaron a ver el piloto. Para el siguiente episodio, una semana después, el gentío bajó a los casi siete millones, pero en lo sucesivo la serie ha superado regularmente los ocho millones de espectadores, siempre hablando solo de gente que la ve en directo o el mismo día en CBS. Según recientes datos de Nielsen, ha sido el programa de entretenimiento generalista más visto en Estados Unidos en las primeras cinco semanas de la temporada 2025-2026.
En declaraciones del ‘showrunner’ Elwood Reid recogidas por ‘The New York Times’, el secreto del éxito de la serie es su transparencia. Cada episodio, dice, se reduce a un esquema simple: «Extraño llega a una localidad. ‘Dime qué ha pasado’. ‘Mi hijo estaba en la parada del bus. Desapareció’. ‘De acuerdo, voy a encontrarlo'». Para Justin Hartley, una referencia importante es el clásico setentero ‘Los casos de Rockford’, con James Garner como solitario detective privado que también vive en una caravana. Eso sí, el carácter estoico y el aura de misterio de Colter remiten menos a Garner que a Eastwood.
Los críticos y las organizaciones de premios se obsesionan con las series de prestigio, pero también merecen respeto, si están bien hechas, esas series que procuran entretenimiento a partir de esquemas probados, que no buscan eso de ‘trascender el género’ porque lo aman.
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