La primera vez que le encargaron a la artista catalana Rosa Serra Puigvert (Barcelona, 1944) una escultura para recordar a las víctimas de accidentes de … tráfico solo podía pensar en su padre. Había sufrido un siniestro vial de extrema gravedad, «muy fuerte». No falleció, pero «quedó muy mal». El vehículo en el que viajaba quedó prácticamente destrozado, reducido a un amasijo de hierros. Tan solo quedó el volante, que aún a día de hoy conserva en su estudio. «Fue la única cosa que quedó y que aún tengo. La he guardado en mi estudio, siempre colgada», admitió.

Esa trágica «experiencia» de su progenitor le «sensibilizó con el tema» y fue a su vez fuente de inspiración a la hora de homenajear a las personas que han sufrido siniestros de circulación. De hecho, un volante, esa pieza en forma de aro que marcó un antes y un después en la vida de la escultora catalana, es el principal protagonista de la gran escultura de bronce -tiene más de dos metros de altura y está situada sobre un pedestal de acero- que desde este domingo recuerda en la plaza de Portugalete a las víctimas de accidentes de tráfico en la provincia de Valladolid. «Solo puedo dar las gracias; si con esto puedo ayudar a que cuando la gente vea la escultura se acuerde…», dijo Serra, visiblemente emocionada, durante el acto de conmemoración del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico.


Dos heridos en un accidente con cuatro vehículos implicados en Valladolid


Herida una joven de 30 años en un choque en la A-6 a la altura de Rueda

La obra, que ha quedado instalada de forma permanente, representa dos figuras que se apoyan mutuamente sosteniendo un volante, una imagen que, según desveló su creadora, «representa ese momento de desesperación», la fragilidad de una vida y la responsabilidad compartida en las carreteras. El descubrimiento de la escultura -fue difícil, por cierto, mantener la incógnita hasta el último momento e incluso fue necesario atar con cordones la sábana que la ocultaba dado el fuerte viento- fue uno de los momentos más emotivos del acto, en el que también se destacó la contribución «más allá del deber» del teniente coronel del Jeapre, Ángel Tomé Carrillo, y la labor desempeñada por los policías locales José Manuel Castañeda y Alberto García, del equipo de Atestados, tras un atropello en el barrio de Arturo Eyries en el que una mujer de 50 años resultó herida de gravedad y el conductor huyó del lugar, aunque fue detenido mes y medio después.

El acto en homenaje a las víctimas de accidentes de tráfico, al que asistieron representantes de distintas instituciones, se conmemoró, como cada año, el tercer domingo de noviembre. Fue una jornada «de memoria y de compromiso colectivo», para «recordar con profundo respeto y acompañar a quienes aún conviven con sus consecuencias», como se refirió el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, quien hizo una «llamada a la responsabilidad colectiva» tras enumerar las trece víctimas mortales que se han cobrado las carreteras de la provincia en lo que va de 2025, cuatro más respecto al mismo periodo de 2024. «De ellos, cinco son motoristas, dos peatones y un ciclista», detalló el subdelegado.

Las carreteras de la provincia se han cobrado la vida de trece personas en lo que va de año, cuatro más respecto al mismo periodo de 2024

Por su parte, el alcalde, Jesús Julio Carnero, hizo hincapié en la importancia de que haya en la ciudad un nuevo espacio «para la memoria, la reflexión y el acompañamiento a todas las familias que han sufrido la tragedia de un siniestro vial». «Esta escultura simboliza nuestro compromiso con la memoria y la seguridad vial, es un abrazo colectivo; Valladolid nunca olvidará a sus víctimas», aseveró. Además, el regidor ensalzó el trabajo que realizan el agente municipal Aitor Martínez y la delegada de Aesleme en Castilla y León, Mari Paz González, para formar en educación vial a más de 30.000 alumnos de la capital desde 2018.

Asimismo, remarcó el papel del programa municipal ‘Entornos Escolares Seguros’ con el que, con el objetivo reforzar la seguridad y «calmar el tráfico en esas zonas», ya se ha actuado en cinco centros escolares y se está trabajando en otros tres. Estas intervenciones implicarán la creación de diez nuevos pasos de peatones y cinco pasos peatonales inteligentes. Además, se mejorará la visibilidad y la accesibilidad en 32 pasos peatonales y se instalarán tres radares pedagógicos. También se reducirá la velocidad a 20 km/h en siete tramos viarios, entre otras medidas.

«No son cifras, son vidas truncadas»

En esta ocasión, la lectura del manifiesto corrió a cargo precisamente de Mari Paz González y de María Eugenia Rayo, de Stop Accidentes. A lo largo de un emotivo discurso, en el que ninguna pudo contener las lágrimas, alzaron la voz para «reclamar con dignidad, no para recordar con nostalgia». «Los siniestros virales no son cifras, son vidas truncadas. Cada muerte en la carretera arranca de raíz una parte de nuestra sociedad, una familia que queda desgarrada, un hogar que queda mutilado, una comunidad que queda incompleta, un hijo que ya no regresa, una madre que no vuelve a abrazar, un amigo que no llegará a la próxima reunión. El eco de esta pérdida no se extingue nunca, permanece en el tiempo, silencioso y persistente, acompañando cada día a quienes sobreviven. No queremos excusas cuando hablamos de vidas, no queremos promesas, queremos leyes que protejan. No queremos homenajes vacíos, queremos una justicia preventiva y reeducadora», subrayaron las portavoces, que también lamentaron que «en Castilla y León las cifras hablan con una fuerza insoportable».

«El 57% de las víctimas fallecidas en siniestros viales que llevan un vehículo y sometidas a autopsia presentan alcohol, sustancias o ambas combinadas. Detrás de este número se esconden decisiones que pudieron ser distintas, vidas que pudieron continuar, proyectos que pudieron cumplirse. Es una realidad que nos interpela como sociedad y reclama responsabilidad colectiva, porque la carretera no es un terreno privado, es un espacio compartido donde cada acto tiene consecuencias», sentenciaron.

Para apoyar la cita, medio centenar de motoristas recorrieron el centro de Valladolid -partieron desde la plaza del Milenio- en una marcha que sirvió para recordar a los que perdieron la vida en el asfalto. La lluvia intermitente aceleró el final del homenaje, que concluyó con un respetuoso minuto de silencio y una ofrenda floral en la recién inaugurada escultura.