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El pasado fin de semana se presentó el cartel de la Cabalgata de Sus Majestades los Reyes Magos de Sevilla, organizada por el Ateneo, un lienzo pintado por Fernando Vaquero que ha despertado gran polémica en los dos bandos futbolísticos sevillanos. La culpa la tiene una camiseta del Real Betis Balompié que aparece en el cuadro, como regalo al protagonista de la obra, y que no ha sentado nada bien a muchos aficionados del Sevilla FC, que entienden que en este tipo de carteles no tienen cabida las referencias a solo uno de los equipos de la ciudad.

En esas, Fernando Vaquero ha lanzado un comunicado en el que denuncia haber recibido “acoso cibernético”, “insultos”, y “amenazas telefónicas de madrugada”. El reconocido pintor sevillano, autor prolífico especialmente en los carteles de temática cofrade, asegura que no quería “excluir a nadie ni dividir a nadie” en esta obra, titulada ‘La ilusión’, en la que ha representado un recuerdo de su infancia en la que le regalaron una camiseta del Betis.

Sin embargo, parte del sevillismo en redes sociales ha ido más allá de la pura indignación, y el pintor denuncia un “ciberacoso agresivo, desproporcionado e intencionado de algunas personas está totalmente fuera de lugar”.

Cartel de la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo de Sevilla.
Cartel de la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo de Sevilla.

El comunicado de Fernando Vaquero

Ante el acoso cibernético, los insultos, las amenazas telefónicas de madrugada y otros tipos de bullying que estoy sufriendo, he decidido no hacer ningún tipo de declaración a ningún medio ni responder a ningún comentario en redes. En ningún momento se ha pretendido excluir a nadie ni dividir a nadie en esta obra.

He querido plasmar simplemente como los niños en sus cartas de reyes piden entre otras cosas camisetas de fútbol y para representar esta idea he recurrido a un recuerdo de mi infancia en el que me regalaron una camiseta del Betis.

También quiero aclarar algo que se está comentando: no he cobrado absolutamente nada por realizar el cartel. Lo hice como un regalo sincero a mi ciudad, un gesto de cariño que, por desgracia, algunas personas han querido interpretar como un regalo envenenado. Entiendo que una obra pueda ser criticada, pero lo que estoy sufriendo va mucho más allá: el ciberacoso agresivo, desproporcionado e intencionado de algunas personas está totalmente fuera de lugar.