Jon Aroca

Lunes, 17 de noviembre 2025, 19:39

| Actualizado 21:07h.

Facundo Garcés desconocía el origen de sus abuelos. Ese argumento fue uno de los ejes de la apelación que el defensa del Deportivo Alavés presentó ante el Comité de Apelación de la FIFA, que desestimó el recurso contra los 12 meses de inhabilitación por hacer uso de «documentación manipulada» para justificar el origen de sus abuelos y poder competir con Malasia. El máximo organismo futbolístico hizo público este lunes el texto en el que recoge las explicaciones del defensa. Las rechaza y considera que el jugador incurrió en una «negligencia grave».

El zaguero explicó ante el comité que la oportunidad de jugar con el combinado asiático le llegó el pasado mes de enero a través de su agente, Federico Raspanti. Garcés asegura que su representante «lo contactó con la oportunidad de representar a Malasia basándose en un supuesto vínculo familiar». Sin embargo, el jugador «reconoció tener un conocimiento limitado de los antecedentes de su abuelo, a quien solo conoció brevemente en Argentina, y confirmó que sus padres habían nacido allí». Pese a ello y «a petición del agente», Garcés «presentó las actas de nacimiento suya, de su padre y de su abuelo, sin revisarlas, confiando plenamente en las instrucciones de su agente». La fecha en la que Garcés envió por WhatsApp el acta de nacimiento de su abuelo fue el 21 de enero. Raspanti estaba en «contacto directo con la Federación».

Ante el Comité de Apelación, Garcés presentó en PDF las conversaciones de WhatsApp en las que aparecía la copia del acta de nacimiento de su abuelo, Carlos Rogelio Garcés Fernández, cuyo origen ubica en Villa María Selva, Santa Fe de la Cruz, Argentina, y no Malasia. Sin embargo, el certificado presentado por la FAM, creado un día antes de que Garcés remitiera el suyo, sitúa el origen de Carlos Rogelio Garcés Fernández en «George Town Straits Settlements (British Malaya)», la actual Penang.

Una vez conocida la sanción, Garcés no se dirigió a su agente. El defensa sostuvo ante el Comité que «presentó documentos originales» y negó «cualquier implicación en su falsificación, atribuyendo el problema a errores cometidos por la FAM». Asimismo, señaló que «confiaba en la gente de su entorno y que desconocía cualquier irregularidad hasta después de que se tomara la medida disciplinaria». Eso hizo que no sospechara del evidente contraste. «No me compete», resumió.

Cuatro partidas diferentes

Esta actitud es afeada por la sentencia. «El Comité considera inexplicable que ninguno de los actores se atreviera a cuestionar a las personas implicadas (es decir, los agentes/amigos) qué había pasado con la documentación, quién la falsificó y por qué acabaron suspendidos. Esta falta de curiosidad y rendición de cuentas es inaceptable, y una clara indicación de que los jugadores podrían conocer el extraño esquema que se concluiría con la obtención de la ciudadanía malaya», rechaza.

La FIFA contrasta en su texto las diferentes partidas de nacimiento presentadas. Eso le lleva a reafirmarse en que la buena es la que la organización obtuvo durante su investigación y no las demás. El primero que rechaza es el certificado enviado por la FAM en el momento de solicitar el permiso de la FIFA para que pudiera jugar con la selección. De ese documento censura que figurase un lugar de nacimiento malayo escrito en inglés pero que el resto del texto estuviera en español. Algo que «nunca haría» un registrador argentino. Más graves son las fisuras del documento creado por el Gobierno de Malasia ante, según sus explicaciones, la imposibilidad de dar con el original. Este texto solo incluye el nombre, lugar de nacimiento -de nuevo en el país del sudeste asiático- y sexo. Nada más. Ni dirección ni nombres de los padres, entre otros.

  • 6 de junio
    Malasia realiza una consulta a la FIFA sobre la elegibilidad de Garcés y presenta un certificado de nacimiento de su abuelo en la ciudad malaya de Penang

  • 9 de junio
    La FIFA da luz verde a Malasia para alinear a los nacionalizados

  • 10 de junio
    Garcés debuta con Malasia contra Vietnam

  • 11 de junio
    La federación internacional recibe una queja por la alineación de los futbolistas. La FIFA inicia una investigación

  • 22-28 de agosto
    La FIFA abre el procedimiento por una posible infracción del artículo 22 de su Código Disciplinario

  • 22 de septiembre
    Malasia y los jugadores presentan sus alegaciones antes del veredicto de la FIFA

  • 26 de septiembre
    La FIFA anuncia la sanción de 12 meses a Garcés y seis compañeros de selección por utilizar «documentación manipulada»

  • 6 de octubre
    Publicación del texto de la sentencia

  • 3 de noviembre
    La FIFA rechaza el recurso de Garcés y sus compañeros. Mantiene intactos los castigos

  • 17 de noviembre
    La FIFA publica el texto en el que rechaza la apelación

  • Próximos pasos
    El jugador debe presentar su recurso al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en los próximos 21 días y que en los próximo meses el organismo decida

La diferencia entre el proporcionado por Garcés y el obtenido por la FIFA es que el último, además de todos los datos, contiene un código QR, firma digital y un código alfanumérico. Nada de eso hay en la partida que el defensa envió a su agente. Esos datos, que permiten a cualquier persona validar la autenticidad del texto, resultan claves a juicio de la FIFA para considerarlo auténtico y rechazar los demás. Otro de los argumentos que esgrime es que durante el proceso la FAM envió una partida de nacimiento del padre de Garcés en la que figura Argentina como el lugar de nacimiento del abuelo del futbolista.

Falsificador desconocido

Todo ello lleva a la FIFA a ratificar punto por punto los castigos impuestos en su sentencia. Vuelve a recalcar la gravedad de infracciones que «afectan a los cimientos mismos de la integridad del fútbol» y afea la falta de vigilancia de los futbolistas durante un proceso que, a la fuerza, les exigía estar encima del mismo. «El Comité está convencido de que estas acciones les obligaban, como mínimo, a verificar la legitimidad de los documentos y de los procesos», recuerda. «Los jugadores no podían simplemente firmar documentos sin leerlos o remitir certificados sin hacer ningún esfuerzo por verificar su exactitud u origen. Tal conducta está muy por debajo del estándar esperado de un profesional razonable en su posición», añade.

Por eso la FIFA rechaza el argumento de que los jugadores fueron «víctimas pasivas» de todo y asegura que incurrieron en una «negligencia grave». «Un jugador profesional razonable habría cuestionado cómo podía representar a un país con el que no tenía ninguna conexión genuina», recalca. La gran duda, eso sí, es quién alteró los documentos. «Meses después, la identidad del falsificador sigue siendo desconocida».

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