“Es una historia de amor”, Luc Besson sobre su Drácula.
Drácula es el personaje con el récord Guinness de más adaptaciones audiovisuales: más de 500.
El conde vuelve también en forma de cómic y novela ilustrada.
“He cruzado océanos de tiempo para encontrarte”, le decía el Conde Drácula a Mina Murray. Lo hacía a través de los labios de Gary Oldman en la mítica película de 1992. Y, a pesar de que la frase no pertenece realmente a la novela, se quedó grabada en el imaginario colectivo para siempre.
Y es que, aunque Drácula no sea el primer vampiro de la historia, sí que es aquel cuya figura impulsó todo un género literario gracias a la novela de Bram Stoker y a la enorme cantidad de obras derivadas que ha inspirado… Y que sigue inspirando.

Con más de 500 adaptaciones audiovisuales, Drácula es un personaje con récord Guinness y ahora vuelve a la gran pantalla encarnado por Caleb Landry Jones. Foto cedida por Vértice.EFE
Ahora, este célebre vampiro vuelve una vez más de su letargo con una nueva película, una novela gráfica, ediciones ilustradas y la misma fascinación que lleva causando desde su primera aparición.
Vampirismo como metáfora.
Porque Drácula no es solo un personaje; es una representación cultural que nació de la pluma victoriana de Bram Stoker en 1897, en una época de grandes cambios, donde la ciencia, la religión y los miedos sociales se mezclaban en una Europa en constante evolución.
La novela, clásico imprescindible de la literatura gótica, no solo sentó las bases del vampiro tal como lo conocemos hoy, sino que también funcionó como un espejo de las ansiedades de su era: la represión sexual, la desconfianza hacia lo externo, el rápido avance de la tecnología o las dudas sobre la fe y la moral de aquellos tiempos.
Publicado el 26 de mayo de 1897, el libro fusionó viejas leyendas del folclore de Europa del Este y los tópicos del gótico en un novedoso formato: la narrativa epistolar. Cartas, entradas de diario, recortes de periódicos y transcripción de grabaciones conformaban el relato. Esto generó una sensación de inmersión que cambió para siempre el género del terror.
Aunque se cree que Stoker se inspiró en parte en la figura real de Vlad III el Empalador, príncipe de Valaquia apodado “Drăculea” (hijo del dragón), el autor transformó la brutalidad histórica de Tepes en una poderosa metáfora literaria sobre el mal, la vida eterna y los deseos prohibidos.
Desde entonces, el Conde Drácula ha viajado a través de los siglos, siendo reinterpretado una y otra vez. Y es que, según el Libro Guinness de los Récords, es el personaje que más veces (538) ha sido adaptado al medio audiovisual.

La actriz estadounidense Zoe Sidel, hija de la actriz Rosanna Arquette, y el director francés Luc Besson, posan durante la presentación en el Festival de Cine de Sitges de ‘Dracula, a love tale’, una adaptación del mito del vampiro de Transilvania.EFE/Alejandro García
En esta ocasión, el director de cine francés Luc Besson lo revive en ‘Dracula: A Love Tale’, una gran producción protagonizada por Caleb Landry Jones (como Drácula), Zoë Bleu Sidel, Christoph Waltz y Matilda De Angelis.
Muchos Dráculas, un único origen.
Esta película se suma a una larga tradición de adaptaciones que comenzó apenas 25 años después de que se publicara la novela. Un viaje cinematográfico del vampiro comenzó en 1922 con ‘Nosferatu, eine Symphonie des Grauens’, dirigida por F. W. Murnau y protagonizada por Max Schreck en el papel del Conde Orlok.
Sí, Orlok y no Drácula. Porque aquella fue una versión no autorizada del libro de Stoker con cambio de nombres para sortear el inconveniente de los derechos de autor. A pesar de la denuncia por parte de la viuda del escritor y la destrucción de la mayoría de las copias, sobrevivió y se convirtió en una pieza clave del cine expresionista alemán.
A partir de ahí, Drácula se ha reinventado continuamente. En 1931, Bela Lugosi dio vida al conde con su acento húngaro y sus gestos de brazos y manos, creando la imagen icónica del vampiro y convirtiéndolo en una estrella internacional.
Entre 1958 y 1974, Christopher Lee interpretó a un Drácula cuyo peinado y capa negra roja también pasaron a la historia, en la saga de Hammer Film. En 1979, Werner Herzog dirigió a Klaus Kinski en una versión más oscura, ‘Nosferatu: Phantom der Nacht’, un “remake” de la película de 1922.
Ya en 1992, casi un siglo después de que el libro original viera la luz, Francis Ford Coppola estrenó ‘Bram Stoker’s Dracula’, con Gary Oldman, que encarnó al personaje desde una visión trágica y romántica, siendo considerada por muchos la mejor película sobre el mítico vampiro.
Otras versiones son: ‘Dracula 2000’ (2000), ‘Dracula Untold’ (2014), ‘The Last Voyage of the Demeter’ (2023) y, por supuesto, la exitosa ‘Nosferatu’ (2024). Hoy, el conde sigue vivo en series como ‘Hellsing’, ‘Castlevania’ (Netflix) o ‘Drácula’ (Netflix), en videojuegos, cómics y hasta en la moda.
Del terror sangriento al romance gótico.
Incluso existen adaptaciones teatrales como ‘Dracula, l’amour plus fort que la mort’, ‘Drácula, el musical’ o ‘We call it Cabaret: Un Show de Drácula a la luz de la luna’. Además, canciones como ‘Bela Lugosi’s Dead’ de Bauhaus; ‘Drácula’, de Tierra Santa; ‘Hijos de la Noche’, de Hada Bicho; o ‘Dragula’ de Rob Zombie, se inspiran en la figura del conde.
En la literatura, también ha habido lugar para los “retelling” y libros derivados. De hecho, hay también una secuela, ‘Dracula, the Un-Dead’ (2009), publicada por el mismísimo sobrino-bisnieto de Bram Stoker, Dacre Stoker.

Drácula no es solo un personaje; es una representación cultural que nació de la pluma victoriana de Bram Stoker en 1897.EFE
Recientemente Diego Olmos ha publicado ‘Nosferatu. Una sinfonía del horror’ (Planeta Cómic), una novela gráfica que adapta el clásico de Murnau. Olmos, gran admirador del expresionismo alemán, explicó en RTVE que “Stoker puso las bases para los vampiros en la literatura, pero Nosferatu lo hizo para los medios audiovisuales”.
Por último, Minotauro lanzó una edición de lujo de la novela original, ilustrada por Tomás Hijo, un artista que, además de haber trabajado en proyectos como el tarot de Guillermo del Toro, es conocido por sus grabados de estilo medieval: “hacer libros como ‘Drácula’ o ‘Frankenstein’ es un viaje”, escribió en su Instagram.
Ahora, Drácula vuelve a la gran pantalla apenas un año después de que su homólogo Nosferatu lo hiciera con notoria acogida del público y la crítica. Pero la alargada sombra de esa mítica mano no parece asustar a Besson a la hora de traer de regreso al conde original.
Aunque para él, eso sí, lejos del terror de otras adaptaciones, la suya es “una historia sobre el amor y la vida”, según explicó en el Festival de Sitges. Un romance gótico en una época en la que este estilo marca las tendencias estéticas y de ficción, encarnado esta vez en la figura del vampiro más famoso de todos los tiempos.