«Aunque para concebir el proyecto tomamos inspiración del minimalismo japonés y de figuras como Tadao Ando, no buscamos una réplica formal, sino una reinterpretación en clave mediterránea», explican los socios y fundadores de Fos StudioVíctor Forés y María Fos, comentando la reciente reforma de su propia vivienda, un ático en la localidad valenciana de Sueca. Ubicado en lo alto de un edificio con fachada de ladrillo caravista, la vivienda se convierte en una declaración íntima de los valores de los diseñadores: la búsqueda de lo esencial, la materia honesta, la luz como atmósfera y el equilibrio silencioso entre tradición y contemporaneidad. «Este ático es, ante todo, una declaración personal, una forma de habitar desde el silencio, de proyectar sin exceso y de celebrar la belleza que habita en lo tenue», resumen los autores. «Nuestra casa, sí, pero también una síntesis de nuestra filosofía como diseñadores: crear espacios donde cada decisión —formal, material, lumínica— está al servicio de una experiencia habitable que pone en valor el tiempo, la calma y la belleza de lo esencial». 

La luz tamizada —inspirada en El elogio de la sombra de Tanizaki—, la textura mineral del microcemento y la calidez de la madera natural componen una atmósfera de introspección, equilibrio y tiempo pausado. La paleta material es sobria pero expresiva: cementino de Rimadesio, madera natural y cerámicas artesanales de pequeño formato que dialogan entre interior y exterior. Los tonos neutros y las texturas suaves construyen una continuidad visual donde el tacto cobra protagonismo. A su vez, la terraza se ha concebido una extensión natural de la vivienda: un escenario de calma que continúa el mismo lenguaje material.