Importancia de los valores del Real Madrid
“Como ya los había vivido como jugador, los mantengo de una manera natural. Tienes que respetar esa historia del madridismo y de cómo se ha ido construyendo este gran club. Esa búsqueda de la excelencia, esa generosidad y ese esfuerzo son indiscutibles en el club. Y en todos los estamentos, no solo en el campo. El césped es lo que más brilla pero hay muchos otros estamentos, de los que ya iréis aprendiendo, para que esto funcione. Tiene que ir todo ligado y eso es un patrimonio intangible del club que es muy valioso. En el Real Madrid no valen las cosas de cualquier manera y eso hay que entenderlo”.
Cómo se llega a la élite
“Yo tuve la suerte de reconocer desde pequeño cuál era mi pasión, que era jugar al fútbol. Eso facilita las cosas para elegir el camino. Una vez que tiras por ese camino, tienes que estar dispuesto a pagar un precio. Tienes que estar dispuesto a entregarte al cien por cien para, primero, poder tener la oportunidad. Luego, si quieres seguir subiendo, necesitas esa constancia y ética de trabajo que, en mi caso, como venía de una familia de fútbol, ya había tenido desde pequeño. También, cuando ya estaba como jugador, hay que relativizar las cosas para poder distinguir lo que es realmente importante”.
Decisión de ser entrenador
“Me motivó la curiosidad por el juego. Ahora soy entrenador, pero lo bonito es jugar. Envidio mucho a los jugadores, pero una envidia sana. Siempre tenía la curiosidad de por qué pasan las cosas, igual era por la posición que tenía. Eso me invitaba a estar cerca de esto. Ya en los últimos años me dije: ‘Tengo que ir dándole forma a esto’. Tuve que prepararme bien para disfrutar de esta nueva responsabilidad. No quería dar los pasos demasiado rápido, por eso empecé aquí con los infantiles. Quería ir dando los pasos de una manera gradual hasta que llegué aquí. Tienes que salir fuera e ir probando para aprender”.
Su experiencia en otros países
“Cuando estaba en edad universitaria, con 22 años, fui a hacer mi ‘universidad’ a Liverpool. Al principio escuchaba mucho, hablaba poco, y estaba muy atento a las cosas. Eso me ayudó a caer de pie. Luego, no hay que tener miedo; hay que tener coraje, personalidad propia para hacerte respetar de una manera constructiva, y luego la constancia de dar los pasos correctos para poder llegar hasta donde quieres. Ver mundo, conocer gente de todas partes y otras culturas me ayudó muchísimo. Probablemente si no hubiese tenido esa experiencia como jugador igual ahora no estaría aquí”.