Ana Curra acaba de lanzar el single reivindicativo ‘Activista De La Idiotez’ y también una versión de ‘Unidos’ de Parálisis Permanente a dúo con Álvaro García de Biznaga. La Diosa Wicka de la música estatal está en pleno aquelarre. Y que no pare. Sólo queda bailar la vieja ceremonia con una nueva máscara.

Hasta que Ana Curra no sacó su disco con Digital 21, era un arcano, incógnita de unos ochenta  marcados por el cuero, la lascivia y el post punk. Parálisis Permanente resultaron grupo clave en mis años universitarios, tan efímeros, lúdicos, salvajes como importantes a nivel de forjar un carácter. Ya sabéis, la música que se escucha mientras aún mantienes cierto grado de inocencia se te tatúa cual marca de Caín, al estilo Herman Hesse. Fueron muchas las noches que mientras caía hechizado por la madriguera del conejo de los efectos de espirituosos y otros placeres prohibidos, ponía mi aún elegante corporalidad a bailar himnos de Parálisis Permanente. ‘Tengo Un Pasajero’ o ‘Un Día En Texas’ combinaban perfectamente con ‘Sin’ de Nine Inch Nails, ‘Burn’ de The Cure o ‘What a Light’ de Secret Discovery. Había un revival gótico gracias a los últimos años de Marylin Manson cual ente creativo importante y la explosión de HIM.

Unos diez años después de esa etapa pude ver a Ana Curra en directo. No vi ni reconocí en el público a ninguno de los antiguos adalides del gótico con camisetas de Parálisis con los que me cruzaba en el Dark Hole, Phobia o 666 a principios de milenio, todo discotecas o garitos siniestros. Era el más joven. Afortunadamente pude ver el concierto con no sólo un amigo, sino una estrella subterránea como Santi Rex.

Llevaba intentando entrevistar a Ana Curra desde que la conocí brevemente en persona tras ese concierto del 2012 en el que tocó El Acto en su totalidad por primera vez. Perspicaz e inquieta, de vez en cuando me echaba la mano en algún artículo, pero no lograba terminar de cerrar fecha para una extensa charla. No creo ni en la astrología ni en el determinismo, pero parece una conjugación de ambos términos que por fin pueda hablar con ella. Ha sacado un single reivindicativo y punk, a su estilo, llamado ‘Activista De La Idiotez’ con el artista francés Xabier Forfait y su batería Iván Santana. Warner ha reeditado su debut en solitario, Volviendo A Las Andadas. Aparte, en un par de meses, el trece de enero más exactamente publicará el álbum La Última Cena de Parálisis Permanente, que se torna homenaje definitivo a la banda. Ya ha salido de singles ‘Unidos’ con Álvaro García de Biznaga y ‘Nacidos Para Dominar’ con Ares Negrete de Nuevos Desconocidos. Lo presentará en la Joy Eslava el 23 de enero.

Este pasado fin de semana ha sido el viernes Halloween y el domingo el día de los difuntos. Por desgracia cada persona va acumulando pérdidas. ¿Cómo vives con esas pérdidas?
“Mal. No se pueden llevar bien, es imposible. A mí me en concreto no me gusta olvidarme de las pérdidas, me gusta llevarlas conmigo para no sentir la ausencia, sino su presencia. Todos los conciertos lo primero que hago, abro el concierto y se lo dedico a mis muertos. Son los que me dan alas y me dan fuerza. Es mi manera de estar en la vida, teniendo presente la muerte, pero eso no quiere decir que se lleve bien”.

Te vi la primera vez que tocaste El Acto entero en el nueve de marzo de 2012 en Teatro Kapital. Al tocar con los demás músicos, sientes una especie de trascendencia, de fluir más allá con la música.
“Sí. Yo lo vivo así. Para mí es un acto iniciático cada concierto. Es catártico, es un viaje donde consigo sublimar la vida. A través de la música y el directo se dan una serie de componentes y frecuencias y mi liberación a nivel persona. En el escenario consigo ese punto de colocón como si me hubiera comido una droga de alta potencia. Ahora no me puedo drogar, las drogas me han abandonado (risas).  Lo que me horroriza es no sentir eso.  Subirme a un escenario para hacer un trámite o ser una simple obrera de la música y hacer algún automatismo, si me pasa eso ese día me retiro. No me interesa nada. Con la música he encontrado ese vínculo. Para mí la herramienta de la música ha significado algo que está por encima, que te lleva a otros territorios que te dan conocimiento y esos estados que has comentado”.

Previo a estar en la escena de nuevo, estabas dando clases, algo que has compaginado hasta hace poco que te has jubilado de profesora. En esos años, ¿continuabas con tu faceta de compositora?
“No. En aquella época estuve muy centrada en las clases, en conectar con los alumnos y hacer esa labor de docencia, que es apasionante. No estuve componiendo, bueno, alguna cosa, pero estaba más volcada en la docencia. Te deja muy vacía, tienes que dar mucho. Las clases de piano son individuales y cada alumno es un ente distinto, tiene una edad distinta, una cabeza distinta y tienes que ponerte en situación a cada hora. Te deja exhausta. En esos años que estuve de cara al público, me dediqué a eso y a mí”.

Ana Curra, Ikki e Iván Santana – Foto de Eneko Caos

«Para mí arte significa cambio. Los que no se posicionan es mercado, no es música que pueda avanzar las cosas» ANA CURRA

Se ha vuelto a reeditar Volviendo A Las Andadas, tu primer disco en solitario.  Recuerdo ver de niño en un programa de televisión realizar tu versión ‘Rien de rien’ de Edith Piaff. Qué sentimientos te provoca ese primer disco en solitario, ese lanzarse al vacío con tu nombre nada más. Hay canciones como ‘Soñé Que No Hay Sol’ que se nota un tránsito entre lo anterior siniestro y lo que querías sacar más optimista.
“Sí, totalmente. ‘Soñé con el sol’, ‘Crimen Perfecto’ y ‘Pájaros De Mal Agüero’ son canciones bisagra, de tránsito de Seres Vacíos a un intento por levantar mi ánimo, por pasar el duelo. Me costó muchos años el duelo (de Eduardo Benavente -ndr.), toda la etapa de Seres Vacíos. Yo era muy joven y me rebelé. Es un disco que es un intento por salir adelante. Hay canciones que en lo armónico tiene más tonalidades felices y menos oscuras. En ese disco estoy aún en el tránsito”. 

La portada es colorista y transgresora. Incluso, por desgracia, por el fascismo imperante en este país habría personas que la tacharían de obscena o les parecería un anatema.
“Es una fantasía sexual del fotógrafo y de mí. En esa época el fotógrafo Alberto García -Alix y yo estábamos juntos. Tienes toda la razón. Ahora mismo lo podrían ver de una manera equivocada. Para bien o para mal, todo el mundo opina… lo que sucede es hay bastante idiota opinando (risas). Mucha gente se autocensura. Una represión. Esa portada fue avanzada pero igual que la letra de Quiero ser Santa. Cosas que estabas poniendo en cuestión que te habían rayado por tu educación franquista. Cuando muere Franco es cuando entro en la universidad. Anteriormente mi educación era franquista. Escribes sobre lo que te preocupa, te inquita y vas descubriendo. El sexo está en los primeros años porque te tienes que quitar esos tabúes y desprenderte de todas esas cosas. Yo lo manifestaba a través de la música, las fotos”…

Antes del disco está la trilogía de Seres Vacíos. ‘Los Celos Se Apoderan De Mí’,Luna Nueva’ y ‘Recuerda’. ¿Te costó componer esas canciones de duelo o fue catártico?
“No. Era lo que tenía que hacer. Esa etapa es buenísima desde mi punto de vista porque es súper sincera. Es lo que tocaba. Son canciones tristes, llenas de melancolía y nostalgia”.

Recuerdo cuando salió Huaca,  pensé que aprovecharías haber vuelto a tocar música para sacar un disco, no digo comercial, pero sí más accesible. En cambio, publicaste un disco que haría las delicias de cualquier fan de Suicide, a los que precisamente versionabas. En tu caso se nota que nada te condiciona a crear lo que realmente tiene que salir.
“Para mí es un disco en estado de gracia. Bastante críptico”.

Es un disco difícil, hasta que te gusta tienes que darle muchas escuchas.
“Sí. Aquí está la bruja. Estoy muy orgullosa de él.  Además viene a caer justo la semana previa del encierro de  la pandemia. Se va por el agujero negro. No lo conoce ni dios.  Todo cuadra. Es críptico porque no debe llegar a demasiada gente, debe convertirse en un disco de súper culto. Y efectivamente es un disco que hay que escuchar muchas veces y nunca te va a cansar. Es un disco de poder, su propio nombre lo dice”. 

Acabas de sacar de single ‘Activista De La Idiotez’ con Xabier Forfait e Iván Santana. También lanzaste antes ‘Hiel’ o ‘Aphrodita la Monarca’.
“’Hiel’ para mí es una enorme canción. Está dedicada a todos los muertos de la pandemia en Madrid, en las residencias. Una ignominia. Se fue la última gran generación española que habían pasado la guerra y murieron en residencias sin cuidados. Está dedicado todo el canto chamánico que tiene de tambores. Es muy emotiva y de denuncia. Lo mismo que ‘Aphrodita’, solo que esta está en un estado más de humor. Habla del cambio climático. Es una reafirmación femme. El mundo femenino, que es la mariposa,  que ha tenido que regresar porque fue expulsado de las selvas a otro planeta, y ha venido a rescatarnos a la especie humana en un burdel para mantenernos como especie porque se está yendo al garete. Yo la llamo Kafka punk porque es un poco surrealista pero esconde una reivindicación del cambio climático.  Y la ‘Activista’ es implícita absolutamente. Ver en estos últimos dos años lo que nos han hecho comernos con el exterminio con el pueblo palestino”.

Ha sido un genocidio. Y esa “paz”, una paz mantenida por el presidente de Estados Unidos y Tony Blair no me la creo, la verdad. No abogan por la paz, sino por el dinero.
“Sí, es un paripé. También habla de la Dana. La canción lo dice muy claro”.

Algo interesante que has comentado es lo de los españoles. Hace unos años a un conocido que fue de la legión española y votaba a Podemos y sigue votando a la izquierda, en mi ignorancia le pregunté por lo que creía que era un oxímoron. Me respondió que se puede sentirse español y ser de izquierdas. Y es cierto. Lorca, Cernuda… muchos poetas asesinados o exiliados se sentían españoles. Por desgracia la ultraderecha de este país se quiere atribuir el concepto de sentirse español.
“Totalmente ridículo, como si los demás no tuviéramos raíz o arraigo. Tenemos una idiosincrasia…si viajas mucho tiempo fuera, echas de menos tu sitio de origen. No es patrimonio de unos cuantos, por mucho que se lo quieren apropiar”.

A mí Ayuso, Esperanza Aguirre, Miguel Ángel Rodríguez me remiten al señorito, a la novela de Delibes Los santos inocentes. Lo peor de lo peor.
“Ellos son los caciques. Este tipo de personajes siempre han existido, y están en mayoría ahora. En Madrid se ve muy claramente, se sobran mucho. Es que ni lo ocultan. Tienen mucha chulería. Es un personaje que ha existido siempre”.

Vas a sacar un disco a principios del año que viene llamado Ana Curra y los 13 apóstoles. La última cena de Parálisis Permanente.
“A raíz de la pandemia y a que actualmente se escribe mucho sobre una corriente de grupos post punk, como que tienen reminiscencias otra vez de ese sonido. Mucha gente me pregunta, se han escrito artículos en Ruta 66 sobre el post punk. Y hay muchos grupos de esas generaciones me llevo muy bien y eso que les saco tres décadas. Conecto muy bien con ellos. Algunos me llaman la madrina. Ese concierto que estuviste tú y has mencionado antes en Kapital, Ana Curra presenta El Acto, está grabado, y otro que hice en Soho. Esos dos conciertos los tenía como joyas, suenan brutales. He querido invitar cantantes, por eso están solamente los apóstoles que son las voces de trece bandas. Lo que he hecho ha sido duetos de voces de trece grupos con la mía. He mezclado la voz y la base es la banda que llevé a esos directos. Lo vi claro, tenía que salir y con generaciones nuevas. Se conjuga y llega el momento. Es mostrar que las nuevas generaciones siguen bebiendo de Parálisis Permanente. Todos los grupos que han participado se han sentido inspirados, referenciados por esta banda”.

¿Qué te parece el homenaje de Rafa Balmaseda a Parálisis Permanente, que ha publicado un directo?
“Me parece muy bien. La gente hace sus homenajes y sus tributos.  En Kapital lo invité y salió en dos canciones a tocar”.

Hay tres etapas en Parálisis, los dos primeros singles, El Acto y el último single.
“La primera etapa coincide con la existencia aún de Alaska y los Pegamoides. Son grupos paralelos. Los hermanos Canut con Eduardo  empiezan a montar el proto Parálisis. Fueron unos pocos meses, pero nos cundía mucho el tiempo en esa época y se sacan en paralelo con Alaska. Eduardo vive conmigo y estoy presente en la existencia de esos dos singles. En Quiero ser santa le hago la letra. Yo todavía tenía contrato con Hispavox y quería salvar Alaska y los Pegamoides. Alaska se marcha con Nacho a formar Dinarama y Nacho deja Parálisis. Ahí libremente, le dije Eduardo vamos a trabajar juntos. Por el contrato que tenía con Hispavox salgo de espaldas y con una peluca blanca. Era del dominio público pero como no se veía no se me podía denunciar. Sacamos El Acto. Todo el concepto del disco pesa más mi idea. Era la que tenía el contrato, la que quería para la portada hacer el altar,  la que tenía los tabúes sexuales… La ropa me la hice yo, todo el tema de látigos y correas sexuales sadomaso. Salió un disco con muchísima coherencia estética y ética. El último single ‘Nacidos Para Dominar’ y Sangre es un disco que sale ya fallecido Eduardo”.

En el disco hay dos versiones adaptadas al castellano. ‘Heroes’ de Bowie y ‘I Wanna Be Your Dog’ de los Stooges. No voy a decir que la de ‘Heroes’ es mejor la vuestra, pero sí que es como una entidad diferente. De las versiones que he escuchado de ese tema, la mejor sin duda. Me viene a la mente el revival gótico de la época entre Marilyn Manson y HIM y bailarla en los clubes góticos de Madrid.
“Fue una adaptación muy fluida. La letra la adaptó Nacho Canut. Se lo pedimos concretamente aunque ya no estuviera en la banda. No hay nada premeditado. Es un poco más acelerada que la de Bowie. Éramos muy jóvenes y te sale esa aceleración. El por qué, porque en ese disco hay dos grandes padrinos a los que debemos muchísimo. Bowie e Iggy Pop o Stooges. A día de hoy no recuerdo ningún concierto mío que no haya tocado esas dos versiones. Son un signo de agradecimiento. Yo sin Bowie y sin Iggy no soy nada. Y ahora me faltaba por meter a Suicide y ya lo tengo (risas)«.

Me han hablado muy bien de Eduardo Benavente la persona. Quería preguntarte por Eduardo el músico, que es lo que va a quedar al final.
“Tenía mucha facilidad. No le dio tiempo a desarrollarse. Era muy intuitivo y cogía las cosas al vuelo. Lo bonito hubiera sido su progresión. Murió excesivamente joven y es lo que me planteo muchas veces, dónde hubiera llegado Eduardo. Conectábamos los dos muy bien porque nos gustaba mucho la música. Tú sabes que hay mucha gente que está en la música circunstancialmente, no lo necesita como alimento vital. Yo sí y Eduardo también. Nos movíamos en ese ímpetu. Hasta los demás Pegamoides se reían de nosotros porque decían que nos lo tomábamos muy en serio”.

Otro gran proyecto es el del Ángel y Los Volcánicos.
“Es un disco y una grabación in extremis emocionalmente. Nos enamoramos ciegamente el Ángel y yo. Ya nos conocíamos. Vivimos una relación de amor potente. Teníamos la premura, sobre todo el Ángel de la muerte. Un disco grabado en una situación brutal, con todo lo que tenía el  Ángel ahí. Cuando me enseñó eso como el libro los planos de la demolición, le dije hay que sacarlo ya. El latido de Ángel escribiendo y su desgarro cantando no tiene parangón en este país. Se me pone los pelos de punta al hablar tanto de Los planos de la demolición como Ángel y los volcánicos. El Ángel es el Ángel y los volcánicos son mis ojos. Le puso ese nombre porque había mucha pasión entre nosotros”.

Hace unos años me escribiste un texto sobre el Love de The Cult, que estabas escuchándolo en Alicante mientras se grababa el disco de Sangre Cristiana, y no escondías el mono que tenías. La heroína venía del norte de este país. Cómo lograste salir de ella.
“Con bastante esfuerzo… no sé qué decirte. Hubo varios intentos.  Estuve muchos años enganchada y tienes temporadas, y hay temporadas que estás disfrutándolo pero cuando te sientes atrapado, empiezas a sentirte esclava dices esto no lo quiero e intentas dejarlo y no es nada fácil. Lo intentas, lo intentas, recaes, recaes y en una de estas tiras para arriba porque es esto o me muero. Cada persona que hemos tenido una adicción le va de una manera diferente. Hay una cosa común a todos, que tu cabeza o tu cuerpo te dice hasta aquí y vamos a sacar todas las fuerzas del mundo para salir de esto. Lo que te escribí de vacaciones estaba con todo el monazo todo el día sonando The Cult (risas)”.

Estoy a favor de probar las drogas, que no abusar. Por qué crees que se idealizó y se hizo tan romántica la figura del rockero maldito drogadicto, tipo Lou Reed o Johnny Thunders y que tantos fallecidos músicos ha dejado.
“Había una información tan nefasta en cuanto a las drogas. En mi época no había ninguna información sobre la heroína, la heroína era tan mala como podían ser los porros. Tienes que probar de todo para discernirlo. Por otro lado, aun habiendo información, y que la heroína ahora está mal vista, como paraíso artificial es de los mejores”.

Reincidiendo en la pregunta, sobre ese romanticismo, creo que algunas cosas de joven las deberías escuchar o leer con su prospecto en su influencia. En mi caso fue idealizar y llevar el tipo de vida de Baudelaire, Rimbaud… Esas experiencias me afectaron tanto que a nivel mental terminé mal.
“Son los grandes referentes. Creo que las personalidades que tenemos una pedrada, en el buen sentido de la palabra, no nos conformamos con lo que nos cuentan, queremos investigar. Transitas caminos desconocidos y prohibidos y corres riesgo. Las drogas te abren puertas, te dan conocimiento. Si superas todo el infierno que pueda suponer una caída, sales más fortalecido y más sabio”.

Una persona importantísima en la escena musical de aquí en los ochenta y noventa fue  Pito. Por qué dirías que se desmarcaba de los demás mánagers, qué lo hacía único. Quiero saber más eso que haya gente que no hayan terminado bien con él.
“Pito fue un mánager inigualable. En la escena dudo que haya mucha gente como él. Aparte de estar con los mejores en su momento, se mimetizaba contigo. Se convertía en quinto o sexto miembro de la banda. Eso lo hacía un mánager rock and roll star. Era un personaje en sí mismo, no sólo hacía de mánager y contabilidad. Se metía en las mismas cabezas y era otra cabeza más pensante en el lado del márquetin, de la promo y de la comunicación y cómo vender esto,  con muchísimo entusiasmo. El por qué ha dejado cadáveres por el camino, si estás enganchado y llevas mucho tiempo enganchado y cometes errores,  dejas tirado a la gente y  te vas creando enemigos y hundiendo barcos”.

Entroncando esto con Héroes del Silencio y la influencia de Parálisis en su música, Juan Valdivia llamaba a Pito Jim Morrison, la estrella de la banda. El primer concierto de Valdivia como espectador iba a ser el de Parálisis en Zaragoza que por la tragedia no se dio. Enrique Bunbury se ha reconocido fan declarado de la banda, también el resto de miembros. Al principio estaban más metidos en Bauhaus, The Cure, Killing Joke…
“Es que Pito cogió a los Héroes y su estética y sus canciones e influencias eran esas. Tenía mucho que ver.  Enrique Bunbury era un alumno aventajado de Eduardo, por decirlo de alguna manera. Somos una referencia cuatro o cinco años mayor que ellos. Luego además tienen el mismo mánager. Hay vínculos. Musicalmente no tanto. Héroes siempre han sido más épicos y no tenían tanto el componente punk. Al ser posteriores beben directamente del post punk, de Bauhaus. Nosotros venimos de la frontera punk, que al estar un poco cansados de esa fórmula de punk melódica, soy yo la que integro esta vía post punk. La llevo adherida a mi idiosincrasia, a mi carácter. Llevo yo esa vertiente más experimental y nihilista. Héroes nacen con referencias post punk oscuras y más rock. Lo tengo muy claro por la fecha en que salen ellos”.

Enrique Bunbury siempre defiende a Pito.
“Siempre. Es un tío para eso muy noble Enrique Bunbury, siempre le oigo hablar bien de Pito”.

En mi caso Pito también me hizo alguna Pitoputada. Dicho esto, le tengo un cariño inmenso. Lo que me hizo aprender triplica los aspectos que me defraudó.
“Las personas no somos siempre perfectas.  Haces una balance de lo que te dan. Y lo has definido muy bien. Daba mucho más. Te ponías hablar con él y no le podías parar. Muy vehemente, entusiasta a tope y súper divertido.  Pito era muy voraz culturalmente”.

Una vez te leí en Jot Down que “el sexo, la muerte y la religión son los motores del mundo”. Para mí es el semen y la sangre. Es decir, reproducirnos y matar para conseguir poder.
“A mí me salió esa frase del tirón ese día. Es fácil entender que son los motores. La guerra, la sangre, el sexo y el deseo”.

Tú que eres tan activa. ¿Tienes fe en el ser humano?
“Creo tanto en el género humano como no creo nada en el género humano. Me debato en ese dilema  de un extremo a otro continuamente. Como especie creo que no voy a llegar a vivir nada bonito, no me va a dar tiempo. Creo que la especie, en bloque, o evolucionamos todos o no se va a dar ese salto. Para no deprimirme intento rodearme de gente inteligente, que tenga su rollo, que me interese y que con agallas para posicionarse en lugar adecuado”.

Hace unos meses entrevistando a Shirley Manson me respondía que ser positivo ahora mismo es ser radical, porque dejarte llevar por la corriente pesimista resulta muy fácil.
“Nunca lo he visto tan claro como ahora mismo, desde el sitio del arte, la obligatoriedad que debemos de tener los que estamos intentando cambiar desde nuestro sitio el  mundo y hacerlo más habitable y mejor. Decir las cosas claras. Lo otro es un acto de resignación. Hay mucha gente en el mundo de la música que no quiere hablar de política, no quieren posicionarse porque está mal visto y la mitad de la humanidad no te les va a comprar sus discos. La gente que no se posiciona son puta mierda. Si ahora mismo no tienen la mínima decencia en manifestar eso por vender cuatrocientos discos, cuatro mil o lo que sea, es que no hay de arte nada. Para mí arte significa cambio. Los que no se posicionan es mercado, no es música que pueda avanzar las cosas. Tampoco te digo que vamos a hacer un gran cambio pero…”.

Para finalizar, el 31 de octubre salió hace cincuenta años de single ‘Bohemian Rhapsody.’ Siendo pianista qué valoración te planteas de ese tema.
“Es la típica canción que dices cuánto valía el Freddie. Está muy bien compuesta. La he utilizado para cantidad de alumnos que tenían  capacidad de tocar pero no le puedes dar alimento naif. Es la pieza que he puesto a alumnos curiosos, inquietos y que se agarraban muy bien a esa canción. Está muy bien desde el mundo clásico pero a la vez tiene un atrevimiento, que tiene una figura como Freddie Mercury. Yo hay dos autores que siempre digo, aunque me toca más la fibra Bowie, que ambos tenían conocimientos de piano clásico y a la hora de componer se les nota. ‘Bohemian Rhapsody’ es muy bonita pianísticamente, muy nueva en su momento. Lo utilizo alumnos que conecten y les abres una puerta un poco mágica”.

IGNACIO REYO