Los casos de gripe están aumentando este otoño en Europa unas semanas antes de lo habitual coincidiendo con la expansión de una nueva variante del virus A(H3N2) que incorpora siete mutaciones respecto a la que circulaba el año pasado.
La nueva variante, llamada subclado K, ha adquirido las mutaciones durante la última temporada de gripe en el hemisferio sur, cuando era verano en Europa. Con la llegada del otoño, ha empezado a extenderse por el hemisferio norte.
Japón declaró una epidemia nacional el 3 de octubre, algo inusual tan a principios de otoño, después de que 287 personas fueran hospitalizadas por gripe en septiembre, casi la mitad de ellas menores de 15 años. En Norteamérica también se ha registrado la presencia de la variante K y un aumento de contagios precoz en Canadá y Estados Unidos.
El subclado K del virus A(H3N2) ha adquirido siete mutaciones nuevas en poco tiempo
En Europa, se detectó la presencia de la nueva variante en agosto en el Reino Unido, el país con el mejor sistema de vigilancia de virus respiratorios. Según los datos de la Agencia de Salud Pública del Reino Unido (UKHSA, por sus iniciales en inglés), la temporada de gripe ha empezado cinco semanas antes de lo habitual y el 72% de los casos diagnosticados corresponden a la variante K.
En la Unión Europea, “la circulación de la gripe está aumentando, siguiendo una tendencia que empezó tres o cuatro semanas antes que en las dos temporadas anteriores”, ha informado el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). Entre los casos analizados, la franja de edad de 5-14 años es la más afectada y la mayoría de casos corresponden a virus de la gripe A(H3N2), aunque no se han hecho análisis genómicos suficientes para saber qué porcentaje corresponde a la nueva variante.
También en Catalunya, donde los diagnósticos de gripe han empezado a aumentar antes que otros años y han empezado por menores de edad y adultos jóvenes, “está circulando” virus A(H3N2), informó ayer un portavoz del departament de Salut.
La circulación del virus en Europa por ahora es limitada, con un número de diagnósticos aún muy inferior a los de los picos de las epidemias de gripe. “Pero el hecho de que hayamos visto actividad más pronto, y el hecho de que tengamos este subclado preocupante, aumenta la probabilidad de que tengamos una temporada de gripe más intensa de lo habitual”, ha declarado en un comunicado Jamie Lopez Bernal, epidemiólogo de la agencia UKHSA.
Coincide en el pronóstico la epidemióloga estadounidense Katelyn Jetelina, de la Escuela de Salud Pública de Yale, que advirtió ayer en Substack: “abróchense los cinturones para una temporada de gripe potencialmente movida”.
El subclado K ha evolucionado a partir del subclado J del virus de la gripe A(H3N2). Dado que ambos forman parte del mismo subtipo H3N2, la inmunidad adquirida en infecciones previas con este subtipo, o con vacunas de la gripe, debería proteger en parte contra la nueva variante.
La variante K no es lo suficientemente distinta de la anterior para causar una pandemia de gripe. Pero sí lo bastante para que la inmunidad de las infecciones previas y de las vacunas no sea óptima. Esto puede haber facilitado que la nueva variante se haya expandido antes de lo que es habitual.
Las vacunas de la gripe de este año, diseñadas para proteger contra el subclado J del virus, ofrecen protección contra las complicaciones graves causadas por el subclado K, según un primer estudio de UKHSA sobre la eficacia de las vacunas frente a la nueva variante. Concretamente, reducen el riesgo de tener que ir al hospital en torno a un 70-75% en niños y un 30-40% en adultos. Aún no hay datos para saber cuál es la eficacia de las vacunas de este año para prevenir contagios por la variante K.
Las vacunas de este año ofrecen protección frente a las complicaciones graves causadas por la nueva variante
“La gripe es casi siempre imprevisible”, recuerda Antoni Trilla, epidemiólogo del hospital Clínic y de la Universitat de Barcelona. “El posible predominio esta temporada de una cepa del virus H3N2 con mutaciones concretas no parece asociarse, hasta ahora, con una mayor gravedad clínica ni con una pérdida de efectividad de la vacuna. Habrá que seguir atentos a la evolución de la epidemia gripal”.
Con los datos disponibles hasta ahora, Jamie Lopez Bernal destaca que “podemos tener confianza en que la vacuna ayudará a proteger a los más vulnerables de desarrollar una enfermedad grave y ser hospitalizados”.