Las gradas del estadio de La Cartuja presentan un aspecto lleno de butacas vacías para el partido en el que España va a certificar su pase al Mundial. 

Desde hace semanas se temía que tener una buena entrada iba a ser una tarea complicada. Y así ha sido. Poco más de 30.000 personas están en las gradas del estadio que ahora es la casa del Betis, en la que es la octava visita de España a Sevilla desde que, en febrero de 2021, se firmara el acuerdo RFEF–Junta de Andalucía. Ocho partidos de los 28 jugados por la selección en suelo español.

Cuando se conoció el calendario del grupo, la Federación entendió que el partido final ante Turquía podía tener la llave para el acceso directo al Mundial. Sobre la mesa se pusieron dos opciones: el Metropolitano y La Cartuja. Ganó Sevilla, sede de la clasificación para Qatar. Pero el desarrollo del grupo hizo que la emoción de este partido fuera nula.

«Sevilla nunca nos falla», decían en la previa De la Fuente y Fabián. Pero esta vez, una ciudad habituada a ver fútbol de nivel y con los ojos puestos en el derbi del día 30 en Nervión, no se volcó como es habitual en las últimas visitas de España. Tampoco ha ayudado la lluvia de los últimos días.