Las conversaciones de la COP30, la conferencia de la ONU sobre el clima en Belém, Brasil, se encaminan hacia una discusión sobre qué países están dispuestos a lograr avances reales en la eliminación gradual de los combustibles fósiles.
Las emisiones de la combustión del petróleo, el gas y el carbón alcanzan actualmente niveles récord, agravando el cambio climático, que ya se está cobrando millones de vidas y causa estragos en los ecosistemas y las economías.
Pasaron 28 años hasta que en una COP se declaró oficialmente la necesidad de una «transición para abandonar los combustibles fósiles». Este año, en Belém, se redoblan esfuerzos diplomáticos para crear una hoja de ruta con esa meta e implementarla.
Sin embargo, la mayoría de los países productores de petróleo se oponen a ello y, con una presencia récord de grupos de presión de la industria de los combustibles fósiles en las negociaciones climáticas de la COP30, es probable que el camino por delante no sea fácil.
Si bien las energías renovables están creciendo, las emisiones de combustibles fósiles alcanzaron un máximo histórico en 2025.Imagen: Ng Han Guan/AP Photo/picture alliance
¿Qué buscan los países?
El tema ya había generado controversia antes de la inauguración de la cumbre, cuando el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien también estaba siendo criticado por aprobar un proyecto de exploración petrolera en la desembocadura del Amazonas, instó a los líderes mundiales a trabajar para poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles.
En su discurso «Llamamiento de Belém por el Clima», Lula reforzó aún más este mensaje, instando a la elaboración de un cronograma para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y a un mayor apoyo financiero para los países en desarrollo.
En respuesta, los países que buscan reducciones más ambiciosas de sus emisiones han formado una coalición. Francia, Colombia, Alemania, Kenia y otros urgen a que se agregue una hoja de ruta sobre combustibles fósiles a la agenda oficial y que esta se refleje potencialmente en el resultado de la cumbre.
Hasta el momento, se estima que alrededor de 60 países de Europa, África, América Latina y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés) han respaldado la iniciativa. Sus defensores aspiran a llegar a 100.
Si bien el presidente brasileño Lula apoya una hoja de ruta para alejarse de los combustibles fósiles, también ha aprobado recientemente la perforación petrolera en la Amazonía.Imagen: Fabio Teixeira/Anadolu/picture alliance
«Nuestra prioridad es ampliar esta coalición, hablar con todos los países que creen que necesitamos avanzar y acelerar este tema», dijo a DW una fuente de la delegación francesa.
Mientras la mayoría de los países tal vez no se comprometan a una hoja de ruta con fechas y objetivos específicos, se espera poder ejercer presión sobre estos para que informen sobre su progreso al respecto en futuras COP.
Jochen Flasbarth, secretario de Estado alemán para la Acción Climática, afirmó que su país apoyaría cualquier decisión sobre una hoja de ruta en Belém.
Según informes, Colombia elaboró una declaración sobre la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Se cree que varios países firmaron el documento, que probablemente se publicará en breve.
Los obstáculos que enfrenta la coalición
El reto será presentar un bloque de apoyo lo suficientemente amplio como para imponer la hoja de ruta en la agenda de la conferencia, afirmó Romain Ioualalen, director de campañas de política global de la organización estadounidense Oil Change International.
«Es un rompecabezas diplomático que se está configurando», añadió Ioualalen. Sin embargo, la coalición para la eliminación gradual de la producción se enfrenta a una fuerte oposición.
Aparentemente, la mayoría de los países productores de petróleo, en particular Arabia Saudita, rechazan categóricamente la idea de una hoja de ruta y están obstaculizando los esfuerzos diplomáticos a su favor.
Un negociador estimó que alrededor de 70 países se opondrían a cualquier nueva decisión que surgiera de la COP30 en relación con los combustibles fósiles.
Participación récord de lobistas de los combustibles fósiles
Uno de cada 25 participantes en Belém representa a la industria de las energías fósiles, según un informe de esta semana de Kick Big Polluters Out, una coalición de 450 organizaciones que se oponen a la influencia de las industrias contaminantes en la formulación de políticas climáticas.
Se estima que en Belém hay 1.602 delegados vinculados al petróleo, el carbón y el gas, entre ellos representantes de los gigantes energéticos ExxonMobil, Shell y TotalEnergies, así como de empresas petroleras estatales.
Superan en número a las delegaciones de todos los países, excepto a la de Brasil, y tienen dos tercios más de pases para conferencias que los 10 países más vulnerables al cambio climático juntos.
Entrevista a la ministra de Medio Ambiente de Brasil
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El informe destaca la creciente preocupación sobre el hecho de que quienes tienen un interés personal en mantener la dependencia de los combustibles fósiles ejercen una influencia desmesurada en las cumbres de la COP.
«Es de sentido común que no se puede resolver un problema dándole poder a quienes lo causaron», afirmó Jax Bonbon, miembro de la coalición Kick Big Polluters Out, con sede en Filipinas, país que recientemente sufrió el devastador impacto de un tifón.
En declaraciones a DW antes de la COP30, Johan Rockström, director del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático en Alemania, señaló que la COP incluye «muchas voces influyentes que quieren evitar el tema principal», que son los combustibles fósiles.
Las emisiones derivadas de la combustión de petróleo, carbón y gas alcanzaron máximos históricos en 2025, y el mundo se dirige ahora hacia un calentamiento catastrófico de 2,6 grados Celsius (4,7 grados Fahrenheit) para 2100.
Rockström afirmó que los avances en otros temas importantes de la COP30, como la protección de los bosques o la financiación para la adaptación, «solo pueden celebrarse si también vemos progresos en la eliminación gradual de los combustibles fósiles».
(cp/rml)