La tarifa eléctrica afrontará en 2026 un encarecimiento relevante de la parte fija del recibo. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Ministerio de Transición Ecológica han lanzado sendas propuestas que incrementan los costes en cerca de 1.600 millones de euros, hasta alcanzar los 12.516 millones. La CNMC ha sometido a audiencia pública su propuesta de actualización de los peajes para el transporte y la distribución de electricidad, que suponen un incremento medio del 4,1%. Se trata de la primera subida de la parte regulada de las redes desde que se implantó el actual modelo retributivo y tras varios años consecutivos de rebajas cercanas al 4% anual. Del mismo modo, el Gobierno ha planteado un incremento de la retribución de las renovables de 1.300 millones que se aplicará en la parte correspondiente a los cargos.
Así, según la propuesta que ha dado a conocer hoy la CNMC, la retribución total asignada a los peajes pasa de 6.349 millones a 6.608 millones de euros en 2026, lo que supone un aumento del 4,1% para el sistema eléctrico. Este fuerte incremento se concentra en el transporte, cuyos costes reconocidos suben un 12,1%, frente al 2,5% en la distribución.
El regulador vincula esta revisión a la necesidad de garantizar la suficiencia financiera de las redes ante el nuevo ciclo inversor previsto para el periodo regulatorio 2026-2031, especialmente en nuevas infraestructuras de transporte para integrar renovables y reforzar la seguridad de suministro.
Impacto en hogares, pymes e industria
El efecto de la subida de peajes no será homogéneo. En los consumidores domésticos y pequeñas empresas conectados en baja tensión, acogidos a las tarifas 2.0 TD y 3.0 TD, la CNMC estima incrementos del 3,9% y del 4% en la facturación por peajes, respectivamente. Este incremento afecta a la parte regulada del término de potencia y del término de energía, pero no incluye el coste de la energía consumida, que seguirá marcado por la evolución del mercado.
En los suministros conectados en media y alta tensión, donde el peso del transporte en el peaje es mayor, la subida es más acusada. En el peaje 6.1 TD el aumento de la facturación por este concepto alcanzaría el 4,8%, en el 6.2 TD se iría al 6,1% y en el 6.3 TD llegaría hasta el 7,3%. La tarifa 6.4 TD, correspondiente a consumos en muy alta tensión y sin componente de distribución, refleja de lleno el repunte del transporte, con un incremento del 12,4% en el peaje.
No obstante, al trasladar los nuevos precios a la demanda prevista, el impacto real en la facturación por peajes será algo más moderado. La propia memoria de la CNMC calcula que, aplicando las nuevas tarifas a la previsión de consumo para 2026, la facturación por peajes aumentará entre el 0,6% y el 2,8% para la mayoría de los grupos tarifarios. La principal excepción es el peaje 6.3 TD, que registraría una reducción del 3,9% por el efecto combinado de las variables de potencia y energía que se utilizan para calcular el recibo en este segmento.
Más demanda eléctrica y más inversión en redes
La propuesta del regulador se apoya en un escenario de mayor electrificación de la economía. La CNMC estima que la demanda nacional de electricidad alcanzará este año 2025 los 255.988 GWh, un 2,8% más que en 2024 y un 1% por encima de la demanda de los últimos doce meses. Para 2026 prevé que el consumo se eleve hasta los 261.836 GWh, lo que supone un incremento adicional del 2,3%.
Pese a este aumento de la demanda –que, en principio, permitiría repartir los costes fijos entre más kilovatios hora–, la retribución necesaria para el transporte y la distribución crece con mayor intensidad, lo que obliga a revisar al alza los peajes. El regulador señala que la actualización responde tanto al incremento de los costes reconocidos a las redes como a la revisión de las variables de facturación asociadas al consumo eléctrico, manteniendo los perfiles de demanda, balances de potencia y curvas de carga de 2023 para preservar la señal de precio vigente.
El encarecimiento de los peajes implica que, incluso si el precio de la energía en el mercado mayorista se mantuviera estable, la parte fija del recibo tenderá a subir en 2026 para todos los consumidores, con especial intensidad en los grandes usuarios conectados en alta y muy alta tensión. El impacto final en la factura vendrá determinado, además, por la evolución de los cargos que fija el Gobierno y por el comportamiento de los precios de la energía en el mercado y en los contratos bilaterales.
En paralelo, el Ejecutivo ha puesto en marcha una revisión al alza de la retribución específica a las instalaciones renovables, que se financiará a través de los cargos eléctricos, lo que añade presión sobre la parte regulada del recibo. De hecho, el incremento propuesto de estos costes de alrededor de 1.300 millones supondrá incrementar el recibo de la luz en cerca de un 2%.
De este modo, entre los peajes y los cargos se considera que el incremento de la parte fija del recibo de la luz puede estar entre el 2,8% y el 4,8% en función de la tipología de consumidor.
Próximos pasos: audiencia pública y aprobación definitiva
La propuesta de la CNMC se somete ahora a audiencia pública antes de su aprobación definitiva. Tras analizar las alegaciones de los agentes del sector y de los consumidores, el organismo que preside Cani Fernández fijará los valores finales de los peajes de transporte y distribución de electricidad que se aplicarán a partir de 2026.
Con esta revisión, el regulador busca equilibrar dos objetivos: garantizar la sostenibilidad financiera de las redes en pleno despliegue de la transición energética y contener, en la medida de lo posible, el impacto sobre el recibo de la luz de hogares, pymes e industria. El resultado será una factura en la que la parte fija gana peso de nuevo, en un contexto de creciente electrificación y de mayores necesidades de inversión para adaptar el sistema eléctrico a los objetivos climáticos y de seguridad de suministro.
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