El fin de semana Las Migas regresaron de Las Vegas con un Grammy Latino a Mejor Álbum de Flamenco por Flamencas, un álbum que ha marcado un hito para un grupo que lleva dos décadas construyendo un lenguaje propio dentro del género. Para su líder, Marta Robles, este premio tiene un sabor particular, desde la pandemia vive en Menorca, donde ha tejido, entre la naturaleza y la calma insular, la arquitectura musical de los tres últimos discos. Allí, explica, comparte creación con Oriol Riart, coproductor de Flamencas. «La maravillosa naturaleza donde tenemos la suerte de vivir es una fuente de inspiración y calma», confiesa. Ese retorno constante a la Isla entre concierto y concierto les ofrece un espacio de oxígeno y reposo creativo.
Aún sigue encaramada a una nube de felicidad: «La noche del Grammy estábamos muy nerviosas… y cuando escuchamos la ‘f’ de ‘Flamencas’ pegamos un salto y un grito enorme», recuerda. Una mezcla de sensaciones las desbordó, «fue una sensación conjunta entre orgullo, alegría y subidón, creo que no lo olvidaremos en la vida». A pesar de haber ganado ya un Grammy en 2022 por ‘Libres’, vivir la gala presencialmente marcó una diferencia fundamental, «estar allí fue incomparable como sensación». Ese reconocimiento internacional refuerza también su vocación de visibilidad. Robles lo expresa con claridad: «Queremos ser ejemplo para las niñas que se están pensando dedicar a la música… dedicamos el premio a esas niñas que estudian flamenco y música en general». La responsabilidad del grupo se extiende más allá del escenario y del estudio; es una voluntad de abrir caminos y ampliar referentes.
En Flamencas, Las Migas han decidido acercarse con mayor determinación a los códigos tradicionales del género. Bulerías, tangos, seguiriyas, cantes abandonaos, malagueña, guajira, un mapa selectivo que las conecta con la raíz sin renunciar a ese sonido «muy Migas», minucioso, detallista, libre. Es un ejercicio, asegura Robles, profundamente gozoso, «ha sido un ejercicio precioso de hacer». La evolución tras 21 años de carrera es, para la entrevistada, una consecuencia natural del oficio: «Hemos simplificado elementos… hemos madurado mucho en un estilo que yo creo que es muy sincero». También las letras responden al tiempo presente: «No podemos cantar lo mismo que se cantaba hace 50 años… nos sentimos muy responsables en este mensaje de cordura y amor». Tras el Grammy, Las Migas continúa su recorrido con una gira que las llevará por Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá, aunque ya desean volver a Baleares. «A ver si volvemos pronto, tenemos ganas».