Jaume Vich

La cantante estadounidense Katy Perry ofreció en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 9 de noviembre un concierto apoteósico y extravagante en el que hizo de todo. Incluso voló colgada de un sistema de cableado. En total, la cantante ofreció más de veinte canciones divididas en varios actos que simulaban un videojuego: Perry, caracterizada como un cíborg, iba superando fases en un universo distópico. El concierto contó con la participación de la británica Becky Hill como artista invitada. Más de 18.000 asistentes vibraron con la primera parada en el Estado de su gira The Lifetimes Tour, un show que combina tecnología, fantasía y nostalgia pop de los dos mil.

En un momento del show y ociosa de comunicarse, la superestrella del pop hizo subir a cinco chicos del público, de los que estaban en primera fila. Uno de ellos iba vestido de tiburón y otro llevaba el mismo look que Perry vestía en una gira anterior. Este es Aitor Arias, de 16 años y estudiante de la Escuela Sant Josep de Reus. «Le gustó mucho cómo iba disfrazado», recuerda para el Diari este estudiante reusense. De hecho, Perry le pidió ayuda para aprender algunas palabras en catalán.

Sin música y ante más de 20.000 personas, Arias respondió a las dudas lingüísticas de Perry. Lo que más la entusiasmó fue aprender a decir «t’estimo molt». De hecho, empezó a entonar una canción improvisada en la que decía eso repetidamente, con la ayuda de la banda, y que hizo enloquecer el Sant Jordi. Con el reusense, pronunció «Anem a cantar Unconditionally», tema con el que continuó el espectáculo. Aquellos pocos minutos de locura tuvieron la complicidad de este joven reusense.

En conversación con el Diari, Arias afirma que no pensaba que lo escogería a él para subir al escenario. «Yo estaba en el público, en primera fila, y pensaba que no subiría porque había elegido a cuatro fans, pero me vio y me dijo que subiera al escenario». Es fan desde muy pequeño y iba disfrazado con un look que imitaba a Perry y que hizo con la ayuda de su madre y su tía. Perry cayó rendida a su encanto. Estaba hecho un flan, sobre todo al principio: «Nada más subir estaba muy nervioso y muy emocionado». Para él es un hito importante y recuerda que tanto sus compañeros de clase como sus familiares se alegraron muchísimo de que la casualidad lo hubiera hecho protagonista.

Arias empezó a hacer cola en el Sant Jordi a las 11 de la mañana y fue el octavo en entrar.

Arias fue el octavo en entrar al recinto. Llegó al recinto a las 11 de la mañana, consciente de que tendría que dedicar unas cuantas horas de espera. Fue solo y recuerda que a las 4 de la tarde ya entró dentro del Sant Jordi. El concierto empezó a las 20:30 h. Para un fan no es problema esperar a su estrella preferida. Dice que, tan pronto como pueda, se las arreglará para ir a ver a Katy Perry.

Su vídeo mientras le enseñaba catalán se ha hecho viral en las redes sociales y él guarda un recuerdo que nunca olvidará, como el selfie tan divertido que se hizo encima del escenario con la estrella de la música.