Ya han pasado varios días desde que logró el Latin Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Música Clásica. ¿Lo ha asimilado?
Todavía estoy intentando asimilarlo. Poco a poco, lo haré.
¿Qué sintió al escuchar su nombre como ganadora? ¿Cómo vivió aquel momento que hacía 11 años que un artista español no vivía desde que Plácido Domingo conquistó la categoría de Mejor Álbum de Música Clásica en 2014?
Fue algo extraordinario. Fue una emoción inmensa. Lo primero que se me ocurrió fue abrazar a mi marido, ver a mi familia y pensar en ellos. También pensé en todas las personas que habían hecho posible Kaleidoscope y que me han apoyado a lo largo de mi carrera, gente que, en momentos en los que tú misma dudas, han estado ahí para animarte a continuar.
Un galardón que ha querido dedicar a su familia, a Santiago y a Galicia. ¿Qué papel han jugado en su carrera musical?
Mi familia, todo. Cualquier persona que tenga un familiar artista sabe la inmensa dedicación que toda la familia tiene que tener, porque estas carreras suelen desarrollarse a una edad muy temprana y exigen un esfuerzo familiar fuerte. En mi caso, mis padres hacían viajes a Madrid para que yo pudiera tener clases allí. Salía del colegio el viernes a las siete y media de la tarde y cogíamos el coche hasta Madrid, a veces, incluso, hasta Valencia. Además, me llevaban a los concursos, a los conciertos… Mi marido también es un apoyo fundamental, es músico igual que yo y comprende perfectamente lo que implica una carrera artística. Al final, el papel de la familia suele ser muy importante y ellos han estado apoyándome siempre. Somos una familia muy unida, nos queremos mucho y, por supuesto, este premio tenía que ir para ellos. En cuanto a Santiago y Galicia, siempre lo digo. Mi vocación musical nació en mi niñez. Ya a los tres años estaba tocando el piano. Y para mí, ese Santiago de los años 90, con esa cantidad de actividad cultural en la que tocaba lo mejor de lo mejor, artistas de la talla de Rostropóvich o Pavarotti, en lugares como el Centro Galego de Arte Contemporáneo o el Auditorio de Galicia, y ese espíritu santiagués, que es una mezcla entre lo local e internacional, con tantos peregrinos, todo eso jugó un papel fundamental en mi vida y en cómo he desarrollado mi carrera musical. Por todo ello, el Latin Grammy se lo tenía que dedicar a Santiago y a Galicia, donde desarrollé mucha de mi actividad inicial. Me siento muy orgullosa de ser gallega, de ser compostelana y de poder dedicar este premio a mi tierra.
Primer disco en solitario, primera nominación y primer Latin Grammy. Cualquiera diría que ha sido llegar y besar el santo.
Eso se llama eficiencia (ríe). La verdad es que hay mucho trabajo detrás. Esto es un sueño hecho realidad. Llegar a la nominación ya me parecía un sueño. De hecho, estuve llorando toda una tarde de emoción cuando lo supe. Ganar, imagínate. Ha sido muchísimo trabajo, muchos años de investigación y he tenido la suerte de que se ha podido ver reconocido no solo en los Latin Grammy, sino también en los Global Music Awards. Desde que salió el álbum, me está dando muchas alegrías. Me siento muy afortunada y agradecida por el reconocimiento que está teniendo.
¿Cómo ha sido el compartir escenario con artistas de talla mundial de estilos musicales tan diferentes como Bad Bunny, Alejandro Sanz, Raphael y Aitana, entre otros?
Es muy bonito. Creo que la manera en la que la academia plantea la semana de los Latin Grammy es verdaderamente preciosa. Es muy emocionante, sobre todo si te nominan, porque te dan muchas oportunidades para conocer, hablar e interactuar con otros nominados y con gente verdaderamente excepcional del mundo de la música, ya sean productores, compositores o ingenieros de sonido. Tienes la posibilidad de compartir escenario o hablar de manera distendida con esos nombres conocidos, pero también con gente que, quizás, no tiene esa exposición mediática pero que son excepcionales, que tienen historias personales y profesionales increíbles, superando adversidades graves para llegar a una nominación. El conocer a toda esa gente fue muy especial y poder interactuar con profesionales de primer nivel fue un verdadero premio.
Profesionales con diferentes formas de comprender la música, una gran variedad, la que se vio en el escenario de los Latin Grammy, similar a la que recoge en Kaleidoscope, ese trabajo que le ha permitido ganar su primer gramófono.
¡Sí! Kaleidoscope es un álbum de música clásica que da visibilidad a las mujeres compositoras, pero es tremendamente variado. Al final hay un enorme eclecticismo de estilos musicales y geográficos con compositoras de todos los continentes que incorporan sus propias raíces musicales. Celebro esa interacción ya que me parece muy enriquecedora.
Un álbum que podremos escuchar dentro de unos días en Santiago…
El próximo 26 de noviembre. Es algo que me hace una ilusión enorme, una coincidencia preciosa que el primer concierto que doy justo después de ganar el Latin Grammy sea en mi tierra y en el Auditorio de Galicia, el lugar en el que comenzó todo, donde hice mis primeros conciertos y donde me enamoré de la música. Cuando se planeó el concierto, no imaginaba estar nominada a los Latin Grammy, y menos aún ganar.
Tengo entendido que la capital gallega no será el único lugar al que vaya a acercar su premiado disco…
¡Exacto! Lo llevaré a los distintos países de las compositoras que forman parte del álbum, algo que ya inicié en el Teatro Colón de Buenos Aires.
En la misma línea que el exitoso álbum Kaleidoscope, hace un año, por su publicación, comentaba a este diario que estaba preparando un libro para visibilizar la obra de mujeres compositoras. ¿Sigue trabajando en ello?
Sigo. Mi editor está siendo paciente conmigo, porque con todo lo que pasó en los Latin Grammy lo hemos retrasado un poco, pero va a salir muy pronto.
¿Cómo es capaz de compaginar todos estos proyectos con su profesión de abogada?
Implica disciplina, aunque no voy a mentir, no es fácil. Son mis dos pasiones. Hay semanas en las que prima la abogacía y otras veces puedo dedicarle más tiempo a la música. Siempre es un balance, es encontrar el equilibrio. Por ahora, las dos cosas van muy bien y disfruto de ambas facetas. Me siento muy apoyada y querida en ambas.
Por último, ¿qué le depara el futuro a Isabel Dobarro?
Tengo algunos proyectos en mente que se desarrollarán durante el año que viene. También estaré en Vigo el 15 de diciembre con el violinista Miguel Borrego con un programa totalmente distinto a Kaleidoscope, pero, por ahora, lo más importante, es centrarse en seguir tocando Kaleidoscope y disfrutar del momento.