Charlamos con Samantha López Speranza, directora en series como Sin huellas, La favorita 1922 o Asuntos internos entre otras, que ahora se estrena en el formato largometraje con Todos los lados de la cama, una despampanante secuela de los populares musicales El otro lado de la cama (2002) y Los dos lados de la cama (2005). La película se ha presentado en la sección Special Screenings en el Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Estamos ante la tercera entrega de una saga que ya tiene su renombre en España. ¿Cuál fue tu sensación al tomar las riendas de este proyecto?

Cuando tomamos el trabajo de Emilio Martínez-Lázaro y David Serrano, sentimos un poco de terror porque fue de las sagas más vistas de la historia de España. Pero, de pronto, los guionistas Carlos del Hoyo e Irene Bohoyo lograron hacer algo que retomaba la historia y sus personajes con todo el respeto y cariño, y renovarlo a los veinticinco años que han pasado por encima, presentando nuevas generaciones. Entonces, del terror pasó a ser una gozada tremenda. Pero hubo siempre mucho respeto.

En la sala de cine aquí en el festival, mayores y jóvenes se reían por igual. ¿Cómo se consigue ese diálogo entre generaciones y hacer una película que guste a todo el mundo?

Tenemos la fortuna de tener a los actores míticos, que han entrado con sus personajes con todo el corazón a tope y también han aprendido que les pasaron veinticinco años encima. Con la gente más mayor, jugamos a la nostalgia porque no quisimos renovar a esos personajes: han crecido, pero siguen siendo los de hace veinte años. Y con la nueva generación de actores ganamos a los jóvenes. Los cuatro nuevos han sido súper libres para expresarse como querían. Esta libertad sexual, de amor, de respeto, de consentimiento, se marca, se nota y enseña a las otras generaciones. Hemos tenido la suerte de contar con ambas generaciones apoyándose y aprendiendo las unas de las otras.

Este es el primer largometraje que diriges. ¿Cómo ha sido el salto de las series al cine?

Hay muchas diferencias. Las series me encantan. Te apoyas en otros directores, juegas de otra manera, con equipos muy grandes también. Siempre voy de la mano con mi equipo técnico, y lo mismo con mis guionistas. Pero, claro, rodar un primer largo… Soy una fan de los musicales y que, de pronto, los productores de Telecinco me hayan ofrecido esta película ha sido el sueño de mi vida. Cuando te enfrentas a un largo, al principio estás un poco sola, y de repente volteas y tienes a cien personas trabajando para ti. Mi equipo me ha dado la mano y me ha cosido las alas: los actores, los técnicos, los productores, todos.

Me acabas de decir que te gustan mucho los musicales, pero es la primera vez que ruedas algo de este estilo. ¿Cómo afrontas esta situación? ¿Y rodar las escenas musicales?

Lo afronto, primero, con muchísima ilusión. Es muy bonito y es un proceso diferente porque la música se vuelve un personaje. Primero, con Alejandro Serrano, que fue quien hizo todas las adaptaciones fantásticas, grabamos las canciones. Los chicos y los mayores se metieron a clases de canto. Le echaron muchas ganas en el tiempo que tuvimos para ensayar y rodar. Luego entró Miriam Benedetti, que es nuestra fantástica coreógrafa, a darnos todo.

Este es tu primer filme… ¿Podemos esperar más en el futuro?

Esta película la rodamos el año pasado en verano, y ya he rodado otra: tengo mucha suerte, espero que la gente vaya a verla a las salas. Pero nosotros ya hemos ganado porque todos estamos trabajando. Y yo he hecho una película después, que se titula Todo arde.

Por último, quería felicitarte por Todos los lados de la cama y el mensaje que lanza. Al final, en estos tiempos de odio es muy importante hacer obras que celebren el amor.

Es verdad que los tiempos son difíciles y convulsos, pero queremos transmitir con esta película comercial algo profundo sobre el amor, para que salgas de verla y digas: “¡Wow! Estuve dos horas riéndome”. Es súper necesario siempre, pero sobre todo ahora que estamos pasando por momentos muy tristes en el mundo.

 

Clara Godoy Rodríguez.