A una gala donde se premia por primera vez ese ADN competitivo y tan característico del deportista español no podía faltar Rafael Nadal, quizás el representante más excelso de esa forma de entender la vida trasladada al terreno de juego en todas sus variantes. El tenista manacorí es realidad y milagro, pasado y futuro, caída y superación. Nuestro mejor embajador durante dos décadas en las que paseó por todo el mundo el nombre de un país que se enorgullece de su forma de ser.
Nadal fue el primer ciclón conocido cuyo epicentro estaba en el Mediterráneo. Con 17 años ya estaba jugando y venciendo partidos en los Grand Slams y con 19 recién cumplidos ganaba su primer título de Roland Garros en la temporada de su debut en la tierra parisina. Un cuento de hadas que desde el comienzo tuvo que lidiar con la rémora de las lesiones.

Con apenas 18 años, al tenista balear le diagnosticaron una enfermedad crónica degenerativa en su pie izquierdo llamada síndrome de Müller-Weiss, una dolencia que no tiene cura y con la que ha tenido que convivir a lo largo de su exitosa carrera. Visto así, no es de extrañar que Rafa siempre diga que ha llegado mucho más lejos de lo que jamás hubiera soñado porque en ese momento era impensable que siguiera siendo competitivo con 36 años, edad a la que gana su vigesimosegundo y último grande.
La modestia de Rafa
El dato es revelador porque hablamos de un tenista que se ha perdido muchos Grand Slams por diferentes tipos de dolencias. Novak Djokovic y Roger Federer, los otros jugadores que han superado la barrera de las 20 victorias en los cuatro grandes, han tenido menos lesiones pero eso es algo de lo que el español nunca ha intentado sacar rédito a la hora de poner en valor sus logros porque si algo caracteriza a Nadal es su modestia, más allá de una timidez con la que ha lidiado toda su carrera.
Es por eso que siempre ha rehuido el debate sobre el ‘goat’ del tenis quitando incluso valor a sus increíbles logros. “Rafael es un tipo normal que no ha cambiado ni se ha creído un ser especial”, dice de él su mentor y tío Toni Nadal, el hombre que se encargó desde que era niño de enseñarle el camino correcto del sacrificio y el respeto, convirtiéndole en un ejemplo de deportividad para millones de deportistas de todo el planeta.

PARÍS, 31/07/2024.- El español Rafa Nadal tras perder ante los estadounidenses Austin Krajicek y Rajee Ram en los cuartos de final de dobles masculinos de tenis de los Juegos Olímpicos de París 2024, en el complejo de tenis Roland Garros de París. EFE/ Juanjo Martín
Bajar al barro
Visto así, no de es extrañar que Rafa se calzara las botas de agua y cogiera la pala cuando llegó la hora de arrimar el hombro y ayudar a los vecinos de Sant Llorenç des Cardassar en las tareas de limpieza, tras las lluvias torrenciales que asolaron este municipio al este de la isla de Mallorca en octubre de 2018.
La inauguración de la Rafa Nadal Academy a finales de 2016 se enmarca en esta forma de entender la vida y su responsabilidad con la gente que le rodea. Por eso el manacorí eligió su pueblo como sede de este monumental complejo deportivo, para generar riqueza en la zona y devolver en forma de recursos el cariño recibido durante tantos años.
Porque Rafa siempre supo que su carrera profesional no era distinta a la de cualquier deportista y, como tal, tenía fecha de caducidad. Y es ahora, una vez retirado, cuando su impronta se hace más presente, con multitud de actividades solidarias que le definen casi mejor que su fabulosa trayectoria.

Spain’s Rafael Nadal jubilates after defeating Sweden’s Robin Soderling during a men’s finals match for the French Open tennis tournament at the Roland Garros stadium in Paris, Sunday, June 6, 2010. (AP Photo/Michel Euler)Michel Euler
El cariño mutuo
Es por todo esto que Nadal será una de las figuras más señeras de los Premios ADN del Deporte el próximo lunes 24 de noviembre en el Casino de Madrid. La relación entre el tenista mallorquín y nuestro periódico se remonta a sus comienzos y siempre ha estado marcada por el respeto mutuo. Su presencia en esta gala es una muestra más de cuánto valoramos a Rafa en MARCA como principal referente de nuestro deporte más allá de su retirada.
Nadal ya recibió el MARCA Leyenda a finales de 2008 cuando su increíble carrera estaba aún en sus albores y cinco años después, en la Gala de nuestro 75 aniversario, fue elegido como La Leyenda del deporte español por los usuarios de MARCA.com, por delante de Miguel Indurain, segundo, y Pau Gasol, tercero. Y es que en su caso, todo reconocimiento es justo.