El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, propuso a Estados Unidos presentar su dimisión tras una transición de dos a tres años, algo que la Casa Blanca rechazó al considerar «inaceptable» cualquier demora en la salida del líder chavista del poder, según una investigación del The New York Times. Esta situación se da en medio de la tensión por los ataques estadounidenses contra supuestas ‘narcolanchas‘ en el Caribe y el Pacífico oriental, que deja desde septiembre más de 80 muertos.
«Trump dio el visto bueno a los planes de la CIA sobre medidas encubiertas dentro de Venezuela, operaciones que podrían estar destinadas a preparar el campo de batalla para nuevas acciones«, dijeron al rotativo neoyorkino diversas fuentes, sin especificar en qué consistirían esas medidas ni cuándo podrían llevarse a cabo. El mandatario republicano, continúa el artículo, aún no ha autorizado la presencia de fuerzas de combate sobre el terreno en Venezuela, por lo que la siguiente fase de la campaña de presión cada vez mayor sobre el gobierno chavista podría ser el sabotaje o algún tipo de operación cibernética, psicológica o informativa.
La CIA tiene ubicadas distintas instalaciones supuestamente relacionadas al narcotráfico que podrían ser atacadas bajo una orden presidencial.
Las fuentes aseguraron al periódico que Trump autorizó una nueva ronda de negociaciones a través de canales indirectos que, en un momento dado, derivaron en la oferta de Maduro de dimitir tras una prórroga de un par de años.
«Funcionarios venezolanos han dicho a los estadounidenses que Maduro podría estar dispuesto a dimitir, tras una transición de dos a tres años, según las personas informadas sobre el asunto. Cualquier demora en la salida de Maduro del poder es inaceptable para la Casa Blanca», agrega el diario. Las negociaciones «a puerta cerrada» muestran que «aún es posible una solución diplomática«.
El artículo periodístico desvela que en esas conversaciones, Maduro también habría mostrado su disposición a ofrecer acceso a la riqueza petrolera de su país a las empresas energéticas estadounidenses. «Aunque Trump hace hincapié en el papel de Venezuela en el tráfico de drogas o en la migración ilegal cuando trata el tema en público, en privado ha hablado de las enormes reservas de petróleo del país y de que las empresas estadounidenses puedan acceder a ellas», sentencia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablando durante una rueda de prensa este lunes EFE/ @WhiteHouse /SOLO USO EDITORIAL
Trump y su disposición a hablar con Maduro
Trump señaló este lunes durante una rueda de prensa que no descarta ninguna opción con respecto a una posible intervención militar en territorio venezolano, pero a la par se mostró abierto a hablar con Maduro. «No descarto nada, simplemente tenemos que encargarnos de Venezuela (…) Probablemente hablaré con él, hablo con mucha gente», aseguró. El republicano agregó sobre su homólogo venezolano que «no ha sido bueno con EE.UU.» y le reprochó el supuesto envío, orquestado desde su Gobierno, de inmigrantes irregulares, incluyendo a miembros de la banda criminal Tren de Aragua, a su país.
«No me entusiasman quienes gobiernan Venezuela. Amo a Venezuela. Amo al pueblo venezolano, pero lo que le han hecho a este país es inaceptable», remarcó Trump. «Veremos qué pasa. En un momento dado estaré hablando con él», aseveró. Un día antes, el domingo, ya había asegurado que «podría haber discusiones» con el líder chavista, «porque Venezuela quiere hablar», mientras que el viernes afirmó haber tomado ya una determinación sobre qué medidas implementar con respecto al país sudamericano, sin desvelar más detalles.
Desde agosto pasado, la Administración Trump ha lanzado al menos 21 ataques contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, que ha dejado un saldo de más de 80 muertes. La ONU ha rechazado estos ataques por violar el derecho internacional. La semana pasada el Gobierno estadounidense anunció la denominada operación ‘Lanza del Sur‘, con un despliegue naval histórico en el Caribe: el portaaviones Gerald R. Ford, varios buques de guerra y cerca de 12.000 militares.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. AP Photo/Cristian Hernandez
El chavismo movilizado
Mientras, en Venezuela Maduro ha pedido a Trump hablar «cara a cara» y el chavismo se ha movilizado en medio de la tensión por la presencia militar estadounidense.
El sábado pasado, se establecieron miles de grupos de calle con la tarea de defender cada «centímetro» del territorio. Según el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, se conformaron unos 260.000 grupos denominados Comités Bolivarianos de Base Integral, que son equipos de trabajo en «cada calle del país». Y Maduro convocó a seis regiones a «una vigilia y una marcha permanente en las calles» en respuesta a la anunciada reanudación de ejercicios militares de Estados Unidos en Trinidad y Tobago.
«Paren la mano enloquecida de quien ordena bombardear, matar y llevar una guerra a Sudamérica y al Caribe. Detengan la guerra. No a la guerra», alentó el viernes el mandatario.
El presidente del Parlamento venezolano, el chavista Jorge Rodríguez, advirtió sobre las «consecuencias incalculables» que podría tener una eventual guerra en el Caribe. «No solamente para Venezuela, sino para todos los países del Caribe, para todos los países del continente americano y también para Estados Unidos», aseveró.
Una situación que también mantiene en tensión la relación de EE.UU. con Colombia. Su presidente, Gustavo Petro, fue acusado por Trump de ser «narcotraficante». Y ha rechazado los ataques a las ‘narcolanchas’ al considerarlos de «ejecuciones extrajudiciales».
Maduro pide a Trump hablar «cara a cara» en medio de los ataques de EEUU a narcolanchas en el Caribe