En 1963, Hollywood vivía una de sus épocas doradas y el mundo entero se preparaba para el estreno de Cleopatra, la superproducción más ambiciosa de la historia del cine hasta entonces. Lo que nadie imaginaba es que el rodaje daría lugar a una historia que trascendería la pantalla: el romance entre Elizabeth Taylor y Richard Burton, dos estrellas en la cúspide de su carrera, que acabaría provocando un auténtico terremoto mediático y moral.
Del plató al escándalo internacional
Taylor y Burton interpretaban a Cleopatra y Marco Antonio, una pareja legendaria cuya pasión marcó la historia antigua. Pero la ficción se convirtió en realidad. «La historia de amor que representaban ante la cámara enseguida se trasladó a la vida real», recuerdan en el programa Sucedió una noche. El problema era que ambos estaban casados. La relación clandestina se convirtió en portada de diarios y objeto de debate político. El Senado estadounidense llegó a pronunciarse y el Vaticano, a través de su diario oficial, lanzó una crítica feroz contra Taylor, calificándola de «herrática voluptuosa».
La presión mediática no frenó a la pareja. En 1964 se divorciaron de sus respectivos cónyuges y se casaron, iniciando una relación marcada por la intensidad y el exceso. «Su amor, sus peleas, su lujosa vida o las carísimas joyas que Burton le regalaba a Liz les convirtieron en el centro de atención mundial», señala el podcast. Entre esas joyas, una esmeralda comprada en Bulgaria que se hizo tan famosa como sus protagonistas.
Rodaron juntos 11 películas, entre ellas ¿Quién teme a Virginia Woolf?, considerada una obra maestra del cine y que les consolidó como pareja artística. Burton llegó a reconocer que Elizabeth influyó en su evolución como actor: «Me convenció de que no debía considerar el cine solo como un medio para llenar el tiempo entre mis actuaciones en los escenarios», contó el actor en una entrevista.
Impacto cultural y final tormentoso
El romance Taylor-Burton redefinió la relación entre Hollywood y la prensa. Fue el primer gran fenómeno de la cultura de la celebridad moderna: fotógrafos persiguiéndolos por todo el mundo, titulares diarios y una exposición mediática sin precedentes. Su historia inspiró libros, documentales y sigue siendo referencia cuando se habla de amores imposibles y escándalos en la industria.
Pero tanta intensidad tuvo un precio. Se divorciaron en 1974, volvieron a casarse en 1975 y ocho meses después se separaron definitivamente. «Supongo que vivir 13 años con toda esa intensidad es como mantener un punto de ebullición tan continuo que inevitablemente se desborda», confesó Burton.
Richard Burton murió en 1984, dejando para la historia no solo una filmografía brillante, sino una de las historias de amor más abrasivas y extravagantes que se recuerdan.
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Richard Burton, ‘Los inmortales’ y capitán Vidal
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