España inicia este jueves su participación en las Finales de la Copa de la Davis en Bolonia (Italia). A partir de las 10:00 horas, la ‘Armada’ se disputará un puesto en las semifinales contra Chequia. No podrá contar en esta ocasión con Carlos Alcaraz, número uno del ranking mundial, que el martes confirmó su baja por un edema isquiotibial.

El equipo capitaneado por David Ferrer deberá hacer frente a un duro rival con los mimbres de Jaume Munar, Pablo Carreño, Pedro Martínez y Marcel Granollers. La estadística es a priori favorable a España, pero el 5-4 refleja la igualdad histórica. De hecho, ambas escuadras se han intercambiado los papeles en las dos últimas ediciones.

En la última el saldo fue favorable a España por 3-0, pero entonces estaba Alcaraz. Este año la baja del murciano ha supuesto un jarro de agua fría, no sólo por su ranking sino también por lo apurado del momento, prácticamente insalvable para buscar un sustituto.

Pero en el banquillo ya hay un hombre que sabe superar situaciones adversas como nadie: el capitán, David Ferrer. El de Jávea (Alicante) tiene tres réplicas de la ‘Ensaladera’ en su vitrina y una de ellas, la ganada en 2009, tiene un sabor especial.

España llegaba a la final contra la entonces denominada República Checa, en la que Radek Stepanek y Thomas Berdych, hoy capitán, lo jugaban todo incluido el punto de dobles.

Como anfitrión, la ‘Armada’ tenía el factor cancha a su favor en el Palau Sant Jordi de Barcelona. También tenía otro factor quizá más importante en Rafa Nadal, que se perdió la final del año anterior en Argentina, ganada por España, y quería ser protagonista ante su público.

Nadal despachó a Berdych por la vía rápida (7-5, 6-0 y 6-2) en una época en la que se jugaba a cinco sets. El siguiente turno era para Ferrer contra Stepanek y las cosas no empezaron bien.

‘Ferru’, carácter de hierro

El checo empezó ganando los dos primeros sets con bastante contundencia 1-6 y 2-6. Pero al tenista alicantino le apodaban ‘Ferru’ por su carácter de hierro. Ese temple, unido al aliento del público, hicieron posible la remontada: 6-4, 6-4 y 8-6 en un tercer set que se prolongó hasta bien entrada la noche.

Al día siguiente certificaron la victoria final Feliciano López y Fernando Verdasco, este último ataviado con la camiseta de la selección española de fútbol, la que luego la Roja luciría en el Mundial de Sudáfrica; fue premonitorio. El resultado final fue de 5-0, puesto que el domingo Nadal y Ferrer despacharon a los checos Jan Hajek y Lukas Dlouhy, que reemplazaron a los ‘primeros espadas’.

A pesar de la contundencia del resultado, en la mente de todos los presentes quedó marcado ese Ferrer – Stepanek como el punto clave que decidió la eliminatoria. No fue únicamente la victoria del español, puesto que también fue determinante el castigo físico al que sometió al número uno de Chequia, que al día siguiente forzó para jugar el decisivo punto de dobles.

‘Ferru’ llegaba, además, a Barcelona con la espina clavada del año anterior en Mar del Plata (Argentina), donde fue derrotado por David Nalbandián y el equipo dirigido por Emilio Sánchez Vicario se vio obligado a remontar. El alicantino se resarció con su propia remontada personal.

La labor de un capitán en la Davis no es sólo técnica. Con Ferrer en el banquillo, los tenistas españoles saben que tienen un apoyo moral capaz de insuflarles el carácter necesario para superar las condiciones más adversas.