Los resultados del ensayo que se publican en NEJM son un gran paso por el reto en sí mismo que supone conseguir publicar datos consistentes en fase III en vacunas de de ARNm, y claves para su futura aprobación. Los resultados se enmarcan en la competencia directa con Moderna para lanzar al mercado vacunas con esta plataforma tecnológica más eficaces y ágiles para vacunar frente a la gripe estacional y ofrece nuevos datos prometedores, pero no definitivos, para conseguir inmunización contra cepas estacionales y con potencial pandémico como la gripe aviar.

El ensayo clínico en fase III (la última etapa antes de que un medicamento pueda comenzar los trámites para ser comercializado) incluye a más de 18.000 personas de entre 18 y 64 años, de las que la mitad recibieron el nuevo compuesto que utiliza el ARN mensajero para instruir a las células a producir antígenos virales y generar respuesta inmune y la otra mitad recibió una vacuna ya comercializada basada en virus inactivados.

El ensayo evalúa, concretamente, la eficacia de una vacuna ARNm tetravalente (protege contra cuatro variantes del virus, H1N1 y H3N2 de la gripe A y linajes Yamagata y Victoria de la gripe B) en comparación con la de la vacuna a partir de proteínas de las mismas cuatro cepas. Analiza la capacidad de prevenir la infección, inducir anticuerpos específicos frente a los virus estacionales de influenza y estimular la inmunidad celular mediada por linfocitos T y cuantifica los efectos adversos a la vacunación.

Los resultados, que se publican en la revista New England Journal of Medicine (NEJM), indican que la protección de la vacuna de ARNm contra la infección fue superior a la vacuna convencional, aunque los resultados de eficacia para ambas vacunas para evitar infección fueron modestos, con una eficacia relativa del 35,8% a los siete días tras la vacunación, y similar a los 14 días, aunque superior para la de ARNm que para la de virus inactivados. La nueva vacuna, además, también provocó más reacciones adversas que la vacuna comercial: fatiga, fiebre, dolor de cabeza o dolor en la zona de inyección. El 5,6% de las personas voluntarias que la recibió tuvo fiebre frente al 1,7% de casos en quienes se administró la vacuna convencional.

«La vacuna propuesta ofrece una mejora significativa en la respuesta inmunitaria, tanto humoral (anticuerpos) como celular (linfocitos T), respecto a las vacunas inactivadas actualmente empleadas en campañas estacionales», explica Estanislao Nistal, virólogo y profesor de Microbiología en la Universidad CEU San Pablo en la plafaforma SMC España.

Si se logra reducir la reactogenicidad sin comprometer la eficacia, esta vacuna podría convertirse en una alternativa viable a las formulaciones actuales. Asimismo, la inclusión de ARNm que codifique otras proteínas virales (…) podría ampliar la cobertura inmunológica y mejorar el perfil protector de futuras versiones».»Aunque la protección frente a la infección aún tiene margen de mejora, la plataforma ARNm permite una mayor flexibilidad y rapidez en el diseño y producción de vacunas, introducción y modificación de antígenos, lo que representa una ventaja estratégica frente a las formulaciones convencionales, que requieren procesos más complejos y prolongados».

Destaca que pese a estos resultados prometedores, están limitados a adultos (18 a 64 años), grupo con menor riesgo de complicaciones graves por influenza en comparación con los más mayores, especialmente los mayores de 75 años. Igualmente, la formulación basada en ARNm muestra una mayor reactogenicidad, es decir, una frecuencia más alta de síntomas leves o moderados tras la vacunación en comparación con la vacuna convencional, «lo que podría afectar la aceptación pública, especialmente en el contexto de vacunaciones anuales».

«Además, el estudio no aporta datos sobre la eficacia en la prevención de enfermedad grave ni sobre su desempeño en grupos de riesgo como niños pequeños y personas mayores. La ausencia de estos datos limita la extrapolación de los resultados a poblaciones vulnerables. Sería esperable también una mejora en la eficacia, pero hay que probarlo».

África González-Fernández, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo e investigadora del Instituto de Investigación Galicia Sur (IIS-GS), añade que «se han estudiado voluntarios de 18-64 años, con un sistema inmunitario más potente que los mayores de 65 años, que son a los que este tipo de vacunas se debería dirigir. La escasa protección que induce esta vacuna indica que, o bien las secuencias incluidas en la vacuna no correspondieron con las cepas que produjeron la infección, o que la vacuna no ejerce buena respuesta inmunitaria».

En un análisis más pormenorizado, esta experta ahonda en que el estudio de la respuesta inmunitaria es a corto plazo, y de las cuatro cepas estudiadas (dos de A y dos de B), la Yamagata no circula desde hace ya unos años, y, de hecho, la OMS recomendó en septiembre de 2023 no incluirla en las vacunas, recomendando que se produjeran vacunas trivalentes con solo 3 cepas (2 de A y una de B). Por otra parte, «este tipo de vacuna puede producirse en un menor tiempo que las vacunas tradicionales, pero debería centrarse en la población más vulnerable, como mayores y niños. Por otra parte, una eficacia de un 28,7% tiene un amplio margen de mejora y al ser más reactiva, puede ser un problema ya que dado que se tiene que poner cada año, dado que como ocurre con todos los virus, cada temporada cambian las cepas circulantes.

«La nueva vacuna antigripal de ARNm evaluada en este ensayo de fase III representa un avance relevante frente a las plataformas tradicionales. En una temporada dominada por el subtipo A, la vacuna mostró una mejora en la eficacia relativa del 34,5% frente a una vacuna inactivada estándar y generó títulos de anticuerpos más altos para H1N1 y H3N2, además de una respuesta celular T significativamente más robusta, lo que podría traducirse en una protección más amplia y potencialmente más duradera«, comenta José Gómez Rial, jefe del Servicio de Inmunología en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS).

«Sin embargo, la ausencia de circulación de virus B durante el estudio y el hecho de que no se cumpliera la no-inferioridad inmunológica frente a los linajes B dejan ciertos interrogantes sobre su rendimiento en temporadas con diferente composición viral». Igualmente, «el coste inmunológico de este mayor rendimiento es una mayor reactogenicidad, ya visto anteriormente con la plataforma ARNm».

De cara al futuro, «la tecnología de ARNm abre una vía prometedora hacia vacunas gripales más ágiles y potencialmente más universales. Su capacidad para inducir respuestas celulares potentes y para actualizarse rápidamente ante nuevos linajes podría modificar el paradigma de las campañas antigripales estacionales. Sin embargo, aún es necesario demostrar su consistencia interanual, su eficacia real frente a virus subtipo B y su desempeño en poblaciones de mayor riesgo no incluidas en el ensayo (mayores, embarazadas, inmunocomprometidos)». Estamos ante un paso importante, pero todavía preliminar, hacia una nueva generación de vacunas antigripales más flexibles y con una efectividad más ambiciosa«, concluye Gómez Rial.

Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York (EEUU), cree que quizá «habría sido mejor compararla directamente con la vacuna de baculovirus HA, autorizada en varios países, que también se considera superior a la vacuna convencional. Asimismo, no queda claro cómo se compara esta vacuna con las vacunas convencionales mejoradas para personas mayores, con adyuvante o de dosis alta, para determinar si representa una clara ventaja».

No obstante, es un resultado excelente para la preparación ante una pandemia, ya que sugiere que las vacunas de ARNm contra el virus de la influenza H5 serán eficaces, lo que aumenta las posibilidades de obtener vacunas rápidamente en caso de una pandemia de H5 (gripe aviar)«.

Hasta ahora no hay una vacuna de ARNm (mRNA) para la gripe que esté aprobada para uso general en la población. Moderna tiene un candidato para la gripe estacional llamado mRNA-1010 del que también ha presentado datos en fase III que han mostrado una un 26,6% superior frente a una vacuna estándar autorizada en adultos de 50 años o más para algunas cepas, y también hay iniciativas para desarrollar vacunas pandémicas de ARNm para las cepas más amenazadoras de gripe como la permanentemente vigilada y monitorizada H5N1.

NEJM DOI: 10.1056/NEJMoa2416779

El virus respiratorio más letalDREAMSTIMEEXPANSION

La gripe produjo en España más de 33.000 hospitalizaciones, 1.800 ingresos en cuidados intensivos y 1.800 muertes entre octubre de 2024 y mayo de 2025, según un estudio publicado hoy por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y que lo sitúa como el virus respiratorio que causa más ingresos hospitalarios y muertes pese a que el SARS-CoV-2 (covid-19) circuló durante todo el año.

El estudio analiza los datos de hospitalizaciones, ingreso en cuidados intensivos y fallecimientos por gripe, SARS-CoV-2 y virus respiratorio sincitial (VRS).

El SARS-CoV-2 circuló de forma «importante durante todo el año», no solo durante el otoño e invierno, con lo que la carga total a lo largo del año se estima que sea «más del doble que la reportada en este periodo». Su incidencia ha provocado casi 8.000 hospitalizaciones, 300 ingresos en cuidados intensivos y 500 fallecimientos y el VRS cerca de 23.000 hospitalizaciones, 1.700 ingresos en intensivos y 1.000 muertes, informa Efe.

Los casos graves causados por estos tres virus se concentraron en los menores de 5 años y en la población por encima de 60 años, con «un mayor el riesgo de hospitalización y fallecimiento conforme se incrementaba la edad». En la población infantil el virus que más afectó fue el VRS, llegando a 10 hospitalizados por cada 1.000 niños menores de 1 año, seguido de la gripe. Sin embargo, la población de mayor edad sufrió la carga por gripe más significativamente que por VRS o SARS-CoV-2, con un mayor riesgo desde edades más tempranas en el caso de la gripe.

La principal medida preventiva frente a estos virus es la vacunación frente a gripe y SARS-CoV-2 en población mayor de 60 años; y en población infantil frente a VRS y gripe. Los anticuerpos monoclonales frente al VRS en menores de un año alcanzó una cobertura preventiva del 90%. Sin embargo, las vacunaciones en la población mayor alcanzaron coberturas de un 51% para la gripe y 38% para el SARS.CoV-2.