José Luis Rodríguez Zapatero fue presidente del Gobierno de España entre los años 2004 y 2011. Más de una década después de que los electores le sacaran con sus votos de la Moncloa, su nombre sigue acaparando titulares por su cercanía a Pedro Sánchez … y su papel determinante en muchas de las controvertidas negociaciones que está llevando a cabo el Ejecutivo central. Una figura que «susurra al oído» al actual líder de los socialistas y cuyo papel en la historia democrática del país protagoniza el último libro de Rosa Díez, la que fuera líder de UPyD. ‘La Sombra. Memoria histórica de Zapatero’ (Editorial Plaza & Janés), que es como se titula esta obra «con apariencia de novela negra pero que es historia», fue presentado este miércoles en el Aula de Cultura de ABC, en la que repasó el final de ETA y ofreció una radiografía de la política actual que no dejó a nadie indiferente.
Durante el acto de presentación del libro, que contó con el patrocinio de la Fundación Cajasol y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Díez hizo un repasó a cómo fue la llegada de Zapatero a la secretaría general del PSOE en el año 2000 y cómo labró su ascenso a la Presidencia del Gobierno. Pero también habló de lo que presumiblemente ocurrirá con él de aquí a un tiempo. Una aproximación casi adivinatoria en la que dejó el que fue sin duda uno de los titulares de la noche: «El futuro de Zapatero es penal y espero que lo escriban los jueces pronto». Así se refirió al expresidente tras calificarlo sin tapujos como «representante de dictadores y narcotraficantes reconocidos en el mundo», como es el caso del venezolano Nicolás Maduro.
De hecho, insistió en que «ante todo lo que ha hecho Maduro en Venezuela, Zapatero siempre se ha puesto de parte del dictador y frente a todas esas personas cuyos derechos estaban siendo masacrados», algo que, por otro lado, aseguró que no le sorprende porque se trata de «un tipo que ha sido capaz de blanquear a ETA». Díez advirtió de que estos hechos «ya están probados» y que queda que los tribunales diriman si «encima también ha cobrado por ello». Con todo, dijo desconocer «cuánto tiempo pasará hasta que le veamos sentado en un banquillo», aunque reiteró que «su futuro será penal, como espero que sea el de Pedro Sánchez».
«Joven y nuevo»
La que fuera militante del PSOE entre los años 1977 y 2017, además de una de las parlamentarias españolas y europeas con más trayectoria, ofreció un recorrido por los años en los que Zapatero llegó al poder orgánico del PSOE y, posteriormente, a ser presidente del Gobierno. Durante el diálogo que mantuvo con el redactor jefe de ABC de Sevilla, Eduardo Barba, que actuó como moderador del Aula de Cultura, Díez recordó que el protagonista de su libro fue elegido «por ser joven y nuevo, aunque más que nuevo estaba poco usado». Cuatro años después de aquello llegaría a liderar el Ejecutivo central en una legislatura, la primera, en la que «rompió la forma de hacer política» y en la que puso en marcha «una estrategia para liquidar el legado de la Transición». Su único fin era «expulsar del acuerdo al PP e incorporar al sistema a los que eran enemigos tradicionales, seculares y mortales de la democracia. Es decir, a ETA y a los separatistas».
Sus palabras más duras fueron para rememorar las negociaciones que llevó a cabo Zapatero con la banda terrorista ETA, a la que «rescató cuando ya estaba derrotada». De este asunto habla en el capítulo 8 de su libro, puesto que aquellas conversaciones fueron «ese pecado original que hace que los de ahora sean pecados veniales». Ahora, casi dos décadas después de lo que ocurrió, Díez es muy clara al afirmar que «el peligro mayor del terrorismo es la legitimación y Zapatero legitimó a ETA y Sánchez la sigue legitimando. Esa es la verdad. Cambiar la derrota de ETA por el final dialogado de la violencia». Lo hizo, además, recordando que hay todavía 379 asesinados por la banda terrorista «cuyos juicios no se han celebrado porque no se saben quiénes los mataron» y criticando «la perversión del lenguaje». Al respecto, señaló que «en Euskadi nunca nos mataban por estar en guerra sino por luchar por la libertad. Y la primera gran traición era hacernos creer que había una guerra, con unos en un bando y otros en otro bando».
Finalmente, Díez acusó a Zapatero de «resucitar el ‘guerracivilismo’» con su Ley de Memoria Histórica, que «no tenía otro objetivo que el hecho de que el PP votara en contra y se le marginara». Los populares, por su parte, querían acordarla para que «no les llamaran fachas». De hecho, recordó que «hicieron unas enmiendas para acordar y el PSOE retiraba el texto, porque lo que no quería era que votaran a favor para excluirles del consenso en el que el PSOE iba a incorporar a los enemigos mortales de la democracia». Algo que, a su juicio, también sucedió con la aprobación del matrimonio homosexual o la violencia de género. «Fue el primer gran populista, que dividió a la sociedad por sectores, que utilizaba cualquier sensibilidad interna del PSOE para ir contra el PP y que sólo sabía contentar a la gente con soluciones fáciles a problemas complejos».