El próximo 2 de enero se estrenará en Estados Unidos We Bury The Dead, la película zombi protagonizada por Daisy Ridley que se proyectó en el paso Festival de Sitges y de la que podéis ver su tráiler oficial.

Tras un desastroso experimento militar que provoca víctimas masivas en Tasmania, Ava (Daisy Ridley) se une a un equipo de recuperación de cuerpos para identificar a los muertos y buscar a su esposo en una zona infestada de los no-muertos, donde los cadáveres comienzan a regresar a la vida y el peligro crece en cada paso.

Brenton Thwaites, Mark Coles Smith, Matt Whelan, Chloe Hurst, Kym Jackson, Dan Paris, Deanna Cooney, Nicola Bartlett, Kim Fleming, Kingsley Judd, Salme Geransar, Elijah Williams, Luke Jai, Megan Hollier, Steve McCall, David Genat, Matthew Parkin completan el reparto de la película.

WE BURY THE DEAD: CRÍTICA DE LA PELÍCULA
En un género tan saturado como el de los no-muertos, la única forma de conseguir que una propuesta resuene es que se atreva a subvertir o, al menos, recontextualizar, los clichés que hemos visto desfilar incansablemente por la gran pantalla. We Bury the Dead, dirigida por el australiano Zak Hilditch, opta por la segunda vía: la película es, a todas luces, un thriller de supervivencia apocalíptico, pero con una sensibilidad inusualmente contenida y emocional, que rehúye el espectáculo fácil para centrarse en el peso de la pérdida. La cinta no busca acelerar el pulso a base de sustos de golpe o hordas voraces; su horror se manifiesta en la quietud, la desolación y la persistente punzada de un duelo inconcluso.

La trama nos sitúa en el desolado paisaje de Tasmania, tras el catastrófico y «accidental» despliegue de un arma militar experimental por parte de Estados Unidos. La protagonista es Ava, una mujer estadounidense que, con la esperanza desesperada de encontrar a su esposo desaparecido, se une a una «unidad de recuperación de cuerpos». Esta labor macabra, que implica recorrer la zona diezmada y lidiar con los restos de la tragedia, se complica cuando los cadáveres que intentan enterrar comienzan a dar signos de vida. Sin embargo, la reanimación en la cinta no es la habitual; los no-muertos son figuras melancólicas, casi espectrales, renderizadas con un impresionante trabajo de efectos prácticos y prótesis que realza su grotesca, pero a la vez, trágica humanidad.

La película se sostiene casi por completo sobre los hombros de Daisy Ridley, quien encarna a Ava con una tenacidad conmovedora y una complejidad inusual en este tipo de personajes. Ava no es la guerrera arquetípica; es una mujer consumida por la culpa y el dolor, cuya búsqueda se convierte en una peligrosa, incluso irracional, obsesión por obtener una respuesta o, tal vez, una redención. La actuación de Ridley logra transmitir la pesada carga de su negación y su amor innegociable, haciendo que sus decisiones, aunque a veces imprudentes, se sientan visceralmente auténticas al reflejar la lógica distorsionada del luto.

Hilditch, que ya había demostrado su habilidad para el terror psicológico en «1922», hace gala de un control notable sobre el tono. El director utiliza el escenario post-apocalíptico de Tasmania no solo como un telón de fondo de escombros y ceniza, sino como una metáfora visual del estado anímico de Ava.

We Bury the Dead es, en esencia, una meditación sobre el dolor y la manera en que las cosas inconclusas pueden animar tanto a los vivos como a los muertos. La narrativa se desarrolla a un ritmo deliberadamente pausado, un slow burn que privilegia la introspección y los matices dramáticos por encima de la acción frenética. Aunque la estructura a veces se siente un poco acelerada, especialmente cerca del final, la película logra encontrar su equilibrio emocional en el momento justo.

Aullidos Youtube

Síguenos en Google y no te pierdas ninguna noticia

SEGUIR

A pesar de su aproximación refrescante y contenida al subgénero zombi, la película no está exenta de las convenciones. El viaje de Ava incluye encuentros con otros supervivientes, como Clay (Brenton Thwaites), con su propio mecanismo de defensa ante el horror, y un militar, Riley (Mark Coles Smith), que añade una capa de conflicto humano al drama. Si bien el guion explora la idea de que el mayor peligro en el apocalipsis sigue siendo el hombre vivo, no siempre lo hace con la inventiva que se esperaría de su premisa.

No obstante, la fuerza de la película radica en su voluntad de evitar la sensacionalización del terror. El horror aquí no reside en la sangre o los colmillos, sino en el peso de la memoria y la devastación. Es un título que combina drama y thriller que utiliza el tropo de los no-muertos para explorar las regiones más oscuras y misteriosas de la condición humana. We Bury the Dead es un trabajo que se queda contigo, no por lo que te grita, sino por lo que te susurra sobre el amor y el costo de aferrarse a lo que ya se ha ido.

Lo Mejor: Daisy Ridley
Lo Peor: Los que esperen encontrarse un título zombi convencional.

R. Martín