Las actas de la última reunión de la Reserva Federal han dejado dos grandes giros en la política del banco central. El primero es un inminente frenazo al proceso de bajada de tipos, dado que «muchos» de los miembros del Comité de Mercados Abiertos prefieren no bajarlos. Pero el segundo, casi más relevante, es la preocupación creciente por la situación del sistema financiero, que ha llevado a la Fed a aumentar los mecanismos de liquidez a la banca, reanudando la compra de bonos. Un miedo importante, que se suma al de una fuerte caída de las bolsas si estalla la burbuja de la IA.
La decisión de no bajar tipos en diciembre ha sido bastante clara, dentro del lenguaje que usa la institución. Según las actas, «múltiples» miembros del banco central optaron por bajar los tipos el próximo mes, mientras que otros «muchos» optaron por mantener los tipos sin cambios para el resto del año. El mercado lo ha entendido perfectamente, y ya ha borrado el recorte de tipos de diciembre que hace un mes se daba completamente por asegurado. Aun así, el objetivo final de hacer cuatro bajadas de tipos más se mantiene, aunque a la meta se llegará más tarde de lo que se esperaba.
La causa de este paso atrás es que su miedo a un hundimiento del empleo se ha enfriado. Según las actas, y pese a no contar con toda la información necesaria debido al ‘shutdown’, los datos disponibles fueron «consistentes con un enfriamiento gradual del mercado laboral, sin evidencia de un profundo deterioro». Los aranceles, además, darán un impulso temporal a la inflación «en 2026 y 2027», y lastrarán el crecimiento del PIB en esos dos años, pero no esperan que sus efectos vayan más allá de 2028.
Una de sus principales preocupaciones, sin embargo, está en las bolsas. Los directivos del banco central temen que haya una «caída desordenada» de las bolsas -un desplome, en lenguaje técnico- si ocurre una «abrupta reevaluación de las posibilidades de la tecnología de IA«. En otras palabras: si las expectativas de crecimiento resultan ser mucho menores, y la burbuja estalla, el agujero que eso podría dejar en los mercados está haciendo temblar a la Fed.
Este movimiento creará más tensión en el próximo encuentro de los gobernadores del banco central. En la última ya hubo dos disensos: Stephen Miran, el ‘hombre de Trump’, que pedía más bajadas, y Jeffrey Schmid, de la Fed de Kansas, que no quería más recortes. En la próxima reunión ya hay garantizados dos votos a favor de bajar tipos: el de Miran y el de Chris Waller, uno de los aspirantes a suceder a Jerome Powell como presidente, que podría estar intentando ganar puntos a ojos de Trump.
El final del recorte del balance está cerca
Las actas de la reunión de octubre confirman la preocupación creciente de la Fed por la buena salud de la banca del país, en un momento en el que han aparecido señales claras de tensión en el mercado interbancario, con indicios de que la liquidez en el sistema está dejando de ser abundante.
Las actas de la Fed recogen cómo «un puñado de quiebras a las que se les ha dado mucha publicidad, y también pérdidas en el segmento de crédito en algunos bancos, han impulsado el escrutinio de los inversores en los mercados de crédito, y vigilan de cerca los segmentos de más riesgo del mercado de crédito en busca de señales de debilidad», explica el documento.
Además de que la Fed entiende como una señal de liquidez escasa el hecho de que el tipo interbancario haya subido por encima del interés que paga la Fed por sus reservas, el banco central también indica cómo «los pagos que realiza la banca se han retrasado y ahora se hacen más tarde en el día, lo que sugiere que los bancos están economizando sus reservas. Además, el porcentaje de bancos domésticos que acuden a pedir préstamos en el mercado de fondos federales, ha aumentado», explican.
Si hasta ahora la Fed consideraba que la liquidez en el sistema era «abundante», ahora confirma que el nivel de las reservas bancarias es «amplio», una categoría más baja, y la preocupación por las tensiones de liquidez es evidente entre los miembros del banco central. Para frenar esto, el organismo plantea la posibilidad de terminar con el recorte del balance que empezó en 2022, e incluso se plantea la opción de empezar a incluir bonos del Tesoro estadounidense, a costa de los MBS (valores respaldados por hipotecas), activos que, a medida que vayan venciendo en el balance de la Fed, se reinvertirán en bonos del Tesoro.
«Los participantes estuvieron de acuerdo en que las recientes tensiones en la liquidez indican que pronto será apropiado terminar el recorte del balance de activos, y que las reinversiones de los vencimientos de los activos de las agencias [los MBS] deberían dirigirse a los bonos del Tesoro», explican las actas.
Esta decisión también estaría relacionada con el interés de la Fed en controlar las tensiones que están apareciendo en el mercado bancario. «Muchos participantes señalaron que tener un porcentaje más alto de bonos del Tesoro en el balance proveerá a la Fed de más flexibilidad para poder acomodar cambios en la demanda de reservas y ayudará a mantener un amplio nivel de reservas», además de que consideran que esto generará a la Fed «más flexibilidad» a la hora de llevar a cabo su política monetaria, ya que le dará la capacidad de suavizar sus medidas y crear un contexto más estimulante para la economía, aumentando la liquidez en el sistema «sin tener que incrementar el nivel de reservas bancarias».
Creación de una mesa central de la Fed para las ‘repos’
Con el mismo objetivo de reducir los riesgos para el sector bancario, en un momento en el que están aflorando las tensiones, la Fed se está planteando crear una mesa de compensación para que, en el futuro, sea el banco central quien asuma la mayor parte de los riesgos en las operaciones interbancarias.
«Los equipos de trabajo de la Fed han explicado los potenciales beneficios y costes de una mesa de compensación para las transacciones de las operaciones repo. El principal beneficio potencial es que habrá más efectividad en ayudar a mantener el control de los tipos de interés», explican las actas. Además, incluyen que «una mesa central puede aumentar la disposición de las dos partes [los bancos que normalmente se prestan entre sí] a usar el mecanismo de repos en los momentos en los que aumenten las presiones en los tipos de este mercado, algo que reduciría las presiones en los tipos de interés de la Fed», señala el documento.
Esta opinión de los equipos de trabajo de la Fed parece haber convencido a los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto: «La mayor parte de participantes en la reunión comentó el potencial de esta mesa central en las transacciones de las repos», destacan las actas, y explican cómo «en general, han apoyado seguir estudiando la creación de esta mesa central».
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