En el tenis, cada detalle cuenta: la técnica, la preparación física, la alimentación…, y también el suelo que se pisa. Las diferencias entre jugar sobre tierra batida, pista rápida o hierba van mucho más allá del rebote de la pelota. Cada superficie exige una adaptación física y técnica distinta, y con ella cambian también los riesgos de lesión.

El equipo español de Copa Davis arranca hoy en Bolonia el tramo final de la carrera por la ensaladera y Carlos Alcaraz, Jaume Munar, Pedro Martínez, Marcel Granollers y Pablo Carreño, capitaneados por David Ferrer, afrontan hoy los cuartos de final en el Bologna Fiere, donde competirán sobre superficie de pista dura cubierta.

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“El tipo de pista influye en tu juego y en las posibles lesiones”, explica el doctor Ángel Ruiz-Cotorro, médico especializado en medicina del deporte y director médico de la Clínica Tenis Teknon, perteneciente al Grupo Quirónsalud y responsable de los Servicios Médicos Oficiales de la Real Federación Española de Tenis (RFET). “En el tenis, los jugadores deben adaptarse constantemente al cambio de superficie, y esa transición requiere una preparación física y técnica muy específica”.

El circuito profesional es implacable. Apenas hay descansos, y los jugadores deben pasar en pocas semanas de competir en cemento a hacerlo en tierra o en hierba, con exigencias completamente diferentes. Por eso, subraya Cotorro, la planificación de la temporada y los periodos de adaptación son clave para evitar lesiones. “La preparación física está condicionada por los grandes torneos del circuito, que se disputan en superficies diferentes”, señala el especialista. “Por eso se trabaja con mesociclos de entrenamiento que permitan adaptar el cuerpo al cambio de pista y prevenir lesiones”.

No se trata solo de fuerza o velocidad: la adaptación incluye cambios en los apoyos, el equilibrio y la forma de desplazarse. “La manera de apoyar y de golpear la bola es completamente diferente en cada superficie”, detalla el doctor. “El impacto articular es mayor en pista rápida, con un aumento del riesgo de lesiones en rodillas y tobillos”.

Tres superficies, tres desafíos

Las pistas duras o rápidas -como las de cemento o resinas sintéticas- son las más agresivas para el aparato locomotor. En ellas, el rebote de la pelota es más alto y veloz, lo que obliga a reacciones rápidas y a una mayor exigencia muscular. “El impacto articular es mucho más elevado”, señala el especialista. “Si el jugador no ha hecho una correcta adaptación, pueden aparecer sobrecargas o lesiones de estrés”.

En la tierra batida, en cambio, el juego es más táctico y prolongado. “No es una superficie lesiva en sí, pero la carga repetida puede provocar fatiga muscular si no se controla”, añade.

Por último, la hierba natural -superficie emblemática de Wimbledon- presenta el riesgo opuesto: “El bote irregular, además del bote más bajo, y los apoyos inestables aumentan la posibilidad de resbalones o torceduras, y el movimiento más bajo y flexionado incrementa la tensión sobre la espalda, las rodillas y sobrecarga el tren inferior”.

Del cemento a la tierra: un cambio de ritmo y de cuerpo

En el caso de la tierra batida, el cambio no solo afecta a la estrategia del juego, sino también a la biomecánica y al tipo de esfuerzo. “En la eliminatoria de este fin de semana de Copa Davis, por ejemplo, los jugadores pasan de pista rápida a tierra”, comenta Cotorro. “Y en este tipo de transiciones es habitual que las lesiones más frecuentes se produzcan en el tren superior: el hombro, por el servicio; el codo, por el peso de la pelota; y la muñeca, por los gestos técnicos al intentar buscar ángulos cortos”.

El motivo es sencillo: “Cuando se pasa a tierra, la pelota va más despacio y el jugador tiene que buscar otro tipo de estrategias. Se utiliza mucho el segundo servicio, y la biomecánica de este gesto es completamente diferente. Si no se ha hecho una adaptación progresiva, aumentan las cargas y, con ellas, el riesgo de sobrecarga o lesión”.

Doctor Ángel Ruiz-Cotorro, médico especializado en medicina del deporte y director médico de la Clínica Tenis Teknon.

El paso a la tierra también implica más resistencia física y mental. Los puntos duran más, los intercambios son más largos y la intensidad general del juego aumenta. “El jugador tiene que adaptarse a partidos más exigentes y a un mayor desgaste muscular”, apunta el médico. “Por eso, la planificación es esencial tanto en la parte técnica como en la física. Hay que progresar poco a poco en la adaptación a la superficie, ajustando los ejercicios y la intensidad”.

Cómo se preparan los profesionales

Durante las semanas previas a la Copa Davis el doctor señala que “hay jugadores que tendrán dos semanas completas de preparación física, pero otros llegarán con mucho menos tiempo. Lo ideal sería disponer de al menos diez días para preparar el cambio de superficie con garantías”.

Durante ese proceso, los entrenamientos se orientan a la prevención de las zonas más implicadas: el tren inferior -piernas, tobillos y rodillas- y también el superior, donde el cambio de biomecánica afecta al hombro, el codo y la muñeca. “El trabajo preventivo es fundamental para equilibrar ambas partes del cuerpo”, añade Cotorro.

“Si hablamos de entrenamiento, lo más importante es planificar tanto la parte técnica como la física, adaptando los ejercicios a la superficie y al tipo de carga que se va a soportar”, explica el doctor.

En otras palabras, la adaptación no empieza en la pista, sino en el gimnasio y en la mente del jugador. “Conocer cómo responde el cuerpo a cada superficie es fundamental para prevenir lesiones y alargar la carrera deportiva”. Y deja un consejo final que vale tanto para profesionales como para aficionados: “Si conoces a alguien que juegue o vaya a jugar en tierra batida, comparte estos consejos, ya que pueden ahorrarle una lesión”.

El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para practicar deporte que mejore nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con la Clínica Tenis Teknon.

En el tenis, cada detalle cuenta: la técnica, la preparación física, la alimentación…, y también el suelo que se pisa. Las diferencias entre jugar sobre tierra batida, pista rápida o hierba van mucho más allá del rebote de la pelota. Cada superficie exige una adaptación física y técnica distinta, y con ella cambian también los riesgos de lesión.