El histórico y «emblemático» robo del Museo del Louvre solo es un síntoma, inquietante, de la degradación del patrimonio histórico y cultural de Francia, víctima de un abandono catastrófico que afecta a iglesias, catedrales, monumentos y edificios emblemáticos.

Según un informe parlamentario del diputado centrista … Jérémie Patrier-Leitus, filtrado al matutino conservador ‘Le Figaro’, entre otros medios nacionales, el Estado debiera consagrar «con urgencia» más de 2.500 millones de euros para poder restaurar y atender las exigencias «inmediatas» del patrimonio nacional amenazado.

A juicio de los redactores de un informe sin precedentes, 1.250 edificios propiedad del Estado, 87 catedrales, 600 monumentos nacionales, varios millares de iglesias, están amenazados, en distinta medida, necesitados de acciones «urgentes» para evitar una «degradación inquietante».

El presidente Emmanuel Macron presidió el mes de diciembre de 2024, la inauguración de la catedral de Notre Dame, tras los cinco años de trabajos que siguieron al histórico incendio del 2019.

La inauguración con Donald Trump como invitado de honor y la ausencia del Papa, tuvo algo de espejismo. Un año más tarde, los turistas pueden comprobar que los trabajos de restauración siguen su curso, con mucho retraso. Las grandes grúas están muy presentes, rodeando Notre Dame.

En el caso del Louvre, la catástrofe del robo puso en evidencia la bajísima «calidad» de la seguridad del gran museo nacional. Cuatro semanas largas, después del robo, las joyas robadas siguen el paradero desconocido. Los principales autores del robo no han sido detenidos. Y la dirección del Louvre anuncia medidas de «urgencia» para un número muy limitado de salas. Numerosos especialistas han insistido en la evidencia: el primer museo del mundo se encuentra en una situación que roza lo lamentable.

Tras ese prólogo, el informe del equipo de especialistas que han trabajado con el diputado Jérémie Patrier-Leitus subraya la gravedad sorprendente del penoso estado del patrimonio nacional. El Observatorio del patrimonio religioso (OPR) subraya, desde hace años, los «riesgos físicos» que sufren varios centenares de iglesias francesas, y el «penoso estado de conservación» en el que se encuentran varios millares. El nuevo informe insiste en la agravación de los riesgos de deterioro que pesan sobre 87 catedrales.

Según la direccion general del Patrimonio y la Arquitectura, son necesarios 150 millones de euros para «lanzar trabajos de conservación de urgencia» de las catedrales amenazadas. Petición que corre el riesgo de su «irrealismo»: el ministerio de Economia ha pedido «recortes drásticos» al ministerio de Cultura, cuando los déficits y deudas del Estado tienen proporciones inquietantes para la credibilidad internacional de Francia.

Degradación de iglesias

La degradación de iglesias y catedrales coincide con la degradación generalizada de los inmuebles propiedad del Estado en toda Francia. Según el informe de Patrier-Leitus y sus colaboradores, más de 1.250 inmuebles del Estado y 600 monumentos nacionales, en toda Francia, necesitan intervenciones de urgencia, que, al día de hoy, el ministerio de Cultura ha sido incapaz de atender.

En su día, el Estado francés se vio forzado a recurrir a las donaciones privadas, norteamericanas y francesas, en primer lugar, para atender los problemas urgentes que debía afrontar la reconstrucción de Notre-Dame, tras el incendio del 2019.

A juicio de Patrier-Leitus y sus colaboradores, la crisis sin precedentes del patrimonio histórico y cultural requeriría unos 2.500 millones de euros con urgencia. Las donaciones privadas quizá no podrían asumir un presupuesto de tal envergadura para afrontar las amenazas que pesan sobre catedrales, iglesias y el conjunto del patrimonio histórico y cultural.

Por su parte, el gobierno de Sébastien Lecornu, primer ministro, presidido por Emmanuel Macron, no sabe si podrá o no podrá negociar los presupuestos del Estado para el 2026, cuando la crisis financiera nacional es una amenaza potencial para toda la zona euro.