Antonia Dell’Atte coge el teléfono dos veces en 12 horas. La primera fue a última hora de la tarde de este miércoles, cuando se hizo público que Mediaset había decidido prescindir de Alessandro Lecquio después de la entrevista de la exmodelo y presentadora en EL PAÍS el pasado 12 de octubre relatando la violencia a la que el tertuliano la había sometido durante los tres años que estuvo casada con él entre finales de los 80 y principios de los 90. Esa conversación duró unos dos minutos, estaba llorando, “de alegría, ¿eh?, de algo de paz”, dijo. Y recordó que eran “muchos los años de aguantar, ver y oír a todos los que decían ‘Antonia está loca, solo es una mujer despechada”.
La segunda ha sido la mañana de este jueves. Ha vuelto a llorar, varias veces, durante alrededor de una hora: “Lloro. Estoy llorando, ¿por qué tuve que pasar 35 años con estas heridas, viendo a Lecquio cada vez que salía en televisión atacando a otras mujeres? Diciendo que yo mentía, silenciando su propio maltrato e intentando silenciarme a mí. Cada vez que lo veía hablar de otras mujeres se abrían todos los recuerdos de lo que sufrí, y todo eso con la complicidad de quienes se han sentado a su lado todos estos años”.
Para Dell’Atte, la decisión de Mediaset ha supuesto “un cambio histórico”, para ella, “por supuesto”, pero también televisivo: “Tantos años tanta prensa que no es prensa sino basura. Mi testimonio no solo es contra quien ejerció directamente la violencia contra mí, Lecquio, sino contra aquellos que son cómplices. Esos programas que han manipulado una verdad que todos sabían. Ojalá ese periodismo basura termine. Que no puedan ganar dinero juzgando a las mujeres, mintiendo sobre ellas, blanqueando la violencia machista”.
También dice que este no es un triunfo suyo: “Es la victoria de la verdad. Y es la de todas las mujeres también. Pienso en aquellas que han sido asesinadas y que nunca han tenido altavoz para denunciar, ellas nunca pudieron verse reparadas. Cuando todavía escucho decir a alguien que dice que si no ha sido condenado un hombre no es un maltratador… Las mujeres sabemos que muchas veces no podemos demostrar el maltrato, no podemos ir a un juicio, por eso es tan importante la voz, poder contarlo. Esto va por ellas”.
Y da las gracias. “A la nueva dirección desde 2023 de Mediaset, al nuevo consejero delegado en España, Alessandro Salem, por tomar una decisión a la que se habían comprometido, por cumplir su palabra, y por lo que significa para esas muchas otras mujeres”. Dell’Atte se refiere a lo que ha sucedido en el último mes, desde que hizo esa entrevista en EL PAÍS que provocó de forma inmediata que Mediaset se activara para ver cómo podían proceder.
“Pero por qué han tardado tanto tiempo”, apunta Dell’Atte. No habla de la actual dirección de Mediaset, sino de “tantos años en los que tertulianos, compañeros, directores de programa, Ana Rosa Quintana, sabían perfectamente lo mismo que cuentan todos esos documentos, y no hicieron nada”.
“Me llamaron mentirosa, había un silencio absoluto, sepulcral, en el que tenían prohibido hablar de lo que yo les había contado, de Lecquio. No tengo ningún sentimiento de venganza, pero sí un dolor profundo por toda esa prensa que ha participado en hundirme, en hundir mi imagen, mi credibilidad”, añade.
¿Y ahora? “Me gustaría que quien aún no lo ha hecho pidiese perdón por haber blanqueado a un maltratador y por haberse lucrado con lo que él vendía como escándalos, pero que muchas cosas también son violencia”. Eso, sigue, “podría servir para que tantas otras mujeres no tuviesen miedo de contar lo que han sufrido. Ojalá salieran todas a hacerlo, a contar, y que este sistema que existe, que todavía sigue a pesar del despido de Lecquio, acabe”.
Y habla también sobre él: “Bastarían unas pocas palabras, que nunca ha pronunciado, un ‘discúlpame’, un ‘estoy contra la violencia contra las mujeres’. Que admitiese sus errores y fuese capaz de actuar como altavoz contra esa violencia que él mismo ejerció después de reconocerla y asumirla. Y que se disculpe con mi hijo, con Clemente, que también ha tenido que ver y oír todo esto durante tantos años”.
Dice cuando se despide que se puede “ir de este mundo con la tranquilidad de que se le haya reconocido la verdad, que se sepa la verdad”. Y después de una hora, que necesita “respirar” otra vez: “Porque cada vez que hago esto, contar, recordar todo lo que pasó y lo que han sido todos estos años de humillaciones, necesito coger aire. Me ahogo un poco”.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.