«Hoxe é un día magnífico para anunciarvos que as estatuas do Pórtico da Gloria van retornar por fin ao Concello de Santiago«. Con estas palabras, la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, ha puesto fecha al regreso de las esculturas tras años de lucha con la familia Franco, que han acabado por acatar la sentencia del Tribunal Supremo que, a finales del mes de julio, ordenaba la devolución de las esculturas al concello santiagués tras un largo proceso judicial.
En un vídeo compartido a través de las redes sociales, Sanmartín ha anunciado que las estatuas volverán a Santiago el próximo 11 de diciembre al Museo do Pobo Galego, que abrirá sus puertas para compartir con toda la ciudadanía este momento de «xustiza histórica, memoria e reparación«. Cabe resaltar que este anuncio coincide con la conmemoración de los 50 años de la muerte de Franco.
Un día histórico
«Non se trata só unicamente da recuperación de dúas obras de arte, senón que se trata dun acto de xustiza histórica, de dignidade colectiva e de recuperación do noso patrimonio», ha celebrado la alcaldesa.
Un día histórico para Galicia. Tanto es así que desde el Concello de Santiago animan a la ciudadanía a acercarse para celebrar el regreso de las joyas pertenecientes al Pórtico de la Gloria y formar parte de una jornada que permanecerá para siempre en el imaginario colectivo.
Periplo judicial
Tras un largo periplo judicial, el Tribunal Supremo (TS) daba el pasado mes de junio la razón al consistorio que reclamó la devolución de las en noviembre de 2017, con Martiño Noriega en la Alcaldía. Tanto el juzgado de primera instancia en febrero de 2019, como la Audiencia Provincial de Madrid en diciembre de ese mismo año habían fallado a favor de los herederos del dictador. Pero el Supremo consideró probado que las dos estatuas anteriormente identificadas como Isaac y Abraham son las mismas que el Ayuntamiento compostelano adquirió en 1948 al Conde de Ximonde.
Venta al ayuntamiento
Las dos esculturas que estuvieron en disputa durante los últimos ocho años estaban originalmente ubicadas en la obra cumbre del Mestre Mateo, el Pórtico de la Gloria. Esculpidas entre los siglos XII y XIII, se retiraron cientos de años después de su emplazamiento original. En 1948 el Conde de Xismonde, con Pazo en Vedra, se las vendió al Ayuntamiento compostelano y la compra quedó registrada en escritura pública el 4 de junio de ese año. Según la demanda del Concello, en una visita realizada al Pazo de Raxoi en 1954 «la esposa del general Franco mostró interés por ellas al alcalde, quien movido por el deseo de complacer a la esposa del jefe del Estado, por vía de hecho, sin adoptar acuerdo alguno, envió las estatuas al Pazo de Meirás, residencia de verano de la familia Franco».
Los herederos del dictador rechazaron durante el procedimiento judicial esta versión y subrayaron que «por transmisión oral de su familia» sabían que Francisco Franco y Carmen Polo habían comprado «las estatuas a un particular a través de un anticuario».