Una secuela contundente, frenética y, por momentos, sorprendentemente emotiva. Son los adjetivos de esta nueva entrega de Jalmari Helander donde retoma el universo brutal y estilizado que convirtió Sisu en un fenómeno inesperado. Ahora lo expande hacia territorios más íntimos y emocionalmente complejos. Tres años después de los hechos narrados en la primera película, Sisu: Camino a la venganza vuelve a situar en el centro a Aatami, interpretado nuevamente por un imponente Jorma Tommila. Esta vez, el héroe silencioso se enfrenta a un duelo definitivo contra Yeagor Draganov, comandante del Ejército Rojo encarnado por un feroz Stephen Lang.

La película se abre con una imagen devastadora: Aatami regresa a las ruinas de la casa donde su familia fue asesinada durante la guerra. En un gesto que mezcla dolor y determinación, decide desmontar los restos del hogar y reconstruirlo en un lugar seguro, como un último tributo a los suyos. Ese acto simbólico, que podría parecer sencillo, se transforma en el motor de una huida constante, marcada por la amenaza de Draganov, cuya persecución vertebra la trama con tensión creciente.

Helander ha declarado que el mayor reto de esta secuela fue diseñar secuencias de acción que sorprendieran a un público ya acostumbrado al estilo contundente de Sisu. Y en ese aspecto, la película cumple con creces. Rodada en distintas localizaciones de Estonia —buscando paisajes que evocaran la crudeza de la Karelia devastada por la guerra—, la cinta construye una atmósfera áspera, casi fantasmal, que encaja a la perfección con el tono del relato.

Las influencias del cine de acción de los años ochenta son evidentes: ecos de Superdetective en Hollywood o En busca del arca perdida se filtran en persecuciones, explosiones y coreografías que rozan lo imposible. Sisu: Camino a la venganza es una historia sobre el duelo, la memoria y la supervivencia que finalmente permite descubrir facetas inéditas de Aatami. Pero todo ello en un escenario que apesta a pólvora

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky